(Autora:
©Zoraida)
(Tom Bagshaw)
¿Cuánto tiempo es un
instante? Apenas un destello, un suspiro, un parpadeo. En un instante la vida
te cambia. En un instante tu corazón se rompe, los sueños se diluyen, te hundes
en la profundidad de un abismo o naces a la luz, brota una idea nueva, te enamoras
por segunda o tercera vez, encuentras el sentido de tu existencia.
Mi vida se destruyó en
un instante en el que, a la misma vez, renací a una yo desconocida e implacable
porque perdí el miedo. El miedo era mi ángel de la guarda, me protegía de todo
lo que no debía traspasar el umbral de mi cuerpo, de mi mente, de mi corazón.
Perdí el miedo a la gente, a lo desconocido, al fracaso, al deshonor... a la
vida y a la muerte... perdí todo lo que me resguardaba de la crueldad del
mundo. Y cuando pierdes el miedo ¿qué te queda? Te queda el monstruo en el que
te conviertes.
Hice de mis días y mis
noches un campo de entrenamiento previo a la batalla final. Me dediqué a
vislumbrar el horizonte que él tenía frente a sí como si fuera mío y a sentirlo
en mis entrañas hasta parirlo. Sólo me quedó de él su sueño y su alianza de
boda que ahora llevo prendida en una cadena de plata acariciando mi pecho; el
que tantas veces besó y lamió y mordió en el arder de nuestro deseo. Juguetea
la sortija en mis dedos y siento la pasión y la dulzura de sus besos, y una
rabia inmensa me recorre por entero.
"No te olvido amor mío, no te olvido ni siquiera en un
destello del tiempo, un suspiro o un parpadeo".
Él tenía trazado un
plan magnífico que yo sigo ahora y al que le añado detalles que lo mejoran.
Éramos sin duda el mejor equipo del mundo, nunca nos soltamos la mano. Y nunca
tuve "el corazón tan rojo" como lo tuve junto a él, vestida de novia perenne,
siempre de blanco. A él le gustaba más el negro, y el negro riguroso cubre mi
dolor y mi piel hasta que me una de nuevo a él allí donde las religiones
antiguas nos prometen la felicidad eterna. De luto, antes y ahora, pues como él
decía hay lugares en los que el luto es blanco.
"Tu propósito es el mío y te honraré con la mejor de las
venganzas. Lograré encontrar el tesoro que buscabas y lo dilapidaré dichosa
pisoteando la burla de los incrédulos. Aún no me brillan los ojos con la luz de
la alegría, aún los siento arrebatados por el mismísimo fuego del infierno,
pero dame tiempo amor mío, seré mejor, mucho mejor que quienes fuimos juntos:
más generosa, más bella, más libre, más sabia. Dame tiempo".
(Texto perteneciente a
la propuesta de Variétés: “Tómate tu tiempo”)
Algo que va con el tiempo digamos que son primos hermanos, son esos destellos y esos instantes.
ResponderEliminarQué sería de nuestras vidas sin ellos a los que aferrarnos. Un bello texto.
Un saludo.
Me encantó tu relato Zoraida!
ResponderEliminarreto conseguido!
Un abrazo
El tiempo nos quita y el tiempo nos da, la sabiduría es saber cómo aprovecharlo y Zoraida lo ha aprovechado en esta historia totalmente romántica. Hace tiempo que no te leía.
ResponderEliminarBesos dulces.
Bellísimo texto. Me encantó. Muy bien contado. Abrazo grande.
ResponderEliminarhttps://elisabetsusanadesimonerelatos.blogspot.com/