(Autor: ©Daniel)
Te amé y odié por partes iguales.
Te amé.
Siempre me costó encontrar certezas en la brumosa fuente de
mi corazón. Sin embargo, nunca abrigué la menor duda: yo te amé.
Mi amor comenzó desnudo de cualquier esperanza, eras
inalcanzable. Pero algún dios nos miró divertido y los planetas se alinearon.
Y mi amor, abriéndose camino ante mi incredulidad, comenzó a
dar sus primeros pasos.
Y me dejaste amarte.
Fuiste mi mundo y puse en tus manos mi destino con los ojos
ciegos de confianza y gratitud.
Un día comprendí que ambos te amábamos.
Yo te amaba, y tú te amabas.
Te hacía el amor buscando tu mirada.
Tus ojos buscaban tu imagen reflejada.
Tu belleza alcanzaba para ambos, pero mi corazón mezquino no
podía compartirte...
Y te odié.
Siempre me costó encontrar certezas en la brumosa fuente de
mi corazón. Sin embargo, ya no abrigo la menor duda: yo te odio.
(Poema perteneciente a la propuesta: “Odio”)
En el texto vi tal vez un poco de narcisismo por parte de la amada, su reflejo era más importante que la mirada de su amado , y eso no va por buen camino. Un buen texto . Un abrazo
ResponderEliminarLos que he leído son magníficos. Todos ellos me gustaron.
ResponderEliminarUn abrazo
Ese egocentrismo que hacer aparcar la generosidad del amor incondicional. Muy buen relato.
ResponderEliminarMil besitos, Daniel.
Muy buen relato Daniel!
ResponderEliminarFelicitaciones!
La frase que pones es definitoria: "Un día comprendí que ambos te amábamos: yo te amaba y tú te amabas".
ResponderEliminarEstá todo dicho , aunque falta decirte que has hecho un buen relato.
Todo se resume en esa frase.
ResponderEliminarMagnífico relato.
Muy bueno el relato. Saludos a la distancia.
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