Había un instante que anunciaba
su llegada, como la noche, siempre sucedía. Cómo?, no lo sabía, era un
misterio, pero lo presentía hasta que se hacía corpóreo ante sus ojos para
llevarla en un viaje más allá de los sentidos, más allá de todo. Tan lejos como
nunca había ido.
En su hipnotismo lo dibujaba,
todo su rostro a ojos cerrados. Qué era? una palabra apenas, una voz en su
mente, un impulso que la despojaba de todo temor. Tal vez explicarlo carecía de
importancia porque vívidamente lo sentía, lo oía. Su voz le pedía, le hacía
sentir demasiado. Y su cuerpo no podía fingir, tan solo se entregaba
irrenunciablemente.
Existía, sabía que existía al
sentir el beso que sellaba cada encuentro y el derrame de humedades por entre
sus muslos. Antes de llegar la madrugada el viaje terminaba pero sabía que no
era el último.
Relato perteneciente a la propuesta: "Hacemos las maletas"
Precioso, elegante y lleno de un magnetismo arrebatador. Un lujo de participación, mi querido Maestro de las palabras. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos con cariño para tu noche ♥
Como siempre me halagas con tus palabras Mi Querida Auro. Solo puedo retribuir con mis besos muy dulces y mi cariño.
EliminarEse viaje de madrugada sin duda tiene una buena recompensa en el cuerpo de la mujer ..su cutis es bello y a esas horas más ..sensual , elegante y muy sutil ..bravo Dulce .
ResponderEliminarA esas horas los vampiros andan sueltos y sedientos, si dejas entrar a alguno es lo que pasa, viajas :)
EliminarBesos dulces Campirela.