ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

lunes, 25 de noviembre de 2019





Aquella mañana, mientras subía la escalinata de mi lugar de trabajo no dejaba de pensar en la conversación telefónica que acaba de mantener con mi mejor amiga, casi hermana, Laura.

Presentí que iba a ser un día muy, muy largo, y hoy, precisamente hoy, era necesario prestar toda mi atención en el laboratorio de restauración de la biblioteca, acababa de llegar un legajo muy antiguo y mi jefa me había propuesto ser quien lo datara.  A punto de abrir la puerta, dudo si entrar, o volverme a casa y dar alguna excusa  por poco  creíble que fuera. Necesito tiempo para pensar…

De momento, decido bajar las escaleras y me sorprendo caminando hacia el café que hay a dos manzanas de la biblioteca, en esa cafetería seguro que no  voy a encontrar con alguien conocido.

Un café humeante y mi tablet encima de la mesa, necesitaba volver a leer los correos que me había enviado Laura. Aunque ya los había leído cientos de veces y siempre, siempre llego a la misma conclusión.

Laura quería presentarme a su novio de una vez por todas, y habían quedado en ir a buscarme a la salida de mi trabajo. Alejandro y ella se habían conocido gracias a una página de contactos por internet que recomendé a Laura para animarla, después de la profunda depresión que le causó el divorcio y  demostrarle que siempre puede existir una segunda oportunidad en el amor.

Alejandro enseguida cautivó a Laura por su maravillosa, cálida y adorable forma de expresarse en el chat. Después se escribieron extensos correos que Laura me reenviaba para que pudiera comprobar que no existía en el mundo un ser tan tierno y sensible como él.  Mi temor fue acrecentándose cuando leí un poema de amor que Alejandro le había dedicado por su cumpleaños. Ya no me cabía duda alguna.  ¿Qué debía hacer?

Guardaré silencio para siempre y nunca desvelaré que ese Alejandro fue el mismo  a quien regalé un manuscrito con poemas que escribí mientras duró nuestra apasionada y romántica relación.

Guardaré silencio porque Laura y yo tenemos las mismas cartas de amor.


Relato perteneciente a la propuesta: "Encrucijada"


4 comentarios:

  1. Cómo romper un sueño?? y más que un sueño todo. Difícil situación, pero... hasta qué punto ese regalo es real o sólo impresionarla?

    Me ha encantado leerte. Te felicito.

    Mil besitos para tu día ♥

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  2. Desde luego no es fácil tomar esa decisión pero a la larga sin duda se descubrirá , cuando no tenga más poemas que ofrecer de donde le saldrá esa magia...
    Me gustó mucho ..
    Un abrazo .

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  3. Aurotratis, permiteme que te felicite por la genialidad del relato, muy bien desarrollado, jajaja y ampliado por Campirela con su ingenioso comentario.
    Abrazo compartido

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    Respuestas
    1. Hola, Clip. Un placer tu visita y tus palabras; será un placer que te quedes por aquí 😊

      Decirte que la autora del relato es Maite Lorenzo; otra gran compañera de letras que, como bien has dicho y has podido comprobar, su pluma y genialidad son magníficas; así como la de todos los amigos blogueros que nos acompañan en este viaje de letras 😉

      Un abrazo grande, y mil gracias!

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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