ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

domingo, 28 de febrero de 2021

El Reloj De Pared

 

(Autora: ©Maite Lorenzo)

Imagen: Christian Schloe


Obras: "La transparencia del tiempo de Leonardo Padura" 
Leonardo Padura


“El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.”

Jorge Luis Borges (El instante)

*

Decidí quedarme en aquella casa porque la luz entraba a raudales por todas las ventanas. No era grande, era más bien pequeña; para mí sola bastaba ahora que tocaba quedarse encerrada por no se sabe cuánto tiempo.
 
El apacible salón tenía un pequeño balcón vestido con unas tenues cortinas, cerca un cómodo sillón, perfecto para una tarde de lectura, un pequeño aparador que contenía la vajilla clásica de porcelana y en una de las paredes colgaba el viejo reloj de pared con un dorado péndulo que se movía al compás de los segundos.
 
Mi vida en aquella estancia era plácida y sosegada, sobre todo cuando me sentaba en el sillón. El tiempo era acompasado por el tic- tac del reloj, su rítmico sonido pausado me adormecía en algunas ocasiones, otras veces, me parecía un repetitivo y monótono mantra que llegaba a resultarme tedioso.
 
Y el tiempo pasaba, y el reloj de pared cuya cuerda no se gastaba nunca, seguía marcando los segundos, las horas, los días, las semanas; y ese cadencioso tic tac comenzó a medir los minutos a un ritmo descabellado, casi imparable. Tanto, tanto que sólo deseaba que el reloj se detuviera por un instante.
 
Un día, decidida a parar el tiempo de ese ingrato reloj de pared, intenté detener el péndulo que seguía balanceándose retando a mi osada decisión.
 
Salí al balcón, calmada y aliviada porque dejé de escuchar  el martilleante e insistente sonido del reloj de pared. Me di cuenta que un pequeño gorrión traía una llave  en el pico y aparecía decirme que la verdadera transparencia del tiempo solamente está en nuestro interior. Si queréis saber si me reconcilié con el antiguo reloj de pared, eso, ya, es otra historia.
 

(Relato perteneciente a la propuesta a la propuesta: "Una Idea")


3 comentarios:

  1. Si nos damos cuenta, cuantas historias hay detrás de ese reloj en la pared. Un placer leerte. Un fuerte abrazo.

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  2. el péndulo del reloj... es como si retrocediera para llegar hacia mañana y siempre regresa a Hoy

    \m/ ML \m/... Saludos

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  3. Muy original el juego que plantea el relato!
    me ha gustado mucho.
    Un gusto leerte!

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin