ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

sábado, 30 de junio de 2018



Fue algo casual, que podría no haber sucedido. Pero tendría trascendencia en ese mundo y en otros.
La Sociedad Onírica tenía sus intrigas, muy peligrosas. Sería algo que descubriría, algo que lo acercaría a la muerte. Pero también tenía sus ventajas, como estar en ese palco tan codiciado por otros espectadores. En un principio disfrutó más de esa envidia, que de su cercanía con el escenario.
Hasta que ella apareció en escena. Tan provocativa, con su vestido negro. Hasta había algo de seductor en el nombre, con que figuraba en el programa de la obra. Lilith Blue.
Tuvo fantasías intensas, algunas perturbadoras, como raptarla, llevarla a un lugar sórdido, cortar toda su ropa con un cuchillo. Al verla actuar, en una forma que parecía que lo miraba, fue remplazando esas fantasías con la de seducirla.

Disfrutó de la obra, que había sido adaptada para que ella se luciera, como una mujer fría, seductora. Incluso se veía sugestiva como prisionera de un sacrificio ritual, del que era rescatada por el detective, que debió detenerla.

El espectador decidió que debía hacerla suya. Estaba cayendo en su influjo, pero no le importó.

Lilith Blue también estaba siendo observada por un fotógrafo muy siniestro. Que la acechaba. Quien logró meterse en su camarín. La vio mirarse al espejo. Intentando ser sigiloso, sacó de un bolsillo una cuerda, que tensó, para estrangularla. No dejaría que lo dominara con su voz de sirena, callaría esa voz.
Entonces, irrumpió el espectador, que llevaba una rosa roja para ella.
Hubo una lucha, que pareció ganar. Pero el fotógrafo aprovechó un momento de descuido.
Y fue cuando Lilith Blue usó una corbata, recuerdo de algún admirador, para estrangular al fotógrafo. Y luego ayudó a levantarse a su actual admirador, quien creía haberla salvado. Ella nunca le dijo que nunca había estado indefensa, había visto a su potencial atacante en el espejo.

Ella logró que su admirador le hablara de secretos que debió haber callado. Habría sido un error imperdonable, pero resultó que ella tenía un potencial, que la Sociedad Onírica decidió que podría usar.
Así que se encubrió la muerte en el camarín de la actriz. Que fue invitada a sumarse.

Con el tiempo habría una tragedia, producto de las intrigas. Pero también el surgimiento de Duality, la hija de Lilith Blue.
©El Demiurgo De Hurlingham

Relato perteneciente a la propuesta "Silencio, Se Rueda"










RIESGO INMINENTE

La mujer rubia, atractiva, escuchó las palabras que auguraban un corto tiempo de vida. Forcejeó con el asesino, que le desgarró las ropas, dejándola con límite del desnudo. Y eso fue lo que distrajo al asesino, quien se sorprendió al ser apuntado por el revólver reglamentario de una detective policial. Quien le colocó las esposas.
Había sido detenido por una detective, conocida como Sally the Sleuth, entrenada y astuta, aunque propensa a ser una víctima codiciada por asesinos en series, secuestradores, etc.

Ella había cumplido su misión, siendo una de las veces en que había arriesgado menos su...vida. Podía recompensarse a sí misma con un tiempo de relajación, cubriendo sus ojos con un antifaz, para descansar.

Pero el teléfono sonó. Su tiempo de descanso había terminado abruptamente.
De haber estado más descansada, tal vez habría notado que estaba siendo acechada, seguida a distancia.

Nuevamente se trataba de un asesino en serie, que acechaba a mujeres hermosas, con determinado tipo de perfil, apariencia, estilo. Había un testigo, que había visto huir a un sospechoso de la escena del crimen. Pero la oscuridad de la noche y la poca vista hicieron que la descripción fuera poco precisa. Y el traductor se vio frustrado al no encontrar la palabra en inglés equivalente a "piruleta". Era un tipo de caramelo que parecía consumir el asesino. Incluso había dejado algún envoltorio, en el que se habían encontrado huellas digitales. Que no fueron útiles al no poder ser comparadas con un sospechoso.

Era la misión de Sally convertirse en una potencial víctima, para que el asesino fuera atrapado. Era el tipo de misiones en que sufría riesgo...su vida. Y eran un atentado contra su guardarropa. Así que sería vigilada de cerca.

Pero esa noche nada pasó. La misión continuaría a la noche siguiente.
Sally volvió para su casa. No sabía que continuaba en peligro pero lo supo muy pronto. Cuando la sujetaron desde atrás y le pusieron en su boca un pañuelo con cloroformo.

Ella despertó muy rápido, más rápido de lo que su atacante había previsto.
Ella lo golpeó, no tan fuerte como lo habría podido golpear en otras circunstancias. Aun así fue un buen golpe.

Pero los grandes sucesos dependen de pequeños incidentes. Demóstenes.
(Político y mejor orador ateniense de la antigua Grecia. 384 a. C-322 a. C)Y un pequeño detalle jugó en su contra, una alfombra mal doblada la hizo tropezar. Su raptor la derribó y le aplicó una nueva dosis de cloroformo.

Aprovechó que su víctima estaba dormida para preparar la escena.

Puso música sugestiva y bailó con ella, arrastrando su cuerpo adormecido. Y la arrastró hacia una bañera, con velas aromáticas a su alrededor. Y fue nuevamente el azar quien intervino.
Un teléfono sonó. Un llamado equivocado y unas manos que tocaron un caramelo que había quedado desenvuelto. Un caramelo pegajoso. Y entonces Sally the Sleuth tuvo nuevamente el tiempo de recuperarse, dándole un buen golpe al asesino, que lo dejó inconsciente.

Lamentablemente ella cayó en la bañera. Y aún estaba adormecida, demasiado para evitar ahogarse. Era su caso final.

O lo habría sido de no contar con la ayuda del informante, que la ayudaba en algunos de sus casos. Llegó rápido en su moto, pateó la puerta. Y llegó a tiempo para salvarla.
Sally the Slueth se había salvado de un admirador desquiciado.

©El Demiurgo De Hurlingham

Relato perteneciente a la propuesta "Citas Y Sueños"










CÁMARA OCULTA

La cámara enfoca a la conductora de un talk show, sus ojos negros, su renegrido pelo, su esbelta silueta.
El tema del día es actores y actrices que interpretan a villanos.
Con voz de locutora, pronuncia algo guionado:
- Y ahora quiero que hagan un gesto de maldad.
Los invitados se ponen de pie y la rodean, como si tuvieran malas intenciones.
Corte.
La escena continúa en la imaginación de los espectadores.

Años después, ella es la conductora de un noticiero, que llega siempre unas horas antes del programa, para informarse y para memorizar la rutina.
Lee sus correos electrónicos y ve los videos que le enviaron. La mayoría son sobre un granizo, que destrozó autos.
Queda un video.
El impacto que le produce hace necesaria la asistencia de una enfermera, muy atractiva.

Una hora antes del noticiero, se presenta el detective Craven, quien consigue que le paguen unos altos honorarios. Están preocupados por el efecto que ese video produciría en la imagen de la conductora.
Craven recomienda que la conductora se presente, como todos los días. Resolverá el caso en 48 hs.

Craven reúne a su equipo. Les dice que se trata de un chantaje y que es una oportunidad para que la Brigada de Respaldo Paranormal resuelva su propio caso.
Craven pone el video.

- Y ahora quiero que hagan un gesto de maldad.
La conductora es rodeada.
- Que bien actúan. Casi que me pusieron nerviosa.
- Todavía no viste nada.
- Quiero un beso de tus labios color fresa.
Ella se deja besar. Pero el beso se prolonga demasiado.
Ella se aparta.
- Ya terminó- dice molesta- sigamos con el programa.

Ella es sujetada por dos actrices.
- No me hagan enojar- fingiendo cierta malicia.
El tono cambia cuando le desabotonan la camisa. Se enoja. Comienza suplicar cuando le desabrochan el cinturón del pantalón, que se convierte en látigo.
El gesto de maldad comienza a volverse algo explícito.

- ¿Qué opina?- pregunta Craven mientras sigue el video.
- Está mal editado. Se nota que son dos mujeres.
- Una es rescatada- dice una mujer equipo, relamiéndose- Y la otra es una profesional, creo que la he visto.

Lo que sigue es una incursión por una colección de películas para adultos. Nunca se sabe que material puede ser útil para investigar.
Y una visita a clubes nocturnos. Típico del policial negro.
La investigación da como resultado la localización de la impostora, que es una cambiaformas.

Una mujer en sombras camina por un estacionamiento. Se mira en un espejo portátil,  con disgusto. Y entonces toca su pulsera, convirtiéndose en una mujer exuberante.
Y entonces es dormida por una jeringa, que le inyectan.

Despierta atada a una silla, con las manos atrás, ante Craven y su equipo.
Ella nota que su cuerpo cambia a una mujer esbelta, pero no exuberante, con ojos grandes y una cabeza más chica de lo usual. Es su verdadera apariencia.
- ¡No!
- Tranquila, sabemos que sos una cambia formas. Podrías sernos útil.
Ella piensa un momento.
- Quiero muestra de ADN de mujeres hermosas. Lo necesito para cambiar de apariencia.
Craven le muestra su pulsera, que le habían quitado.
- De hecho, quiero que vuelvas a personificar a cierta conductora de noticieros.

Al día siguiente, la conductora del noticiero, hace una declaración.
- Quiero decirles que estoy siendo extorsionada por un video. He decidido no pagar el chantaje porque no soy yo quien lo hizo. Es una impostora. Estas son las pruebas
Yo no hice el video, es una impostora. Y hay evidencias para demostrarlo.

Y lo que sigue parece ser el video grabado por una cámara oculta, donde una mujer recibe instrucciones para hacerse pasar por otra mujer. Para chantajearla.

- Le pido a los espectadores que no vean el video si lo encuentran por Internet.

La siguiente noticia es la aparición de una nueva actriz, con un notable parecido a una estrella internacional.
©El Demiurgo De Hurlingham

Relato perteneciente a la propuesta "Pasad Pecadores"










MARA LAIRA Y FELICITY

No presencié la escena, no toda la escena. Pero fui testigo de lo suficiente para deducirla. Como un detective de lo oculto, o alguien que pretendió serlo, mis elucubraciones se convierten en casi una visión.
Sucedió en una biblioteca muy especial, cuya ubicación no es muy difundida. Y no seré yo el que lo cambie.
Un hombre de cierta cultura, con especiales intereses y deseos, llega a una sala un tanto apartada. Un detalle revelador es que supiera de la existencia de esa sala. Se concentra en ciertos libros que no mencionaré, aunque puedo decir que son mencionados en algunas obras de ficción.
Se abstiene de leer en voz alta, incluso se propone de leer en voz baja. Pero sus dedos recorren lo leído, para guiarse. Lo que no deja de ser riesgoso, con esos libros.
En un momento, siente una presencia, de una mujer. Sigue solo. En otro momento, percibe el perfume de esa presencia. Y luego, el sonido de unos tacos, haciendo eco en un lugar silencioso.

Y ahí está ella. Una mujer esbelta, tentadora, vestida de rojo, con un sombrero que hace sombras sobre su rostro. Un rostro que parece dibujado o esculpido, como el resto de ella.
El personaje está seguro de que esa mujer no es humana, tal vez atraída por esos conjuros. O tal vez haya aparecido por una razón tan misteriosa como ella. Es tan peligrosa como puede serlo una mujer fatal de otro mundo. Y a la vez tan seductora.
Ella ve su reacción. Inmediatamente, hace un gesto de silencio, poniendo un dedo sobre su boca. Imposible no pensar en una enfermera, bella y siniestra. Luego hace el mismo gesto, pero poniendo su dedo sobre la boca de su admirador.
- Soy Felicity.

