ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

Participantes y textos de la convocatoria de verano, 
julio y agosto:Un verano de fotografía”.

RodrigoFúster/ Gustab/ Campirela
Nuria de Espinosa/ Cecy/ Auroratris/
María/ Lunaroja/ Cora/ Chema
Dulce/ Lady_P/ Marifelita/ Dakota
AlmaLeonor_LP/ Patricia/ Tracy/
Ginebra Blonde.

viernes, 31 de mayo de 2024

Ser sin tiempo

 


(Tom Bagshaw)

 
La ciencia acepta la teoría del Big Bang: ese momento, hace unos 13.800 millones de años en el que una gran explosión lanzó en todas las direcciones toda la materia, poniendo la vida en el medio, puso a andar el tiempo en un universo que continúa siendo.
El tiempo no es movimiento, es una ilusión, pero debemos reconocer que no podemos hablar de tiempo sin cambio. Pues cuando en nuestra alma no cambia nada o no advertimos que cambie algo, tampoco advertimos el pasar del tiempo. El tiempo solo existe para nosotros, en tanto que el alma capte cambio o movimiento. Es tan abstracto como el amor o el deseo, una ilusión que nos lleva a un abismo.
Esa noche, que bien podría ser el día, entro con su cabeza coronada por flores, entre los senos y el cuello, un tatuaje pintado de dragones, me miro a los ojos sin expresar palabra. Una larga cadena mostraba la dirección que debería tomar para llevarla al éxtasis, sin antes olvidar que había un largo camino por recorrer, y el tiempo no significaba nada, pues su ilusión era el orgasmo.
Abrió su capa dejando a la vista el rincón donde el tiempo no existía, donde las horas no pasaban, y donde el deseo, era materia que se convertía en agua.
Al acercarme y tomarla de su cintura, sus labios se volvieron volumen, sus senos se endurecieron convirtiendo el tiempo en una burbuja sin punteros ni reloj. Justo ahí levitamos convirtiendo el universo  en un espacio vacío, donde sólo lo podíamos ocupar nosotros dos, llenando cada rincón infinito con la llama del deseo en soledad, donde no existía un final.
El roce de la carne con el alma, extinguió los sonido, el espacio, los problemas, las penas y el enojo, todo éramos nosotros, no había tiempo ni existencia, sólo energía, una nueva teoría del Big Bang que destruía nuevamente la materia, para convertirnos en luz, en fuego, en vacío de una existencia sin existir, en deseo de no ser, siendo un universo sin espacio ni lugar, energía que no se debe explicar.
Un agudo sonido que terminó siendo nada, carente de existencia, fue todo lo que sentí; ella era y no era, y yo, dejé de existir sin haber existido.
 

(Texto perteneciente a la propuesta de Variétés: “Tómate tu tiempo”)

1 comentario:

  1. Cuando la carne se hace energía y luz, los destellos son tan fuertes que son mejor que un orgasmo carnal. Saludo.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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