(Autor: ©Xan Do Río)
Mi calzado
para la propuesta 👢
Caminaba concentrado y
con la idea de cumplir la meta que se había fijado de 40 km al día, lo
normal era hacer la mitad, pero Jhonnie Walker tenía el presupuesto limitado y
así conseguiría llegar desde O Cebreiro a Santiago en cuatro días en vez de en
ocho, ahorrándose el alojamiento de esos cuatro días. Si era capaz de caminar
desde las 7 de la mañana hasta las 13 h y luego otras dos horas después de
comer, aún le quedaría tiempo para leer
algo a la tarde e incluso estudiar
castellano.
Estaba muy ilusionado, había conocido a Jovita en Manchester,
una chica gallega muy mona que había ido a ver a su equipo del alma, el Celta
de Vigo, a jugar un partido de la UEFA contra el United, del que era Jhonnie
seguidor desde la infancia, después del partido, en la cola del baño de un pub
surgió el flechazo.
Quería impresionarla a su llegada a Santiago, donde habían
quedado, hablando algo de castellano, el gallego lo dejaría para más adelante
porque le parecía un poco más complicado.
Era su segundo día, se había despertado en Sarria, algo
cansado pero empezando el día con
positividad, el paisaje era de un verdor impresionante, el camino discurría
entre muros por bosques de robles centenarios y por cauces de regatos que había
que sortear saltando de piedra en piedra, a menudo, se cruzaba con campesinos
que eran muy amables con los
peregrinos y se esforzaban en dar largas explicaciones, a cualquier pregunta
que les hacían.
Su equipaje era mínimo, una mochila curtida de tantos viajes
por Europa, normalmente escapadas de fin de semana: Berlín, Praga, Viena,
Cracovia, Roma, Bruselas y París, eran las ciudades que había explorado al
detalle caminando con sus viejas botas,
pues trataba de hacer todos los recorridos turísticos por las ciudades, sin
usar ningún tipo de transporte, aquellas botas eran viejas y estaban gastadas,
pero eran tan cómodas o más que unas zapatillas para él, así que no había
pensado, por lo de ahora, en deshacerse de ellas.
Había comprado una postal en el albergue antes de emprender
su etapa, pues no estaba acostumbrado a
alejarse de su familia y de sus amigos durante mucho tiempo, así que quería
que supieran que también los tenía presentes, en este viaje tan importante para
él, en ella escribiría palabras de
cariño hacia sus padres y también sobre
sus pensamientos a cerca de estos días de camino en solitario, alejado de los chismes y los dramas de
las redes sociales.
Cada vez estaba más cerca de Palas de Rei, veía pequeñas
construcciones hechas de palos de madera con tejado de paja, sobre unas
columnas de piedra, en la guía de bolsillo que llevaba ponía que eran
“cabazos”, unas construcciones para guardar y secar el grano. Las aldeas
salpicaban el territorio con sus casas de piedra marrón y con pequeñas puertas
y ventanas de madera, Jhonnie creía estar caminando por un paraje en plena edad
media. De vez en cuando, le venía a la cabeza la imagen de Jovita y de sus ojos
de color azul turquesa, como el mar, al lado del que ella solía presumir que vivía,
pensaba en ella y tenía ganas de cantar
y bailar, incluso se le aceleraba el paso y se reía solo.
Después de tantas y tantas rutas torcidas que había cogido en
su vida, de tantos altibajos, creía estar alcanzando su equilibrio, sentía que
la senda de la flecha amarilla, le llevaría lo más directo posible a la
felicidad. Sin sospechar que iba a ser un camino mucho más largo y más
apasionante de lo que se creía.
(Relato perteneciente a la propuesta: Equilibrio de “Variétés”)
PrecioSo caminar, en él solo encontró su equilibrio sino vivió aventuras que le dejaron marca en su vida. Felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminar