(Autor: ©Chema)
Ginebra era un poco determinista, tendía a creer en las
señales. Era junio y estaba estudiando para el examen final de física. Era una
asignatura muy extensa, y se preguntaba a qué temas debía dedicar más tiempo.
Era sábado a media tarde y estaba cansada de estudiar, así
que decidió salir a dar una vuelta para despejarse.
Al pasar por una tienda de juguetes que había al lado de su
casa, vio en el escaparate un caballito de estos que se balancean. Al poco
rato, se metió en un parque y vio a unos niños jugando con una peonza. “Las
cosas antiguas siempre vuelven”, pensó ella.
Después vio a una niña paseando una silleta de juguete,
dentro de la cual iba una muñeca Nancy. Entonces Ginebra reflexionó: “La Nancy
en realidad es adolescente, pero estará encantada de que la lleven en ese
cómodo medio de transporte”.
En esto que oyó el timbre de una bicicleta. Era Cora, que se
estaba dando una vuelta en su flamante BH roja. Se pararon un rato a charlar y
reír.
Cuando Ginebra retomó su camino, vio a un adolescente haciendo
filigranas con su yoyó, tratando de impresionar a unas amigas que estaban con
él. “Igual que cuando en los ochenta la gente estaba loca con los yoyós
Russell”, recordó ella.
“¡Mira por dónde vas!”, oyó decir. Se dio la vuelta, y era
Auroratris con sus patines, riendo al ver el susto que se había llevado su
amiga. Decididamente, era el día de los encuentros.
Mientras charlaban, se fijaron en unas niñas saltando a la
comba. Se miraron con complicidad, recordando su infancia.
Cuando Ginebra regresó a su casa, le sonó el WhatsApp. Era
Chema, compañero suyo de clase en la facultad. Le preguntaba: “Oye, Gin, qué
crees que nos va a caer en el examen de física?”.
Ella empezó a teclear, pero se dio cuenta de que era más
rápido mandar un audio. Así que presionó el icono del micrófono y dijo lo
siguiente:
“Pues mira, Chema, yo creo que en la parte de ejercicios
cortos va a caer algo de movimiento oscilatorio, ángulos de rotación, y
tensiones en cuerdas. Y el problema largo va a ser sobre rodadura sin deslizamiento,
que da mucho juego. Así que estúdiate muy bien todo eso”.
“Pero ¿cómo lo sabes con tanta seguridad?”, preguntó Chema.
“¡Ni que hubieras hackeado los ordenadores de la cátedra de física!”, dijo
añadiendo un emoticono de guiño.
“Tú hazme caso. Es sólo intuición femenina...”, respondió
enigmáticamente Ginebra.
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Juguetes”)
Soy Cora que bonito Chema me ha encantado cada detalle.
ResponderEliminarBesos para ambos
Imaginación al poder, genial chema has ido enlazando cada amiga bloguera y le has dado un juguete , pero el final es sensacional, seguro que el examen salió bordado ajajá. Besotes.
ResponderEliminarChema te felicito por tu originalidad al introducir a las participantes en la historia
ResponderEliminarEl día que comenté se me pasó que parecía yo. La cuenta me fallaba y tuve que comentar como anónimo. Así que iba nerviosa...
ResponderEliminarMis disculpas Chema ya comenté allí y agradezco ser con nuestras amigas protagonista de tu entrada y así jugar juntos.
Besitos para ti y Gine.