(Autora: ©Volarela)
“El grito” Edvard Munch
Alguien
advirtió al pintor Daniel de que no usara aquellas pinturas que le compró a un
indio; pero él necesitaba pintar como fuera, porque su ser se desangraba por
dentro de una tristeza oculta y corrosiva.
Tras una noche en vela, Daniel terminó su
espeluznante cuadro. No sabía si romperlo o venderlo. En él había caído todo el
tormento de su alma. Los tonos eran de pánico; también las formas, ondulando en
la desesperación, trasmitían un grito tan fuerte que enmudecía cualquier señal
sonora de vida. Nunca supo cómo pudo plasmar tanta fuerza sonora en su cuadro.
¡Y qué maravillosamente bien se sintió después! Parecía haber expulsado de su
cuerpo mil demonios. Su estado ahora era pura beatitud... Sin embargo, tras
terminarlo, extrañamente, dejó de oírse a sí mismo. Sus pasos no sonaban; ni su
voz; ni su corazón... Nada... Era muy extraño...
Salió a la playa; ni el viento, ni las olas,
ni el paseo tenían voz. Llegó una ola muda a sus pies. El mar sin sonido era
como un cuerpo inmenso de agua flotando en el vacío sideral. Las personas que
en ese momento caminaban se alarmaron. Corrían despavoridas tratando de hacer
ruido con sus pies, con sus manos, con sus labios... Estaban desesperadas,
perdidas en la nada que les había llegado de golpe. Exigían la música de los
verbos, o simplemente el de sus pisadas para comprender que seguían comunicados
con la vida…
El pintor comprendió que el fenómeno del
mutismo era universal. Frente a él, en una ventana de un segundo piso, un
músico trataba de sacarle notas a su violonchelo muerto, tocándolo,
acariciándolo, abrazándolo… Luego, tiró un jarrón contra la pared, que impactó
como las sordas burbujas de los peces. Las cosas ya no eran iguales; parecían
flotar, sin sustancia, solitarias sobre las manos fantasmales del silencio.
Toda la vida pasaba ante los ojos del pintor como un ave nocturna y lúgubre.
Los labios de las personas luchaban por emitir palabras, pero sólo les salía un
viento dormido dentro de otro viento dormido. A su lado pasó un perro con la
mandíbula abierta. Parecía ladrarle copos de nieve negra; le exigía respuestas…
Por todas partes la gente hacía muecas dolorosas, o buscaba un atisbo de ruido
por los rincones, ya que vivir sin sonido era como vivir en el sueño de una
ballena fantástica... y dormida.
Daniel comprendió que el descomunal grito de
su obra había dejado sordo al mundo, mientras que él, en su desahogo, gozaba de
una felicidad que rozaba los límites inaudibles de la iluminación. Pero esa
dicha no podía continuar. Debía sacrificarla. Sacrificarse por los demás.
Destruyó su obra, quemándola. Entonces, aquel
viejo dolor suyo escondido bajo tierra, aquel sufrimiento oculto por su hijo
muerto resurgió con especial dureza, golpeándolo como un boomerang con toda la
virulencia desatada de diez años de represión. Murió casi en el acto; pero
antes emitió un largo y desgarrador alarido que movió las campanas de la
iglesia hasta hacerlas sonar con un desenfreno agónico.
Aquellas campanadas estrepitosas despertaron
a la gente. Al fin, el concierto de la vida regresaba a su lugar: a los labios,
a las patas, a los ríos, a las trompetas, a los llantos, a las cacerolas, a los
maullidos, a las palmas de las manos, a las cláxones, a los vivísimos gritos de
los niños… Todos se abrazaron; y un alud sediento de voces renació de las
mismas alas de la vida.
©Volarela
(Relato perteneciente a la propuesta:
“Emociones”)
Pintar como
fuera (ansiedad)
Desangrarse
de tristeza (tristeza)
No sabía si
romperlo o… (confusión)
Los tonos
eran de pánico (pánico)
Ondulando en
la desesperación (desesperación)
¡Qué
maravillosamente bien se sintió! (Bienestar)
Estado de
pura beatitud (felicidad)
Las personas
se alarmaron (alarma, susto)
Corrían
despavoridas (pavor)
Tocándolo,
acariciándolo (ternura)
Serenó su alma
(serenidad)
El dolor de
su alma (dolor, pena)
Sediento de
vida (ansia, vitalidad)
Sin duda nos has dejado un relato donde la satisfacción de unos es la desgracia de otros, al final la cordura es la que manda. Muy bueno. Besotes.
ResponderEliminarQué buena la imagen que has puesto,,impacta!
ResponderEliminarMil gracias. Es un honor estar junto a los compañeros en tu bello espacio.
Un gran abrazo
Feliz de que te haya gustado, preciosa. Para mí es un lujo contar con vuestra compañía, así como con vuestras magníficas plumas.
EliminarGRACIAS 🙏
Abrazo grande 💙
Un encaje perfecto de las emociones que has utilizado en tu texto en el que al final se ha hecho la paz y el sosiego.
ResponderEliminarAbrazos
Uff qué relatazo! Precioso, emocionante,rabioso,agobiante..en fin, has plasmado con verdadera habilidad y sensibilidad todas las emociones!
ResponderEliminarMuy bueno!
Besazo!