ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

miércoles, 31 de enero de 2024

Deseo de deseos

 

(Autor: ©Gustab)

(Chie Yoshii)

 
Deseo de deseos. (verso 4).
 
"...En el nuevo mundo, concupiscencia es el deseo que el alma siente por lo que le produce satisfacción, "deseo desmedido" no en el sentido del bien moral, sino en el de lo que produce satisfacción carnal..."
 
Verso 4.-
Mírala sobre el suelo oscuro,
silueta soberana...
Parece botón de rosa
soltando néctar que aprisiona.
Deseo de deseos.
 
Cadera, cuerpo de raíz,
lazo de tronco convergente...
placer y dolor, planta gigante.
Enredadera de placeres de carne viva,
Humedad infinita de abismo mojado...
de lengua trepita, campana de placer,
deseo de deseos.
 
Reptil del éxtasis serpiente de mi orgasmo,
Deseo eterno,
sangre de mi boca,
Bocado de aceite derramado
Deseo de deseos.
 
Concupiscente; tragas y devoras,
quemas con tus labios efervescentes,
vaporizando con cándido y cálido abrazo,
Con sed de semen, con boca de gula,
con orgasmo trémulo.
Deseo de deseos,
infinita gota.
 


DESEO, REINICIANDO EL MUNDO


 
Escucho a Vivaldi... a Paganini tratando de descifrar sus enigmas, sus tormentos. ¿Por qué el violín es un instrumento de la locura cuando se escribe para ellos como lo hizo Vivaldi? ¿Por qué en las manos de Paganini se ensombrece el olvido?... ¿Por qué Ara Malikian o David Garret se vuelven virtuosos? ¿qué tienen esas cuatro cuerdas que hacen temblar la mente llevándonos al borde del abismo?...
No sé, la locura abre la mente para transformarse en un infierno, los caprichos de Paganini te hacen imaginar cómo los dedos se mueven sin sentido hasta transformarse en un enigma... ¿Cómo un sólo te hace vibrar el alma?
No hay nada más extasiante que hacer el amor pensando en esas cuatro cuerdas que vibran como se mueve su cuerpo. Cada nota es un punto erógeno, y te vuelves genio cuando logras la nota más alta, la nota más aguda... la nota más extraña. El abismo se vuelve infinito, y tu corazón explota en lo más profundo. Repites cada nota una y otra vez hasta conocerlas de memoria, y casi inconsciente. Un tranquilo lago se transforma en un caudal inundándolo todo, y vas perdiendo la razón, dejas de pensar, de ver, de escuchar y solo sientes su humedad que lo abarca todo, y te pierdes en la mirada del otro justo en ese instante, perdiendo el equilibrio hasta hundirte en ti después de haberte hundido en ella. Gozas cada estertor, cada movimiento como si tus dedos hubiesen alcanzado la más exquisita gota.
El amor y el deseo te vuelve un drogadicto, como cuando escuchas a Paganini, o Inverno de Vivaldi; abres los brazos bajo la lluvia y dejas de mojarte porque estás en éxtasis hasta conocer el más oscuro de los palacios, el más pomposo, donde el mármol negro rebota tu mirada y te lleva a lo más íntimo de tu ser, te conoces, la conoces, vives y mueres.
La fuente en las mil y una noche muestra lo bello que es el agua como fuente de inspiración, como una connotación del orgasmo, como el más hermoso de los juegos... apagas tu sed bebiendo del sexo de ella, convirtiendo tus labios en un caracol que va dejando su huella sobre las sábanas, el brillo entre sus muslos, el agua en su vulva y dejas que tu lengua se regocije hasta verla extraviada en su sentir. Ese sentir es tan individual como ajeno al mundo real, te aleja del infierno y te acerca al cielo, besas los dedos de Dios, los unes como en los cuadros de Miguel Ángel, así como en la creación, donde se vuelve un pacto invisible, una atracción donde la cabeza no tiene sentido, donde los pensamientos se pierden, locura... dos dedos para salvar a la humanidad. Un pacto indisoluble, una conexión eterna. Adán y Eva enfrentados a la vida, saliendo del paraíso para convertir en pecado el acto más sagrado que puede haber entre un hombre y una mujer.
 


La gula y la lujuria mostrando al universo lo bello que podría ser esta unión que escapa a los mandamientos, que nos muestra lo más bello y atractivo del pecado. Es como cuando todo se detiene para volver al tiempo una ilusión, para reiniciar el mundo luego.
Cuatro cuerdas, cuatro puntos, miles de notas in crescendo, agudas, tan agudas como el centro del universo, tan profunda como la noche oscura, tan oscuro como el infierno como único paraíso en la existencia.
¿Qué hace del violín la imagen del éxtasis? ¿... qué hace la creación de Miguel Ángel la imagen del orgasmo? ¿Qué es un pacto, qué hace del deseo un pecado?
Éxtasis... éxtasis... aguas turbulentas como vacías, sin fin, un abismo eterno en el que me gustaría perderme para siempre.
 

(Poema y relato pertenecientes a la propuesta de Variétés: “Unnuevo mundo”)

4 comentarios:

  1. Muchísima intensidad en un trabajo completísimo.
    Felicitaciones.

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  2. Este texto de Gustab es magnífico. El deseo por el deseo, la concupiscencia como un epicuro glotón, el placer de sentirse vivo a través del deseo carnal. Muy bueno.

    Un abrazo a ambos

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  3. Un trabajo muy bien realizado, gracias por tu generosidad y compartirlo. Un abrazo.

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  4. Realmente un texto estupendo Gustab. Un abrazo

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin