(Autora: ©Tracy)
La propuesta de Gin, es casi de ciencia-ficción,
desgraciadamente no se puede elegir
entre el dolor físico y el emocional.
Sin embargo en los momentos dolorosos que te presenta la vida piensas...
¿si existiera esta posibilidad qué elegirías?
El dolor emocional porque de él siempre se aprende algo y
siempre se sale fortalecido.
La respuesta brota
espontánea y sin duda alguna.
Más tarde al razonarla, te reafirmas en ella, porque lo
primero que sale del corazón es lo que vale por su pureza y por estar exento de
las adulteraciones que tu mente utiliza para sembrar la confusión en tu
respuesta.
El dolor emocional... ¿Quién no lo ha sentido? ese pellizco
que sientes en el estómago y que se instala al abrigo de las entrañas y no te
deja respirar.
Ese amargor que deja la boca seca y sin capacidad para
pronunciar palabra alguna.
¿Quién dice que el corazón no duele?
Es en esos momentos en los que te gustaría tener la pócima
mágica para desterrar ese dolor, o simplemente
mitigarlo. No comes, no duermes, te falta energía para vivir, no sabes
cómo gestionar tus días con ese sinvivir
constante.
La solución igual que el dolor se encuentra dentro de
nosotros, aunque no la sepamos ver.
"Las cosas llegan cuando tienen que llegar"
Todo en esta vida
tiene su "tempo": la madurez, la serenidad, el afrontar la vida y la
muerte, el amor, el desamor, la espiritualidad, el desapego... todo y se tienen
que dar las condiciones adecuadas para saber gestionar lo que en determinados momentos se nos viene
encima y es cuando aparecen seres reales o en tu subconsciente que viven en tu
interior:
Los primeros generalmente se encuentran cerca de nosotros,
familiares, amigxs o personas que han aparecido en tu entorno como por arte de
magia y te sirven ¡y de qué manera!, aún sin ellos saberlo, para ayudarte a
transitar por tu camino.
Los últimos se encuentran
en la meditación, en el amor, en los sueños.
Aislarse y empezar a controlar la respiración, pensando en la
medida de lo posible sólo en ella: cómo entra el aire en mi cuerpo, cómo lo
expulso, cómo escucho en silencio su sonido
al pasar por la garganta, y guío su recorrido
a todas y cada una de las partes de mi cuerpo, me envuelvo en él como si
estuviera en el centro de una nube, donde nadie me puede causar dolor, excepto
yo misma que soy mi enemigo más peligroso.
Es un proceso lento, la mente es capaz de presentarnos ese
dolor emocional sin tregua, su trabajo consiste en martillearte con
pensamientos que te descontrolen y el tuyo es no dejarte engañar por ella y
volver una y otra vez a tu respiración, hasta conseguir la serenidad, la calma
y desde allí amar con todas tus fuerzas y atreverte a crear tus sueños,
rebelándote y luchando en tu interior para
hacerlos posibles.
Es lo que hace la vida digna de ser vivida.
Relato perteneciente a la propuesta: "Dolor(Es)"
Una maravilla de reflexión. Muy sabia.
ResponderEliminarHay recursos para intentar mitigar el dolor emocional, pero a pesar de ellos, es más difícil de solucionar que uno físico.
ResponderEliminarUn abrazo a ambas
Muy buen relato, Tracy. Reflexiones que nos empujan en ciertos momentos.
ResponderEliminarTe felicito.
Mil besitos y muy feliz diciembre ♥
Reflexiones que nos dejan pensativos. Un abrazo Tracy intentaremos pensar y hacer lo más correcto para nuestra salud emocional.
ResponderEliminarMuy buena reflexión, me gusto tu relato.
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