(Autora: ©Campirela)
Llevaba
trabajando en el gabinete de abogados algo más de tres años, el primer día que
fui el fundador del mismo me recibió en
su despacho con su mano en mi hombro, recuerdo sus palabras... "Hoy
comienza para usted una nueva etapa, aquí puede tener el trampolín para una
carrera en ascenso, abre bien los ojos, sé honesto y sincero contigo mismo esa
es la clave del éxito".
Tres años
después de estar en juicios, sentencias y ser ayudante del fiscal, tenía en mis
manos la peor o mejor decisión de mi vida laboral, según se mirara.
Tenía esa
duda constante conmigo mismo desde hacía varias semanas, desde que descubrí por
causalidad si es que existe una mala acción del gabinete de defensa de los
abogados de la empresa.
Todo fue la
tarde en que Amelía mi secretaria no había podido venir a trabajar, se
encontraba indispuesta, ella es fuerte
como un roble pero la gripe no perdona al más fuerte de los mortales.
Ella era la
encargada de todo el papeleo y ficheros pero al no estar tuve que ir a buscar un informe del caso que
llevábamos (despidos improcedentes) fue cuando buscando por la D me encontré
con un informe lacrado, eso ya me pareció curioso, pero mucho más cuando vi que
el caso llevaba la firma de mi compañero de mesa. Un abogado curtido y a punto
de jubilarse.
Mi
curiosidad va con el cargo, no obstante en ella se basa muchas de las pruebas
que en los juicios ponemos en encima de la mesa, y fue esa razón la que hizo
que lo llevara a mi mesa de despacho y lo abriera.
Me maldije
mil veces por haberlo hecho, no solo
descubrí las falsas pruebas presentadas sino las artimañas que habían utilizado
para no pagar a ese pobre hombre por un accidente que tuvo en la empresa donde
perdió una mano.
No solo no
fue indemnizado sino que según el informe la culpa fue de él cuando en realidad
fue un fallo de la maquinaria, todo un galimatías, pero el perjudicado fue un
hombre de 60 años que por una mala gestión del abogado defensor quedó en la
calle sin paro ni dinero.
Esa noche no
pude pegar ojo, mi cabeza solo pensaba cual era el procedimiento a seguir, si
dejarlo pasar como si nunca lo hubiera visto o hablar con mi compañero y
aclarar el tema...
Los días
siguientes fueron una odisea, cada vez que me saludaba y me daba los buenos días
era como que algo por dentro me quemaba, eso debía de acabar, ya estaba
haciendo mella en mi trabajo y en mi persona.
Esa tarde
después de la reunión de todos los martes salimos a tomar una copa era
costumbre, pero hoy iba a ser diferente.
Era el momento
idóneo, me puse al lado de él y cuando estábamos separados del resto de los
compañeros le dije:
_Pedro me
gustaría hablar de algo muy personal e importante contigo.
_cuando
quieras, pero hombre no me pongas esa cara, que me estás asustando, no estarás
metido en líos de faldas. ajjajajja
Esa
contestación me tocó la fibra sensible, siempre con sus memeces, que obsoleto
era este hombre.
_Precisamente
no se trata de líos de faldas, pero si un lío para ti.
Su cara
cambio el rictus.
_ A ver
amigo, era una broma, cuéntame que ocurre.
Empecé desde
el principio como por un error me dejé llevar por la curiosidad y eché un
vistazo a la carpeta y los informes que en ella había. Conforme iba hablando él
cambió de color pero se recompuso y una vez dicho todo, me miró y con un poco de soberbia me dijo:
Y ahora qué
vas hacer con esa información...
No sé ese es
el problema, si lo digo en dirección te juegas tu puesto de trabajo y tampoco
quiero eso, pero al menos dame una explicación porque lo hiciste a ver si puedo llegar a entenderte.
Mira Fabio,
eres muy joven y tienes muchos ideales pero la vida es una carrera de
obstáculos, no todo es negro o blanco, y
cuando hay una escalera que subir, hay muchas piedras en esa subida...
Cuando
ocurrió todo ese proceso sobre el juicio de despidos improcedentes, el bufete estaba pasando por una crisis de casos
perdidos, fui llamado a dirección y el jefe me dijo que este caso era crucial
si no lo ganábamos iríamos a quiebra no solo financiera sino de reputación.
Expuse de antemano que le teníamos perdido, pero él
me dijo o ganamos o vas a la calle y se lo paso a Raúl él tiene menos
escrúpulos que tú.
Como ves la
cadena alimenticia no se para en mí.
Ya pero eso
no me da la respuesta, ese hombre fue despedido sin motivos y encima sin una
indemnización.
En ese
momento Pedro me miró sorprendido y dijo, ahí te equivocas amigo, a él le
despidieron y ganamos el juicio pero semanas más tarde a su casa llegó un sobre
donde el importe era mucho mayor del que le correspondía. Su procedencia te
imaginas de dónde salió... y este "buen hombre" no dijo nada y siguió
su vida con una jubilación. Las cosas a veces no son lo que parecen, nosotros
fuimos crueles, pero él cogió ese sobre y no protestó, él tenía su libertad de
acudir a otro abogado o denunciar el soborno y no lo hizo.
Al final mi
conciencia quedó conforme cumplí con lo que creo fue mi deber, aunque la
respuesta no me dejó satisfecho, descubrí que hay un submundo dentro de un
mundo que creemos que puede llegar a ser perfecto.
Relato perteneciente a la propuesta: "Encrucijada"
Fascinante y real, mi querida amiga... hay un submundo en este mundo y en otros... Me ha parecido un relato fantástico y muy bien llevado. Te felicito.
ResponderEliminarY a nuestra querida Gine, que disfrutes de estos días y por supuesto... vuelve pronto con tu "niño" entre los brazos.
Mil besitos para cada una y todo mi cariño ♥♥
Gracias, mi preciosa Ana… Me llevo tu sentir y tu cariño conmigo. Volveré con él en brazos 😉
EliminarBsoss y abrazos gigantes, y más cariños para ti!! 💙