(Autora: ©Tracy)
Siempre tuvo el deseo de volver a pasar unos días en un Riad
Marroquí, preferiblemente de Tánger.
Se había propuesto ir sola, pero siempre se lo habían
desaconsejado sus hijos, doblegando su yo más rebelde y aventurero, que
quedaba a la espera de una nueva
oportunidad.
Esa nueva oportunidad se le presentó al entablar amistad con
un nuevo profesor llegado al
Departamento de la Universidad a principio de curso, era más o menos de su edad y, como ella, sin
cargas familiares.
En sus charlas cotidianas, había salido la conversación de la
ilusión, tantas veces postergada, del viaje a Marruecos y él desde el primer
momento se ofreció a acompañarla para que sus hijos no pusieran obstáculos a la
aventura.
Era el momento.
Con la maleta llena de ilusiones y la mochila repleta de
sueños embarcó con su acompañante, rumbo a Tánger en el ferry de media tarde. Ella aprovechó el trayecto
para hacer saber a su compañero de viaje que deseaba vivir en solitario aquella
aventura y que su ilusión era perderse
por las laberínticas calles de la kasbah y dar rienda a sus sensaciones
disfrutando de los atractivos colores de sus casas y del ELIXIR que
desprendían algunas tiendecillas donde
alquimistas caseros mezclaban con alcohol sustancias aromáticas capaces de envolver al paseante en esos
sueños oníricos donde los placeres
asaltaban tras cada esquina, para transportarlo a un EDÉN impregnado de
esencia marroquí, en el simple hecho de tomar un té moruno o de compartir una
Shisha en uno de sus famosos cafetines.
Él la miraba absorto y encendido por el AMOR, no confesado,
que sentía por ella y la sensualidad que desprendía.
A su llegada, Tánger era un espectáculo bajo la luz crepuscular que la convertía en un lugar
sencillamente mágico.
Todo estaba previsto, hasta el más mínimo detalle, tras meses
de preparación del viaje.
El Riad exhibía la
belleza de sus jardines y patios, armonizada por el sonido del agua al caer en sus fuentes, bajo las luces
indirectas que parecían ser reflejo de las estrellas que poblaban el
firmamento.
Ante su vista aparecía todo cuanto ella venía buscando y todo
lo que él quería aprovechar para
conseguir enAMORarla.
Los sones de una orquesta andalusí acompañaban a bellas
huríes que dieron la bienvenida a los
visitantes, moviendo sus esculturales cuerpos al son de danzas llenas de arabescos sensuales, a la
vez que ofrecían afrodisíacos manjares y FRUTAS exóticas a los recién llegados,
preludio de un juego erótico-festivo que luego tendría su continuidad en la
privacidad de sus aposentos. Este marco
brindó a él la mejor oportunidad de comenzar a expresar el AMOR y el deseo que sentía por ella y que de
manera recíproca, continuaron demostrándose en los días que duró su estancia en
el idílico lugar.
En el viaje de regreso él dijo:
—Ésto mismo lo podríamos haber hecho a la salida de cualquier aburrida reunión del
Departamento ¿no te parece?
—Acabas de joder la semana que hemos pasado juntos.
Relato perteneciente a la propuesta: "Despeg(amo)s"
ajjaaj, me rio porque el final es lo más.
ResponderEliminarque linda aventura a ese Marruecos donde debe ser como estar un poco en las mil y unas noches, aunque no se la India.
Bueno el señor se podría haber dado un puntito en la boca ..ainsss.
Felicidades Tracy, genial.
Ayyyy madre mía esas cosas que pasan!
ResponderEliminarEstupendo y entretenidísimo relato!
Hace poco (bueno,antes de esta pandemia) estuve en Marruecos,así que viajé de nuevo!
Muy buen relato!
Besos
El final... ay, ese jarro de agua fría... pero me ha encantado, Tracy. Detalles que nos ha transportado a ese idílico lugar. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz finde ♥
Jajajajajaa, el final es mortal de necesidad.
ResponderEliminarMe he imaginado por esas calles y bazares hasta he podido oler todos los aromas, gran capacidad para descriptiva.
Me gustó mucho.
Besos
El final es muy bueno, tanto alejarse, para poderse haber amado en casa :-). Pero hay ambientes que nos predisponen, con sus aromas, con sus sonidos de fondo etc
ResponderEliminarAl final sola tampoco fue :-). Un abrazo
Si el relato es maravilloso, sublime el final, para mi inesperado.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo lo tiro por las escaleras jajajaj Aunque haya tenido que ir y volver de una estupenda estancia en un lugar que me evoca tanto. A la próxima, se queda en casa sí o sí.
ResponderEliminarUn beso.