Salí a la montaña, deseaba encontrar un lugar tranquilo,
perderme en sus bosques… Amaba las aves, disfrutaba con sus trinos. Había
escuchado que podía encontrarme con los lobos, pero no les temía; pensaba que
eran animales nobles con mala prensa para el hombre.
Vi pasar a los guardabosques en su todoterreno, el lugar
parecía vigilado. Anduve mucho, antes de decidirme a reposar bajo los árboles,
quizá podía estar perdida, pues nunca me oriento demasiado bien y no llevaba
brújula, ni mapa de la zona.
El aullido del lobo se dejó oír, penetraba en el alma, es
como si existiera una conexión entre ellos y yo. Recordé varias leyendas en que
una loba amamantaba unos bebés. No podía ser malo un animal que se apiadaba así
de unos recién nacidos. Por segunda vez se dejó oír el aullido, esta vez estaba
más cercano. La piel se me erizaba en la espera...
Ante mis ojos, un lobo blanco, esplendido. Era hermoso y él
lo sabía, orgulloso de su raza, me desafiaba con la mirada. Fueron unos
momentos de tensión, inolvidables. En instantes vinieron a mi memoria, esos
recuerdos guardados tan celosamente, aquél hombre con alma de lobo, que
respetaba mis leyes con delicada paciencia, aquel amor extraño y único que
viví...
Recordé que malo es el miedo, como te aparta de lo que amas,
como te quita los instantes más maravillosos de la vida. Sí, tuve miedo, ese
sentimiento que hoy ya no conozco.
La vida pasa, no hay vuelta atrás y el miedo después te
lleva al arrepentimiento.
Cerré los ojos y reviví cada escena grabada a fuego en mi alma,
tanta ternura que recibí... Una cuerda abandonada en el campo me hizo volver a
la realidad al rozarme y al abrir los ojos de nuevo, aquel lobo blanco
merodeaba a mi alrededor, ahora sus mirada era de curiosidad.
Me levanté, y sin rumbo fui de compañera a su lado. Por una
vez iba a permitir que la vida me sorprendiera, iba a sentirme libre, sin
pensar en nada más que en aquel compañero de pelaje blanco níveo, que se hizo
cómplice con su mirada.
Relato perteneciente a la propuesta "Mar, O Montaña"
Gracias...
ResponderEliminarCuanta belleza creas y cuanta generosidad tiene tu corazón...
Eres muy preciosa, Ginebra. Te quiero montón...
Un beso muy, muy grande y de nuevo gracias...
Solo soy el reflejo de vuestra complicidad, cariño y amistad… Vosotros sois protagonistas esenciales de este viaje de letras que nos une a tantos...
EliminarGracias siempre a ti por ser y estar, mi preciosa Carmen; sabes que ese sentimiento es mutuo 💞
Bsoss y abrazos enormes, y muy feliz día 😘💙