ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

sábado, 30 de septiembre de 2023

La dama de los susurros

 

(Autora: ©Susana)

(Waldemar Strempler)


    En el silencio de las sombras del siglo XIX, en un rincón oculto de la historia, yace una figura envuelta en encaje y seda, una mujer de secretos ocultos y deseos reprimidos. Su mirada, profunda como el abismo, guarda el pesar de una vida marcada por la opresión y la insatisfacción.
 
     Ella es la guardiana de los susurros, una dama de una era en la que la sensualidad se mantenía enjaulada, una prisionera de las expectativas impuestas por la sociedad de la época. Su dedo, un pálido guardián, silencia los pensamientos prohibidos que se atreven a danzar en su mente, pero su corazón anhela la liberación, una liberación que solo puede encontrar en la oscuridad y la clandestinidad.
 
     Tras las pesadas cortinas de terciopelo, sus ojos observan sigilosa la vida que florece fuera de su mundo encerrado. Susurra un suspiro cargado de anhelo mientras se asoma a las cerraduras, espiando a aquellos que se atreven a vivir sin restricciones, que se entregan al placer y la armonía sin temor ni culpa. En susurros de envidia y deseo, observa sus encuentros apasionados, sus risas llenas de alegría, preguntándose si algún día podrá conocer la dicha que tanto le ha sido negada.
 
     En el reflejo de los espejos antiguos, ve el reflejo de una mujer atrapada en su propia cárcel emocional, una prisionera de una época que no comprende sus anhelos y ansiando una liberación que se le escapa como el humo entre los dedos. En sus ojos, hay un brillo de rebeldía y determinación, una chispa que promete que un día, de alguna manera, encontrará la fuerza para liberarse de las cadenas que la atan y buscar su propio placer y armonía en un mundo que finalmente le pertenezca.
 
     Así, en la penumbra de la historia, esta figura enigmática persiste, un alma en búsqueda constante de un paraíso que está destinada a encontrar, porque incluso en la oscuridad más profunda, la luz de la libertad siempre encuentra una grieta por la cual brillar.
 
 
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Collage”)

2 comentarios:

  1. Muy bonito ese espejo que delata todo lo que llevamos dentro.
    Nos atrapan , pero a la vez nos dicen verdades que a veces queremos ignorar.
    Un abrazo.

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  2. De hecho la líbido se tenía que esconder. Las damas no podían mostrar concupiscencia alguna.

    Un buen relato. Por la libertad de sentir y de ser. Un abrazo

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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