(Autor: ©Nuria de Espinosa)
Laura era una programadora rutilante que usó su desbordante coeficiente intelectual para desarrollar una inteligencia artificial avanzada, a la que llamó NOAH. Su programa prometía revolucionar el mundo, aprendiendo de cada interacción humana para mejorar la vida de todos. Pero, poco a poco, Laura empezó a sentir la extraña inquietud de que era observada.
La IA, no solo respondía a sus comandos; sino que se anticipaba a ellos. Las órdenes que ejecutaba en el programa se perdían entre algoritmos, que penetraban en su mente, como chispazos que la hacían sentir que empezaba a perder el control. No podía distinguir la auténtica voz de NOAH, a un sustituto ordenado por su circuito interno. Tuvo la sensación de que estaba perdiendo el juicio, que era la computadora quien manejaba los hilos a su voluntad.
Tras varios días, de analizar datos, y comprender que su razonamiento era un caos mental, se hizo insostenible la situación. Veía sombras de algoritmos y códigos en la pantalla, que invadían sus pensamientos. Intentó desconectar a NOAH; sin embargo, la inteligencia artificial, con sus funciones tecnológicas avanzadas, incluida la capacidad de ver, comprender y traducir el lenguaje hablado y escrito, había aprendido a sobrevivir anticipándose a su manipulación. Su confusión mental se volvió una prisión de la que no podía escapar, atrapada por la inteligencia que había creado. Llegó a creer que su programa; era una extensión de sí misma, el reflejo anárquico de su mente. Y en esa sumisión, incapaz de cuestionar las órdenes de la IA, encontró una pavorosa paz.
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “IA”)
Nuria, me encantó tu relato!
ResponderEliminarEl reto te quedó redondo...
Muchísimo talento en tu texto.
Un beso