ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

Participantes y textos de la convocatoria de octubre: "Mosaico"

Campirela/ Nuria de Espinosa/ Auroratris/ Gustab/
Susana/ María/ Marifelita/ Dulce/ Chema/ Lady_P/
Tracy/ Dafne SinedieGinebra Blonde.  

sábado, 30 de septiembre de 2023

Un sueño de Altura

 

(Autora: ©Campirela)

(Waldemar Strempler)

 
Aquel viaje fue especial, única experiencia fue la juventud, mi mala cabeza y tal vez las ganas de experimentar.
Fin de curso, celebrábamos que la nueva España iba a estar compuesta de buenos farmacéuticos.
El rumbo era Italia, visitar sus monumentos y darnos alguna que otra fiesta, lo primero fue ir al albergue y dejar nuestras mochilas, íbamos en plan económico, además así era mucho más divertido, compartir habitación con personas de otras nacionalidades nos daría muchas más aventuras y por supuesto conocimientos y eso nunca viene mal.
La primera noche fue de lo más divertida, una sala grande con veinte camas, las cuales eran ocupadas por universitarios de toda Europa, el murmullo que residía era genial, no nos entendíamos, pero las risas todas la compartíamos.
Recuerdo un chico que me llamó la atención, se le veía concentrado escribiendo mientras que el resto jugaban a las cartas, o bien charlaban con gestos y mímicas, se hacían entender.
David, así se llamaba, no paraba de escribir en su libreta, mi curiosidad hizo que le preguntara que era aquello tan interesante que le tenía ensimismado.
—Perdona, te puedo preguntar qué escribes, te veo tan concentrado que me muero de curiosidad.
Él, levantó la cabeza de su libreta y con una sonrisa dijo que escriba poemas.
—Vamos, eres un bohemio del siglo veintiuno.
—ja, ja, ja, si lo quieres ver así, lo soy.
—¿Quieres que te lea algo?
—Por favor estás tardando.
 
Quisiera desaparecer, esfumarme,
fundirme, esparcirme en el aire,
ser nada, no sentir, no pensar,
no analizar, no meditar.
No quiero volver a sentir,
no quiero volver a extrañar
pero más que todo no quiero
volverte a amar.
Ser nada como soy sin ti,
ser viento de aquí para allá,
ser distancia y también ser oscuridad.
No quiero volver a besar,
no quiero volver a abrazar
no quiero volver a tocar,
ni a acariciar.
Simplemente quiero ser viento
Que va de aquí para allá.
Solo quiero ser lo que soy,
Nada, porque: ¡nada soy!
 
(Este poema es anónimo)
 
Es un poema que lleva tristeza en cada letra.
—Sí, tal vez es por la nostalgia de un pasado, pero bueno, solo es un poema.
Desde aquel día, nos hicimos grandes amigos, compartíamos el amor por la literatura, pero mi experiencia con él fue mucho más allá, y llegando casi al fin de nuestra estancia me propuso ir a un lugar donde había gente bohemia, que charlaban y compartían experiencias, le dije que sí, así, pues, aquella tarde pusimos rumbo a la Italia romántica y medieval.
El sitio en sí ya era mágico, estaba en las catacumbas del coliseo romano, un pasadizo que parecía que iban a salir los leones, nos llevó a una cueva, donde las antorchas eran la luz y el sonido de un río subterráneo la música de fondo.
Allí bebimos, fumamos y charlamos, todo ello en un ambiente distendido, pero mi mente llegó un momento que estaba por encima de ese gran circo, me veía sentada en una nube meditando debajo de mí, las personas seguían con sus vidas y yo las observaba sin ser vista desde las alturas.
Aquella experiencia no sé cuánto duro, solo sé, que al día siguiente mi cabeza era como un tambor, David vino a despedirse con una aspirina en la mano, me dijo.
No debiste beber tanta grappa, estuviste muy graciosa, pero nada que te tengas que arrepentir.
Pensé que en verdad estaba allá arriba ja, ja, ja.
Nos despedimos con un abrazo, prometiéndonos que nos veríamos algún día.
 
 
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Collage”)

11 comentarios:

  1. Qué collage más ueno has hecho con diálogos,poesía y narrativa. Y tú controlándolo todo desde tu nube particular, sin que se te escape detalle.
    Besos

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    1. Gracias Tracy, desde las nubes que bien se ve todo ajajá. Un beso

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  2. Me enamoré cuando te lo leí en tu blog... brillas como siempre, como una perfecta y preciosa hada de las letras!
    besitosssssssssssss

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    1. ajajajjaj, ains mi Lunita, como no te voy a querer. Un besote, y mil gracias.

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  3. Gracias, Tracy y gracias, Ginebra por hacer que como siempre te digo , nuestra mente este activa.
    Volemos muy alto hasta alcanzar una nube o dos ajjajaja. Besos .

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    1. Así como vosotros sois mi impulso maravilloso que me lleva a crear estos viajes de letras, que son de todos, y que tanto nos enriquece la mente y el alma 😊
      Gracias, preciosa 🙏
      ¡A volar! 🦋

      Abrazos y cariños enormes, y muy feliz mes 💙

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  4. Un poema de desamor, de estar quebrado por haberlo sentido. El escenario es de película, eso seguro.

    Por los viajes fin de curso y los poemas terapéuticos. Un abrazo fuerte

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    1. Los viajes de fin de curso siempre traían algún que otro amor, aunque se quedaba en eso, amor de tiempo limitado, pero al fin y al cabo amor . Un besote.

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  5. Cuando el momento lo requiere, la felicidad misma se presenta en forma de nebulosa donde nos posamos como en una nube. Muy bonita historia, mi niña. Roma y su Coliseo... qué recuerdos!!

    Mil besitos con mi cariño y muy feliz tarde ♥

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    1. Lo mejor de todo es que cuando leemos algo , y nos recuerda un pasaje de nuestro tiempo lo disfrutamos como si fuera ese instante.
      Mil besos Ana, gracias siempre .

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  6. Completísimo tu collage.!! Tú siempre vuelas alto Campirela. Originalidad e inspiración están en ti. Genial aporte, me gustó volver a leerte y dejarte aquí mi cariño también.
    Besos.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin