(Autora: ©Dafne Sinedie)
El repartidor llamó a la puerta y Cassie
se puso apresuradamente el albornoz. ¡La había pillado entrando en la bañera!
—¡Ya voy!
En el umbral apareció un chico de su
edad vestido con el característico uniforme. Al principio la miró sorprendido,
pero se recompuso rápidamente y fijó su mirada verde en sus ojos.
—Tengo un paquete para Cassandra Vane
—anunció con profesionalidad.
—Sí, soy yo.
Sus dedos se rozaron al entregarle el
paquete y a Cassie le recorrió un escalofrío. El repartidor ignoró su reacción
y sacó una Tablet.
—DNI, por favor. —Cassie lo enumeró—.
Ahora firme aquí... Muchas gracias.
—Gracias a ti.
Su sonrisa era preciosa.
—¡Felices Fiestas!
En un abrir y cerrar de ojos se había
marchado.
Cassie cerró la puerta, suspirando.
¡Hacía mucho tiempo que no sentía un flechazo! Tras cortar con su ex, temía
haber perdido la capacidad de sentir atracción por otro ser humano; precisamente
por eso había realizado ese pedido.
Abrió el paquete y apareció una caja rosa
donde se leía: Satisfyer Pro 2 Next Generation. Con la emoción burbujeándole en
el pecho, leyó las instrucciones y decidió cargarlo para probarlo esa misma
noche.
Como
si se preparase para una cita, se metió en la bañera y se aplicó todos los
cuidados. Luego, se volvió a vestir con el albornoz y se secó el pelo con mimo.
Dado que aún quedaba tiempo para la carga completa, decidió llenar su estómago
con una cena suave.
Cuando Cassie regresó al dormitorio, la
lucecita del aparato había dejado de parpadear. Sonriendo, encendió una varita
de incienso de canela y el aroma dulce la envolvió.
Se acomodó en la cama y jugueteó con las
velocidades del Satisfyer, explorando las distintas sensaciones. Su excitación
creció poco a poco, y dejó volar su imaginación hasta centrarse en una escena.
Irremediablemente, su mente la situó horas antes.
Imaginó que dejaba entrar al repartidor y
le besaba contra la puerta. Sin quitarse el uniforme, él se liberaba la
polla...
—Tengo un paquete para Cassandra Vane —le
susurraba al oído.
Y se disponía a follarla ahí mismo.
Cassie se corrió. Los ojos se le llenaron
de lágrimas, y sintió como si se estuviera haciendo pis. «No, es squirt». Se
echó a reír, maravillada, y le vino a la cabeza la cita del último libro* que
había leído: Desear es querer existir.
(Relato perteneciente
a la propuesta de Variétés: “Deseos”)
En este segunda lectura te diré que lo he disfrutado mas, muy bueno.
ResponderEliminarEsto solo nos hace pensar que nuestra mente es lo mejor que tenemos cuidémosla y hagamos de ella nuestro mejor jardin, un besazo Dafne✨🙋⭐😌
jejeje... me gustó!! pero con el Satisfayer dudo que su excitación creciera poco a poco! No le da tiempo!! ajajaj... me encantó tu relato!
ResponderEliminarUn abrazo.