(Autor: ©Chema)
Mi calzado
para la propuesta 👞
Abrí los ojos unos minutos antes de que sonara el
despertador. Había dormido profundamente, y eso era bueno para el día tan
ocupado que tenía por delante. Era sábado, y me había tocado dar clase por la
mañana. Después haría las compras y comería, y por la tarde tendría un
encuentro muy especial...
Me tocaba explicar a mi alumna la representación gráfica de
funciones. Mientras ella hacía un ejercicio que le había puesto, tuve este
pensamiento: el máximo de una función se alcanza en un punto preciso, ni más a
la izquierda ni más a la derecha. Esto recuerda mucho a lo que decía el
filósofo Aristóteles sobre la virtud, que se encuentra en el término medio. “Me
apunto esta idea para el blog”, pensé.
Después de la clase, fui al mercado. Estaba sonando por los altavoces
la canción ‘la isla bonita’ de Madonna, que no pude evitar canturrear por lo
bajo. Me dirigí al puesto de la fruta, donde tengo a varias amiguitas. Son muy
simpáticas, y yo les correspondo sonriendo aunque tenga un día complicado, y a
veces diciendo alguna pequeña broma.
Luego le compré a mi madre en la panadería un pastel de queso
que a ella le gusta mucho, y lo llama ‘de leche condensada’. Es muy dada a
rebautizar las cosas.
Al llegar a casa, di un vistazo a las redes sociales. En
Facebook, vi una publicación sobre rencillas entre aficionadas a las muñecas.
Siempre surgen problemas: que si tú me has copiado el patrón de un vestido, que
si el conjunto que me vendiste no era lo que habíamos acordado... Paso de ese
tipo de cosas, me incomodan. Vi algo mucho más interesante, que era un vídeo
del canal ‘English with Lucy’ con una lista de frases coloquiales para iniciar
una conversación. El canal de esa chica está genial para aprender inglés desde
otra perspectiva.
A las cinco de la tarde había quedado en el parque del Retiro
con mi amiga Vanesa, que me iba a enseñar a patinar, nada menos. A cambio, yo
le ayudaría con las matemáticas a su sobrina. Metí en la mochila mis patines
recién comprados y salí de casa con una mezcla de miedo e ilusión.
Para ser mi primera sesión de patinaje, no estuvo nada mal.
Vanesa me enseñó a mantener el equilibrio realizando diferentes movimientos,
como extender los brazos, doblar las rodillas... Cuando ella empezó a notar mis
primeras señales de cansancio, me propuso ir a tomar un chocolate caliente en
un puesto que había por allí.
Al llegar a casa al anochecer, cené algo y me puse a leer la
novela con la que estaba en aquel momento, ‘un amor’ de Sara Mesa. Se me
cerraban los ojos, porque había hecho muchas cosas aquel día y estaba cansado,
aunque contento. No hay nada como irse a la cama con pensamientos bonitos.
(Relato
perteneciente a la propuesta: Equilibrio de “Variétés”)
Leerte en este texto ha sido viajar en un dia contigo . Por cierto genial, esa primera vez de petites suelen ser graciosas, sobre todo si plantas el culete en el suelo ajja. Un besazo Chema.
ResponderEliminarMe ha encantado Chema. Me quedé con ganas de leer más sobre el descanso con el chocolate caliente, la idea de soltarse a patinar es muy emocionante y yo ya estaba imaginando la conversación con anécdotas del aprendizaje. Qué curiosa dirás, pero es que estaba tan a gusto leyendo que quería saber más jajajajajaja.
ResponderEliminarBesos!!
Otra cosa, qué buena pinta tiene ese chocolate, si fuera otra hora creo que me haría uno ahora mismo ji,ji
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