Y en este momento, podría contar mi historia.
Una de las razones para recibir la visita de Mara Laira, vestida de rojo, con un sombrero. Sí, la descripción es similar, pero no se adelanten.
Sabía que su visita no era social, lo que lamenté, porque ella es irresistible.
Ella es ella una aficionada a los misterios. Pero me dijo que era algo demasiado personal, que estaba demasiado relacionado con ella.
Ella tenía una contraparte, que también se llamaba Mara Laira, pero usaba pseudónimo de Felicity. La contraparte frecuentaba algunos locales nocturnos, convirtiéndose en la más deseada. Hasta que surgían los rumores sobre desapariciones de habían intimado con ella. Para aparecer en otro lado.
- ¿Por qué yo y no mi lejano pariente?
- Necesito a alguien con ciertos conocimientos, para encontrarla. Y rápido, antes de que...

Mara logró que yo me sumergiera en Pero me limitaré a decir que soy Hugo Lestrade, un Guardián Exterior, de la Sociedad de los Espejos, unas matemáticas muy especiales, que se estudian en clases especiales en la universidad de Miskatonic, útiles para viajar a través de ciertos mundos.

- También podría recurrir a Dana Serling- dije luego de llevar media hora renegando con ciertos cálculos- Ella sabe mucho de mundos paralelos, de seres extraños.
- No quiero deberle algo. Ni confiarles algunos secretos.

Secretos que estuvieron muy cerca de alguien que visitó cierta biblioteca. En ese momento, los libros cayeron al piso.
La subió a la mesa, deseaba poseerla. Deseo que iba a cumplirse, en una forma muy intensa.
Vio ciertos cambios sutiles en esa mujer, los ojos se volvieron oscuros. Pero le importó más abrir su ropa, desgarrarla.
La experiencia superó toda descripción. Para no importarle que fuera la última que tendría. Sólo le quedaba prolongarla, seguir estimulando los sentidos de ella, soportar las caricias de manos que fueron convirtiéndose en garras.

Y fue entonces que ella se apartó, arrojándolo a un costado. Rugió de rabia, ante esa otra mujer, que también tenía un exótico pelo azul, que tenía un sombrero, que estaba vestido de rojo. La contraparte se enfrentó a la mujer virtual.

Hubo una lucha que habría podido prolongarse indefinidamente. De no parecerme una retorcida fantasía, pensaría que hubo una cierta tensión entre ambas, en la forma en que se derribaron.
Si imaginan que tuve una retorcida con ambas, tienen razón. Pero tuve que hacer la antipática tarea de usar conjuros matemáticos, para que surgiera un vórtice que se llevara a la contraparte. Quien intentó llevarse consigo a Mara.

Mara convenció al testigo de ser discreto.
Mara me agradeció mi discreción, esta historia irá a ciertos archivos muy secretos. Pero yo sabía que se había sumado una inquietud para ella.
Yo escuché lo que la otra Mara Laira dijo:
- Algún día, todo lo que abarcan tus ojos, será mío.

©El Demiurgo De Hurlingham

Relato perteneciente a la propuesta "Tentación (es)"



2 comentarios:

  1. Me gusta este blog, que creaste para reunir nuestros relatos, los relatos inspirados por tus convocatoria. Agradezco las imágenes que elegiste para mis relatos.
    Seguiré participando, cuando la inspiración me sea propicia.
    Besos.

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    Respuestas
    1. Me alegra que te guste, querido amigo. Sabes que para mí es un placer contar contigo, así como con el resto de compañeros, para esas propuestas que nos enriquece mente y alma. E, indudablemente, todo esto no sería posible sin vosotros. Así que, gracias por estar.

      Un abrazo, y feliz semana! 😘

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin