(Autora: ©Ginebra Blonde)
(Rusty McDonald)
No recordaba
cómo había llegado hasta aquel zulo. En verdad no quería recordar nada, pues
cada pensamiento que le conectaba con lo que había sido su vida antes de aquel
suceso, era como una punzada en el corazón que aún le producía más dolor, y que
le hacía desear con más ahínco su propia muerte.
Cada día intentaba borrar de su mente los
rostros de quienes, seguro, estaban llorando y sufriendo su pérdida; sabía cuál
iba a ser su destino, así que solo le quedaba poder reunir las fuerzas
suficientes para arrancar alguno de los muelles de aquel viejo colchón que
abrazaba su cuerpo vulnerado, y poner fin a su vida para acabar con esa
tortura.
Ya había perdido la noción del tiempo. No
sabía diferenciar entre el día y la noche, y solo observando la longitud de su
cabello podía hacerse una idea de los meses que llevaba secuestrada sin ver la
luz del sol.
Su cuerpo era prácticamente un amasijo de
huesos. Ella misma se provocaba el vómito cada vez que comía; era otra de las
maneras con las que se rendía a la muerte; aquella a la que imploraba e
invocaba cada vez que disfrutaba de esa breve calma tras los abusos…
Ya le quedaba poco para llegar al interior
de esas duras capas del roído tejido que revestía el maloliente colchón. Se
pasaba horas y horas sumida en esa idea que le hacía no caer definitivamente en
la locura, mientras arañaba con sus ya resquebrajadas uñas, repetidamente y con
inconmensurable paciencia, un mismo trozo de tela que al fin, agujereada,
desentrañara el arma del delito.
Al fin comenzó a tocar con sus delgados
dedos un pedacito de muelle que asomaba por el hueco que había ido desollando.
A ratos lo iba retorciendo de un lado a otro, hasta el momento decisivo que
consiguió partirlo.
Y llegó el
momento… Solo tendría que clavárselo en el cuello nada más la dejase sola; de
ese modo, tendría tiempo suficiente para desangrarse antes de que él volviese a
entrar.
Aquel día, aún dolorida y con lágrimas en
sus ojos tras un nuevo trance sufrido, cogió aquel trozo de hierro que iba a
finiquitar al fin tan terrible tormento. Fue acercándolo poco a poco a su
blanquecino y frágil cuello, y, en el momento en el que iba a propinarse aquel
pinchazo mortal, una tétrica mano envuelta en sombras cimbreantes, la paralizó
ipso facto…
Fue la propia muerte, aquella oscura Dama a
la que tantas veces había invocado, la que contuvo su mano y no permitió que se
quitase la vida. La misma que desgarró la garganta de aquel monstruo que ahora
yacía en el suelo sobre un gran charco de sangre…
Cuando el inspector Ramírez entró en aquel zulo, tras haber recibido una
extraña nota en el despacho de la comisaría, en la que aparecía dicha
dirección, le dijo a su acompañante:
—Pobre muchacha… Es un luctuoso saco de
huesos; no sé cómo puede seguir viva después de dos años, ni cómo ni de dónde
pudo sacar las fuerzas suficientes para matar a ese hijo de puta…
La Parca los observaba agazapada. Lanzó una
última mirada a la joven; sonrió, aun sin que se dibujase el gesto en su calmo
rostro, y desapareció…
A partir de aquel suceso, todas las noches
de Halloween, Lidia, aquella muchacha que sufrió aquella terrible experiencia,
recibe la visita de la Parca y no para llevársela al lado sombrío, sino para regalarle una rosa negra, como hija predilecta,
en ofrenda a la vida; compañera inexorable de la muerte.
(Relato reestructurado de mi participación juevera de
octubre/2020)
(Perteneciente a la propuesta de Variétés: "Samhain")
Aquí solo puede decirte que gracias siempre por todo lo que nos ofreces, genial, no solo me parece, ahora y el día que lo leí hace un mes,
ResponderEliminarUn besazo con todo mi cariño.
Soy yo la que os agradezco de corazón que caminéis conmigo en estas propuestas de letras y sentires, mi querida Campi 🙏😊
EliminarBsoss y cariños enormes 💙
Tremendo tu relato, ya lo había leído cuando la propuesta de reto.
ResponderEliminarSiempre sorprendes, impactas con tus relatos tan elaborados y preciosos.
Gracias por tu talento,tu sensibilidad y tu generosidad!
BESAZO ENORME BELLA!
Siempre agradecida por tu sentir, mi preciosa Ale. Tus palabras son luz y aliento en este camino de letras 🙏✨
EliminarBsoss y cariños enormes 💙