(Autora: ©Fini López Santos)
Amelia Earhart, pionera en la
historia de la aviación.
Fue una aviadora estadounidense,
célebre por sus marcas de vuelo y por intentar el primer viaje aéreo alrededor
del mundo sobre la línea ecuatorial.
De nuevo sola en aquel departamento esperando ser atendida.
—Espero que esta vez me concedan el permiso.
Lo tenía difícil pero ella, mujer decidida, se hartó de
depender de un hombre para conseguir sus sueños y vivir una vida libre, sin
mordaza alguna.
—Me pondrán verde y todas las trabas posibles por ser mujer.
Lo sabía y lucharía por cambiar aquello, esta vez no iba a dejarse vencer,
estaba decidida.
—Perdón, ¿cuándo seré atendida? Llevo tres horas esperando y
ya comienzo a perder la calma.
—Señorita no moleste, cuando llegue su turno la avisaré.
Era antipático y sus ojos más bien despedían destellos de
rabia con un rictus amargo en sus labios.
Me estaba impacientando y mi cabeza empezó a tramar alguna
travesura para que me tomase en serio el tal aspirante a jefecillo de tres
cuartos.
Su mesa era amplia y en algún momento dejaría de haber
visitas, sería el momento justo para jugársela.
—¡De esta saldré victoriosa!
En un descuido del prepotente oficinista, se coló bajo la
mesa, fue fácil, su agilidad y la ropa adecuada hicieron el resto.
Según la gente, vestía como un señor y todo por llevar
pantalones.
Cuando regresó a su silla, como una niña mala tocó la pernera
de su pantalón con el pie y un respingo le hizo perder el equilibrio en la
silla, sus ojos atónitos y su cara todo un rubor, le refirmaron que había sido
una buena idea.
—Salga de ahí por el amor de Dios, me está comprometiendo, a
saber qué pueden pensar de mí, si alguien la descubre.
No se dejó amilanar y continuó con su travesura, haciendo
oídos sordos a sus palabras, susurrándole bajito y socarronamente.
—No voy a salir de aquí hasta que anuncie mi visita a su jefe
y procure no pasarse de listo o le pongo en evidencia, puede que sea el próximo
en estar a la cola, usted decide.
No tardó en ser atendida por el mandatario y como esperaba
tendría que jugar bien sus cartas.
Se escucharon bramidos, gritos y algún que otro golpe en la
mesa, de pronto el silencio, un mutismo ensordecedor, el crujir de la puerta
dio paso a su persona enfundada en un traje mil rayas y melena al viento,
bella, femenina hasta aturdir, sonriente y vencedora.
¡Lo había conseguido!
Tenía la autorización para volar sola una mañana de abril,
sin paquete alguno que adornase su figura.
(Relato perteneciente a la propuesta: “Déjate Soñar”)
El tesón y las ganas de llegar a conseguir lo que una desea le abre la mente y vaya que lo hizo ajajaj. Me gusto mucho la verdad, Un besote.
ResponderEliminar