ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

lunes, 31 de octubre de 2022

Equilibrio

 

(Autora: ©Dafne Sinedie)
Mi calzado para la propuesta 👢


   El primer pensamiento que me vino a la cabeza nada más apagar el despertador fue:

«Es viernes, hoy le veo».
 
    Una sonrisa de felicidad se dibujó en mis labios y salí de la cama de un salto, dispuesto a terminar la semana de la mejor manera posible.
    Caminé descalzo por el entarimado de madera que cubría mi apartamento; el contraste con las baldosas frías del baño me provocó un escalofrío.
    Me duché rápidamente, me afeité, me puse los calzoncillos y regresé a mi dormitorio para terminar de vestirme: camisa azul, vaqueros y zapatos marrones. Arreglado y, al mismo tiempo, informal. Los detalles importantes eran las pulseras de cuero en la  muñeca izquierda, el anillo rectangular en el dedo anular y las dilataciones en las orejas.
   Terminé de peinarme y me puse un poco de perfume, rezando porque la fragancia de madera de cedro y cítrico durase toda la jornada. Después alcancé mi mochila y bajé al garaje a por mi querida Harley.
   Atravesé la ciudad con fluidez, como si el ronroneo de la moto fuera una melodía y estuviera bailando con las calles.
   Ya en el trabajo, saludé a mis compis de trabajo conforme pasaba delante de sus puestos, parándome a hablar en algunas mesas, y sus respuestas y risas llenaron el edificio.
   Consideraba mi trabajo como el mejor trabajo del mundo, pues consistía en leer novelas. Dentro de la editorial, trabajaba en el sello Roman-tique. ¡Me encantaba el romance! Sobre todo cuando estaba mezclado con otros géneros como la fantasía, la ciencia-ficción, el terror... Además, intentábamos que nuestro catálogo fuera lo más inclusivo y diverso posible. Precisamente, el manuscrito que estaba revisando en esos momentos tenía como protagonista a una chica ace que estaba descubriendo su sexualidad, y me estaba gustando tanto que no pude evitar abrir mi libreta y apuntar mis pensamientos en ella.
   Al medio día tenía un descanso de una hora para comer. Mientras, vi un episodio de un dorama coreano en versión original. En la vida real no me gustaban ni los chismes ni los dramas, pero en la ficción me encantaban. Además, los doramas me servían para mejorar mi oído en ese idioma.
    A las cinco finalizó mi jornada y me despedí de mis compis de nuevo.
   Llegué primero a nuestro punto de encuentro, la Plaza Mayor, y aproveché la espera para llamar a mi hermano, pues estaba estudiando en otro país.
    Justo cuando colgaba el teléfono le reconocí.
    —¡Aiden!
   Se acercó a mí con su sonrisa pícara de siempre. Tenía el pelo largo y moreno, la barba perfectamente recortada y los ojos marrones más vivaces que había visto nunca.
    —¡David!
    Nos abrazamos con cierto nerviosismo.
    —¿Te apetece dar un paseo? —Le pregunté cuando nos separamos.
    —¡Claro! Oh, espera...
   Se agachó y le miré desde arriba, confuso. Entonces entendí lo que estaba haciendo: atarme los cordones del zapato derecho. El rubor cubrió mis mejillas.
   —¡Ya está! —Dio una palmada cuando volvió a incorporarse—. No querría que te tropezases.
   —Gracias.
  Habíamos quedado tan juntos que fue inevitable: nuestros labios se encontraron...
 
    Y sentí que con Aiden la balanza que sostenía mi mundo se equilibraba.
 

(Relato perteneciente a la propuesta: Equilibrio de “Variétés”)


1 comentario:

  1. Eso es amar el trabajo , y más cuando se tiene ese optimismo y hay alguien que nos espera a la salida... Chicos coquetos y bien perfumados jaja . Un besazo.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin