(Autora:
©Campirela)
París, sus calles y
una canción, bastó para que volvieras a mi mente. Han transcurrido más de tres
décadas y sigues ahí en un rincón de mi cerebro, no ha llegado todavía la hora
de borrarte de él.
Cada vez que escucho
aquella melodía entras en acción, miro el retrato que cuelga en el salón, allí
están mis años dorados, los que tú pintaste en esas calles del viejo París.
Aún guardo el vestido
rojo con ese escote que te hacía vibrar, me mostrabas tu parte más sensual,
llegué a estar enamorada de ti, pero hay algo más fuerte que sentirse deseada.
Así me hiciste sentir
tú, ahora lo sé, los años me han hecho madurar y miro aquellos recuerdos en
fotografías, y pienso, fuimos felices, duró lo que tuvo que durar.
Tu arte, era sublime
aquel cuadro donde una joven tendida bajo un manzano posaba desnuda para ti,
ese cuadro te hizo elevar a lo más alto, fui testigo real de ello.
Nuestros paseos,
conversaciones, besos, deseos impuros fueron como aquella obra de arte sublime,
lujuriosos y atrevidos.
Hoy volví a sentirme
así, cuando de nuevo escuché nuestra canción.
(Texto perteneciente
a la propuesta de Variétés: "Subliminal”)
Ohh vuelve a encantarme leerlo otra vez en el blog de los retos de Gine!
ResponderEliminarMuy hermoso Campi, me ha encantado de verdad.
Un besazo.
Muchas gracias, Ginebra siempre es un placer participar, no sabes lo que disfruto haciéndolo. Mi imaginación se dispara y las letras bien o mal escritas salen de las yemas de mis dedos al teclado.
ResponderEliminarUn besazo y nos leemos en la nueva propuesta.
Besos, con todo mi cariño y admiración.
Y me da muchísima felicidad que así sea, mi querida Campi 😊
EliminarPara mí es un gran placer contar con tu bonita compañía y esa pluma tuya que siempre nos deja el alma en volandas ✨
Gracias siempre a ti, preciosa.
La admiración es mutua 🥰
Abrazos y cariños enormes 💙
WoW, cuanto sentimiento. Me encanta. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarLindísimo. No sé qué tiene Paris, que deja recuerdos que una música cualquier puede regresarnos el instante exacto en el que volamos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Campirela.