(Autor:
©Rodrigo Fúster)
"... Sus manos
aún no me han soltado. Agita cancina, levemente mi sexo, para sorber y extraer
las últimas gotas de mi existencia. Bajando, recoge con largos y lentos sorbos
las gotas transparentes que escapan de él. Disfruta cada halo de vida, cada
gemido, con delicados besos, hasta dormirlo entre sus dedos. Unos labios lo
despiden para dormir la noche.
Flor lasciva,
seductora, exquisita y deliciosa, con el deseo insostenible de su boca, mi
excitación emergente en el sobre mágico, donde se pierde mi deseo erótico e
insondable.
De su linda flor, de
su linda boca, abotonada de rubíes, llena de sangre y el deseo brotando de su
piel. Rodeada de delicados pétalos sedosos, sabe a dioses, bebedero y ambrosía.
Un beso de mil
estrellas, mil besos untados en el más delicado aroma, de salivante néctar.
Toda sensual, toda furia reprimida entre sus delicados labios.
Todo su sensual cuerpo
sabe al elixir, a pudor que me fulmina. Desnuda entre sábanas, luce el jardín
de esplendor vulgar, embriagante. Corona de rodeados vellos, virgen humedal.
De esa espesa
floritud, se asoma tímida, el punto de casquillo rojo escarlata, la carne
mojado, de aroma nítido, profundo esplendor, excitada (excitado).
Pasión que tiembla al
abrir sus piernas, abismo que me envuelve y domina. Expuesta a ser bebida por
mis labios y probada por mi boca, más allá de la profundidad, y el roce de
calores, como llamas mismas en el interior, de un infierno zumos, un infierno
que me quema y consume.
Mi éxtasis vuela en
círculos dentro de una estrella de mar, rompiendo cadenas, deseando calcinar
sus labios, al tiempo que ahoga mis
palabras.
Caudal desbordado de
agua, endulzando mis labios. Vulva caprichosa de perfumes, de pasiones encantadas.
De tu follaje nace el
botón rosa oscuro irresistible, donde brotan tus gemidos, sus chillidos de
orgasmo y silencio.
Capullo florido, erección sostenida, bebiendo a sorbos salivantes, infierno caudaloso que consume, hasta hacer hervir mi sangre, y soltar mis cremosos caudales bañando su vientre, mojando tu mente, calmando tus delirios de ser poseída en raudales".
Juan de Marco.
*
Como si se tratara de
una migración de tortugas marinas, la vi nadando desde abajo, mientras se
alejaba siguiendo la corriente... Su cuerpo desnudo era magia y reflejos del
agua; Su sexo libre sembrando oscuridad, y sus senos, sus senos libres cual
globos, flameaban uno al lado del otro, endureciendo sus casquillos como puntas
de lanza; ondeaban libres en choque juguetón hundiendo y floreciendo cual magia
brujera, ondulaban y agitaban, enarbolando su belleza perfecta.
Sus nalgas movían
ligeras olas alrededor de sus caderas, asomaban cada dos a tres, y sus carnes
parecían lienzos de seda, suaves y blancos, enaltecidos por el turquesa de las
aguas. Emergió para tomar un descanso sentada en las rocas que rodeaban el arrecife,
donde los corales dibujaban el brillo de su vulva por los brillantes reflejos
del sol. Emergí tras de ella, para asomar mi cabeza y hablarle...
—¿¿¿Quién eres???, ¿¿por
qué me sigues?? —respondió asustada.
—Neptuno el rey de los
mares y dueño de estas aguas respondí, vengo por mis sirenas a darles una razón
para cantar.— Rio a carcajadas— ¿qué buscas Neptuno? te excita esta sirena
perdida— en un impulso de ola, mi cuerpo fue empujado y mis pectorales se
hicieron aún más atractivos.
—Qué bello cuerpo
tienes, podría esculpir tus carnes con una mano, mientras la otra conoce mi
lado oscuro de sirena...
La roca plana y
esculpida por el mar, hizo de lecho, y ese cuerpo caribeño se entregó sin
pensar, su templado estado, le había llevado a desear un capricho más, ella
tenía el poder de su belleza, el servir a las sirenas y protegerles su
intimidad.
Pero no cumplió con
sus deberes y se entregó a los brazos de esta tortuga sirena que se dejaba
seducir por el dios del olimpo esperando un heredero digno de sus propias bellezas.
Pero descubrió que
todo era un cuento nueve meses después... no había un dios, ni un semidiós de
resultado... el pequeño moreno de ojos verdes, terminó siendo pescador por la
inocencia de su madre y un niño abandonado por el que sí debería de haber sido
su padre, y aunque nunca se dio cuenta del engaño, le dio todo su amor
convirtiéndolo en un gran pescador, mientras la madre guardaba un triste y
frustrado silencio, y ante ese silencio, un día la dejó por una tonta operación
que pedía compatibilidad para salvar la vida de su padre.
Lo que trae el mar,
suele llevárselo el mismo, sin dejar rastro de su paso, pero guardando el
secreto de los protagonistas quienes guardan una fotografía que algún día pudo
ser la de un verano más y terminó siendo una desgraciada frustración.
(Relatos pertenecientes a la propuesta de Variétés: “Un verano de fotografía”)
Toda una descripción de un momento intenso entre dos cuerpos sedientos de gozar el deseo y placer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sensual momento de satisfacción. Un abrazo
ResponderEliminarTus dos aportaciones son magistrales en sus descripciones, llenas de sensualidad y el segundo además aportando actitudes que no sólo las tienen los dioses.
ResponderEliminarAbrazos.
Un relato erótico que nos llena de imágenes y fantasía...
ResponderEliminarMuy hermoso!
Un saludo