(Autora: ©Auroratris)
Fue una locura, todavía sonrío al recordarla y no me importaría repetirla. Dicen que dos son compañía y tres es una multitud. Ahora, discrepo desde que el tercer elemento fue tu moto; el cuarto, la velocidad; el quinto, el viento pegado a mi cara y mi cuerpo desnudo; el sexto, la aventura del paisaje; el séptimo, lo desconocido…
Está bien, dejaré de enumerar el equipaje de aquel verano rumbo a ninguna parte y me centraré solo en ti. Ya vuelves a prestarme atención, Señor Narcisista. No solo llevo clavado el rugido de aquel motor, también fueron clave o clavo para mi mente tus palabras. Las promesas de tu fisionomía en cada curva pegándose a mi desnudez. Aquellas vacaciones fueron toda una provocación a la indecencia. Gané la apuesta, ya sabes de lo que soy capaz cuando se me reta.
Conozco bien esa sonrisa entre pícara y traviesa mientras planeas alguna ocurrencia de las tuyas. De las que no defraudan y siempre suman. Sé que no me preguntarás, das por hecho que estoy de acuerdo. Y a mí me vuelve loca cuando solo me pides que te acompañe rompiendo mapas y perdiendo brújulas.
No tardes, ya conoces mi respuesta.
*
MiLU
El mismo nombre habitando en distintos pajaritos. Cada verano se repite la historia: el calor saca de sus nidos a estos pequeños seres que todavía no han terminado de formar su experiencia en la vida. MiLu, es diminutivo de mi Lucero, caen del cielo, por ese motivo les llamo así a cada uno de ellos.
Les encuentro en la calle acurrucados en un rincón. Sé que algunos no llegarán a sobrevivir más que unos días bajo mi cuidado. Otros, han corrido mejor suerte y los he visto partir, perderse en el cielo junto a sus congéneres. Pienso que, mejor eso que ser devorados por algún gatito o, aplastado por la rueda de un vehículo, y lo que es peor, algún zapato mal intencionado.
MiLu viene a casa conmigo, es el centro de atención de mis gatos. Ellos, cautelosos, olisquean sin otra intención. Es como tener a un bebé al que hay que alimentar cada cierta hora. Su indefensión me provoca tanta ternura que me consagro para la misión de ser su protectora.
Pongo todo el mimo y el cuidado en alimentar a MiLu, hablándole, sujetando su frágil estructura siento el latido de su minúsculo corazón, el peso casi etéreo y su mirada confiada. Su boca es más grande que su cuerpo, es curiosa esta contrariedad anatómica.
Me armo de paciencia recolectando insectos, darle agua es toda una operación. A veces, le doy migas de pan impregnadas en leche. Una vez, descubrí que la tortilla francesa también es de su agrado, trocitos minúsculos de jamón de york.
Y así, poco a poco, aprecio en MiLu otra mirada, otra energía. Sus movimientos son más rápidos, a su manera pide salir de la caja donde ha estado resguardado todo el tiempo. Contemplo con admiración su evolución y me siento orgullosa de su supervivencia.
Ha llegado el momento de la despedida. Salgo al monte, le llevo conmigo, sé que será la última vez que lo pose sobre mis manos y vea su inocente mirada. Admito que su confianza me desarma y rechazo deshacerme de él. No me pertenece, me digo, en un solo gesto con la mano impulso su vuelo, veo como desaparece perdiéndose ante mi vista. Convirtiéndose en un punto lejano y un recuerdo estival que ya no podré olvidar.
Regreso sin dejar de
mirar al cielo. Cientos de MiLu me acompañan con su alegre algarabía. Me sonrío
porque estoy convencida de que el año próximo volveré a cuidar de otro. Al
llegar a casa me reciben unos ojos que destellan interrogación ante una caja
vacía con una pluma huérfana en su interior. Pronto olvidarán esta aventura y a
MiLu.
(Relatos pertenecientes a la propuesta de Variétés: “Un verano de fotografía”)
Muchísimas gracias, mi querida amiga. Reitero mi gratitud y el placer de haber participado en tu bonita propuesta. Qué bonita fotografía 😍
ResponderEliminarMil besitos con todo mi cariño y feliz día 🤗🤗❤️
El placer siempre mío, mi querida Ana.
EliminarGracias de corazón por la belleza de tu pluma y de tu Ser 🙏
Feliz de que te guste la fotografía 😊
Bsoss y cariños enormes, y ¡muy feliz septiembre! 💙
Que tendrán las motos que nos enamoran, siempre me ha gustado y he visionado ir en una Harley a toda velocidad y con la melena al viento y por supuesto ese chico de moda jajajá, Muy romántico tu texto. Un besote muakk feliz verano Ana.
ResponderEliminarA mí me lleva a mis años de instituto y a ese chico que me tenía loquita, preciosa. Ahora me pregunto dónde y cómo estarán la moto y el chico... Bueno, el yayo porque me llevaba unos cuantos y yo ya no soy una nena 😂
EliminarMuchas gracias por verlo así.
Mil besitos con todo mi cariño y feliz verano 💫🤗❤️
De nuevo agradezco esta regalo... exhibir maravillosamente a MiLU. Todo mi cariño, mi querida amiga.
ResponderEliminarTe abrazo fuerte ♥☼
Un placer, siempre... Y feliz de que te guste todo 🙏
EliminarAbrazos y cariños enormes, mi preciosa amiga 💙
Viajar en moto es toda una aventura y si vas en buena compañía no hay nada que añadir. Buen texto. Saludos!
ResponderEliminarlady_p
Dos relatos totalmente diferentes y ambos escritos con maestría, en el primero has aprovechado el erotismo que provoca esa pareja cabalgando en la moto, que de por sí ella sola ya tiene su protagonismo erótico.
ResponderEliminarEl segundo es inmensamente tierno como sugiere la figura de Milu.
Besos
Dos estupendísimos relatos, que de tu mano se convierten en imprescindibles textos para leer con auténtico placer.
ResponderEliminarPreciosos!
Un besazo bella!