ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

domingo, 31 de diciembre de 2023

Desear es querer existir

 

(Autora: ©Dafne Sinedie)

(Ginebra Siddal)

 
   El repartidor llamó a la puerta y Cassie se puso apresuradamente el albornoz. ¡La había pillado entrando en la bañera!
      —¡Ya voy!
    En el umbral apareció un chico de su edad vestido con el característico uniforme. Al principio la miró sorprendido, pero se recompuso rápidamente y fijó su mirada verde en sus ojos.
      —Tengo un paquete para Cassandra Vane —anunció con profesionalidad.
      —Sí, soy yo.
    Sus dedos se rozaron al entregarle el paquete y a Cassie le recorrió un escalofrío. El repartidor ignoró su reacción y sacó una Tablet.
    —DNI, por favor. —Cassie lo enumeró—. Ahora firme aquí... Muchas gracias.
      —Gracias a ti.
      Su sonrisa era preciosa.
      —¡Felices Fiestas!
      En un abrir y cerrar de ojos se había marchado.
      Cassie cerró la puerta, suspirando. ¡Hacía mucho tiempo que no sentía un flechazo! Tras cortar con su ex, temía haber perdido la capacidad de sentir atracción por otro ser humano; precisamente por eso había realizado ese pedido.
     Abrió el paquete y apareció una caja rosa donde se leía: Satisfyer Pro 2 Next Generation. Con la emoción burbujeándole en el pecho, leyó las instrucciones y decidió cargarlo para probarlo esa misma noche.
      Como si se preparase para una cita, se metió en la bañera y se aplicó todos los cuidados. Luego, se volvió a vestir con el albornoz y se secó el pelo con mimo. Dado que aún quedaba tiempo para la carga completa, decidió llenar su estómago con una cena suave.
      Cuando Cassie regresó al dormitorio, la lucecita del aparato había dejado de parpadear. Sonriendo, encendió una varita de incienso de canela y el aroma dulce la envolvió.
    Se acomodó en la cama y jugueteó con las velocidades del Satisfyer, explorando las distintas sensaciones. Su excitación creció poco a poco, y dejó volar su imaginación hasta centrarse en una escena. Irremediablemente, su mente la situó horas antes.
     Imaginó que dejaba entrar al repartidor y le besaba contra la puerta. Sin quitarse el uniforme, él se liberaba la polla...
      —Tengo un paquete para Cassandra Vane —le susurraba al oído.
      Y se disponía a follarla ahí mismo.
    Cassie se corrió. Los ojos se le llenaron de lágrimas, y sintió como si se estuviera haciendo pis. «No, es squirt». Se echó a reír, maravillada, y le vino a la cabeza la cita del último libro* que había leído: Desear es querer existir.
 
 
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Deseos”)

2 comentarios:

  1. En este segunda lectura te diré que lo he disfrutado mas, muy bueno.
    Esto solo nos hace pensar que nuestra mente es lo mejor que tenemos cuidémosla y hagamos de ella nuestro mejor jardin, un besazo Dafne✨🙋⭐😌

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  2. jejeje... me gustó!! pero con el Satisfayer dudo que su excitación creciera poco a poco! No le da tiempo!! ajajaj... me encantó tu relato!
    Un abrazo.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin