ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

sábado, 30 de septiembre de 2023

La verdad oculta

 

(Autora: ©Lulita)

(Waldemar Strempler)

 
Sonrisa, siempre sonrisa, una y otra vez, madre me lo repetía
 
—Has de ser una buena señorita, atenta a tus modales, dulce y complaciente.
 
Lo intentaba, no solo por madre, sino porque su requerimiento coincidía con el papel que la sociedad otorgaba a la mujer.
 
—¡No seas salvaje, te comportas como un chico!
 
No acababa de entender el problema, pero veía al resto de mis amigas, que se amoldaban en mayor o menor medida al estereotipo marcado y yo quería ser como el resto.
 
Así que claudiqué, como lo hicieron generaciones de mujeres que me precedieron, como lo hacían mis coetáneas y como lo harían las generaciones venideras.
 
Mientras me adaptaba a esa vida femenina, al saber estar, la fragilidad y la búsqueda del amor que mi sexo determinaba, una y otra vez cual eco me resonaban:
 
Mujer nací mas no quise
 
en cautiva me volví,
 
del varón la envidia vi,
 
ya que vida dar ansiaba.
 
A dar el fruto renuncio
 
y mis cadenas libero,
 
por un sueño venidero
 
que el miedo ya no traba.
 
A pesar de mi melodioso subconsciente, viví la vida que se esperaba.
 
Me casé y tuve hijos y me dediqué a ellos, replegué mis alas y volé al cobijo de las de mi compañero.
 
Tuve momentos felices, desdichas, amor y desamor, tantos como la vida decide darnos.
 
Y en determinados momentos, en que el floral paisaje se resquebrajaba y esos versos volvían a sonar, surgía con rabia mi verdadero sentir ante lo impuesto y lo aceptado. Hasta que era retornada a la complacencia social por el devenir diario.
 
Los años pasan y la sociedad cambia, ahora hay movimientos feministas en auge, se hablan de cupos, de igualdad, como siempre hay voces discordantes, algunas apelan a la misma lógica del feminismo y desde aquí les lanzo mi reflexión:
 
No creo en la innata bondad de la mujer, ni en la maldad del hombre, pero sí en que existe el dominio del fuerte sobre el débil y en la dualidad de la naturaleza humana, en lo difícil que es cambiar una cultura machista, tanto en hombre como mujer, que como padres tu desvelo cuando tus hijos salen es doble si es mujer, en que incluso en una época de progreso, seguimos definidas por estereotipos cuando oigo que ser mujer es que te guste llevar falda, que tenemos que elegir muchas veces entre ser madre o tener carrera profesional cuando esa elección, casi siempre cae en el mismo lado y que dar vida, es un regalo que nos han dado con hermosas ataduras.
 
Desde la sabiduría que otorga el último tramo de la vida, deseo un verdadero cambio para mis nietos aun sabiendo la improbabilidad de ello, pues soy conocedora de nuestra naturaleza y que difícilmente aceptaremos en igualdad al diferente, ya sea en sexo, etnia o pensamiento.
 
 
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Collage”)

5 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho lo que has escrito porque refleja mi misma forma de pensar, aunque también çreo como tú y por las mismas razones que tú, que llegará algún día pero ser para nuestros tatatataranietos.
    Besos

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  2. Un buen relato donde dejas muchas puertas abiertas a una igualdad , pero no como la que predican algunas, sino coherente y bien para ambos sexos, porque al final creo que somos uno el complemento del otro y viceversa. Un abrazo.

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  3. Es que la socciedad sigue siendo muy machista, lamentablemnte. Me hiciste recordar a Sor Juana Inés de la Cruz, vestida de chico para estudiar.

    Un abrazo, y por la igualdad, porque las cotas impuestas son un parche, y ni sé si conveniente.

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  4. Τα στερεότυπα που άλλοτε αποδίδουν και άλλοτε δικαιολογούν συγκεκριμένα χαρακτηριστικά στις γυναίκες και στους άνδρες, επηρεάζουν δυστυχώς σε μεγάλο βαθμό τον τρόπο με τον οποίο βλέπουμε τον κόσμο και τους γύρω μας, τον τρόπο που διαμορφώνουμε τις απόψεις μας και τον τρόπο που συμπεριφερόμαστε, ειδικότερα απέναντι σε άτομα που ανήκουν σε συγκεκριμένες ομάδες

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  5. Me ha gustado.
    Buena mirada la que ha escrito.
    Saludos.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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