ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

Participantes y textos de la convocatoria de octubre: "Mosaico"

Campirela/ Nuria de Espinosa/ Auroratris/ Gustab/
Susana/ María/ Marifelita/ Dulce/ Chema/ Lady_P/
Tracy/ Dafne SinedieGinebra Blonde.  

jueves, 31 de octubre de 2024

A los pies de Andrómeda


(Autora: ©Nuria de Espinosa)

 

Sarah Joncas

Cuando le pregunto al testigo: ¿el tiempo, por qué avanza tan lento? Solo obtengo silencio, despertando en mí una profunda reflexión, introspección. Y aunque el agua ha oscurecido el pensamiento, la mente está en lo cierto. Soy yo la culpable. Yo, que he venido a deciros que la vida siempre gana. ¿No es cierto? A mí que me pilló desprevenida, atrapada en este hábito tan extraño que es la búsqueda del alma, yo, únicamente yo, soy culpable de mirar el tiempo. ¿Para qué contaros nada si ya he respondido de todo corazón?

Son días extraños y, a través de la vida, el insufrible espectro del tiempo es negro, tan negro como la muerte. Pero hay esferas de luz que te rodean como una sombra desde el cielo. Algún día espero desentrañar este caos que invade mi pensamiento y entonces pintaré la serpiente cuyo veneno es como un contagio difícil de superar.

Miro el péndulo y no me parece maravilloso. ¿Por qué? Me preguntó incrédula, ¿por qué? Pero por muy perspicaz que sea, me es imposible imaginar que no existe en la hora más oscura. Y no, no me angustio por las contradicciones, no. Es como girar en un tiovivo, que me envuelve como una madre en su útero, que es la fuente de la vida. Y me esfuerzo para salir de la espiral que rodea la nostalgia que es mi realidad. Me siento como una montaña que se desvanece. ¡Qué inquina tan obcecada!

Llega centauro a los pies de Andrómeda; Saturno se opone, seguro de que el tiempo es la puerta del destino; su legado se alimenta como una víbora. Y sin saber qué hacer comprendo su sabiduría; la piedra que rompe el tablero de juego. Llegados a este punto de inflexión sin retorno, el momento de oscuridad ha pasado en un trance no menos extraño. No hay desánimo, ni decadencia, en este vuelo sin fin, solo regreso a la evolución de la vida: y cuánto más comprendo, más cuenta me doy de que todo gira en el círculo del tiempo.

©Nuria de Espinosa

(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Mosaico”)


2 comentarios:

  1. Nuria, me pareció magnífico este texto,entre relato y monólogo interno. Un extraordinario viaje en el tiempo interno,en la introspección,en la ciencia...
    Me ha fascinado!
    Felicitaciones!
    Un beso admirado.

    ResponderEliminar
  2. Ese círculo en el tiempo es algo magnífico y asi lo entendí, un buen relato escrito con mucho gusto.
    Un besote y abrazo.

    ResponderEliminar

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin