Miranda En La Tormenta

Se sentía como Miranda en la Tormenta, cautivada y serena.

Sabía lo que tenía que hacer, las olas bravías le hablaban,

le gritaban con fuerza el camino que debía seguir.

Cuando le conoció sintió que había encontrado ese “Alguien”,

tantas veces había escuchado ese tema de Depeche Mode

mirando el horizonte, sabiendo qué es lo que deseaba.

Y ahí, en ese preciso momento, se supo suya.

Él le provocaba sin cesar, con su mirada clara y limpia le decía

todo lo que sus labios no pronunciaban; sus ojos le hablaban

de sueños, de una vida infinita, de ilusiones, su cuerpo en la distancia

le hablaba de pasión, de deseo y de amor.

Los dos se sabían, se sentían y se reconocían. Los dos se amaban.

Él era su abrazo y Ella era su puerto donde atracar su cuerpo.

Y allí, en la orilla de ese su Mar, supo lo que quería, atravesaría

La Tormenta y llegaría hasta la orilla de Él.

Sin duda sabía lo que tenía que hacer: sería valiente por los dos.

©Livy If

Relato perteneciente a la propuesta "Coloreando Sentires"