ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

domingo, 30 de junio de 2024

Surrealismo

 Janis Joplin

(Autor: ©Chema)


(Robin Isely)


Ginebra volvía a casa tras una jornada agotadora. Se duchó, cenó y se puso a mirar las redes sociales, en compañía de sus mininos. Como música de fondo, eligió un disco recopilatorio de Janis Joplin.

Nuestra amiga estaba leyendo la novela ‘la buena suerte’ de Rosa Montero. Ese día no había tenido tiempo de leer en el autobús, entre que llegó pronto y había poco tráfico, y que estaba distraída con los mensajes del grupo de whatsapp ‘aubor de la vie’. Así que intentó leer al menos un capítulo, para no perder el hilo de la historia entre el misterioso protagonista y Raluca.

Se tumbó en la cama con los pies descalzos, pero a las pocas líneas se quedó totalmente dormida. No sabía cuánto tiempo había pasado, cuando la despertó el roce de uno de sus gatitos con las plantas de sus pies.

Ginebra decidió que lo mejor era escuchar a su cuerpo y meterse en la cama. Pero se le ocurrió una idea graciosa: contaría ovejas. El método para conciliar el sueño que nunca le había funcionado, en esta ocasión sí le iba a funcionar porque se iba a quedar frita de todos modos, hiciera lo que hiciera.

Y así fue, sólo le dio tiempo a contar unas cinco ovejitas. Se quedó dormida en cuestión de segundos, y durante la noche tuvo varios bonitos sueños: iba a un concierto de Janis Joplin, se encontraba con un amigo y se fundían en un abrazo, luego se daba un chapuzón en la playa de la Malvarrosa...

A la mañana siguiente, sonó su despertador. Se duchó, dio de comer y beber a sus gatitos, y preparó su desayuno. Entre mordisco de pan tostado con aceite y sorbo de té, se puso a mirar instagram desde su móvil. La habían etiquetado en una publicación.

Se trataba de un acróstico que le había escrito el excéntrico amigo con el que había soñado. De fondo había una foto difuminada del jardín botánico de Madrid, y como música se escuchaba ‘a piece of my heart’ de janis joplin. 

El poema decía así:

Galopa entre las nubes hacia la consecución de sus sueños
ilumina el mundo real y el virtual con su presencia
nacen nuevas emociones en tu alma si ella te roza

escapas de la tristeza cuando lees su prosa y sus versos
bagaje de historias que ella transforma en letras
rayos de luz que te guían en los días oscuros
abrazan delicadamente tu intelecto y tu sensibilidad.

Tras leerlo, Ginebra giró la pantalla del móvil hacia sus michis, que estaban al pie de la mesa, y les preguntó: “¿a vosotros qué os parece?”.

©Chema

(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Surrealismo”)

1 comentario:

  1. Un texto Chema repleto de ternura.
    Los gatos no solo nos hacen compañía, ellos nos llenan de esa magia que le impregnan. Un besote grande.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin