(Autora: Campirela)
*Forense (Un suceso aterrador)
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TERROR EN LA MORGUE
A lo largo de mi carrera de estudiante tuve muchas
experiencias desagradables por causa del trabajo a realizar, uno piensa que es
solo tiempo y que llegará un día que te acostumbras a ver los cuerpos inertes sin
vida encima de una mesa fría; no es así al menos hasta el día de hoy.
Estamos a primeros de Julio y están comenzando las
vacaciones, este año he decidido trabajarlas necesito dinero extra pues la
hipoteca me está costando llevarla a cabo y ese extra me vendrá muy bien, de
cualquier modo los fines de semana los aprovecharé para ir a la sierra con la
familia pues ellos no tienen que quedarse en la ciudad por mí. Mi mujer ha
tenido buena idea me ha dicho que le haga un diario de la semana para que no se
me olvide nada y cuando estemos juntos se lo cuente todo, a ella le encanta mi
trabajo y hay que decir que es un poquito morbosilla... pero la amo con todo el
lote.
La primera semana tomaba nota de todo lo más importante, de
los casos de autopsias, de mi presencia en el lugar de los hechos de un juicio
que tuve que actuar con perito, en fin lo iba anotando en esa libreta de color
negro que llevaba siempre conmigo.
La segunda transcurrió sin mucho movimiento, más de lo mismo,
casi era un calco de la otra pero con menos finados.
El jueves ocurrió un caso sorprendente, mientras practicaba
una autopsia de una mujer de mediana edad fallecida en circunstancias algo
raras se presentó un par de agentes de policía, no me sorprendió a primera
vista pero sí cuando se interesaron por la mujer que estaba encima de la mesa.
Paré la grabadora y les atendí.
Qué desean agentes, iba a comenzar hacer el examen previo y
meterme de lleno a ver si con un poco de suerte tengo el informe antes del fin
de semana.
Ellos dos se miraron y el de mayor rango se dirigió a mí.
_ Doctor necesitamos lo antes posible el parte médico es un
caso de máxima prioridad y por favor los
informes nos los da directamente a nosotros nada de archivarlos en el centro.
Perdone, eso no puede ser, me debo al hospital en todo caso
eso lo tendrán que hablar con la dirección del centro yo sólo soy el médico
forense.
Volvieron a mirarse y no dijeron nada, al marcharse el que no
había abierto la boca se paró en la puerta y bajándose las gafas me dijo:
_ Doctor usted haga el informe de lo demás nos encargamos
nosotros.
Me quedé un poco nervioso y no entendía el por qué, miré el
reloj y vi que era mejor ir a comer y después seguir así no tendría que parar y
el examen forense lo haría de tirón. Volví a meter en el cuarto frío el cuerpo
de la mujer.
Me fui a la cafetería del hospital a comer no quería perder
tiempo yendo a casa, comería el menú así tendría más tiempo para descubrir el
motivo de la muerte de esa mujer de no más de 40 años. Por lo que había
comprobado no tenía ningún golpe o hematoma, y los informes no decían nada de
ninguna enfermedad, un caso curioso solo sabía de ella su nombre Eva P., era lo
que ponía en la tarjeta de identificación.
Mientras me servían el café cogí mi libreta y anoté lo
ocurrido. Esto le iba a interesar a Raquel (mi mujer) era una enamorada de la
novela negra y este caso iba por ese camino, esos agentes no me dieron buena
espina.
De camino a la Morgue, el pasillo se me hizo más largo que en
otras ocasiones y hasta más oscuro no sé tal vez fuera el exceso de cafeína en
mis venas, pero me extrañó que los laboratorios anexos estuvieran cerrados a
esa hora todavía están trabajando.
Abrí la sala de autopsias y me dirigí al cuarto donde había
dejado a mi paciente, "así los llamo yo"
Ella seguía tan fría como la había dejado saqué la camilla y
coloqué el instrumental todo estaba preparado para comenzar mi trabajo puse la
grabadora y comencé.
Mujer blanca, de unos 40 años, complexión atlética peso unos
50 kilos etc...
Hice una incisión en el esternón, sus pulmones no me decían
nada, sana no fumadora, su corazón perfecto. Todo lo que veía lo iba grabando
la grabadora, cerré y me puse abrir el cráneo, en ese instante algo se movió
debajo de las sábanas.
Suele pasar los impulsos nerviosos cuando se toca algún
nervio la mano hace un movimiento involuntario no di más importancia.
Al cabo de dos minutos volví a sentir como una mano me tocaba
la pierna, esto ya no era un impulso era como una caricia, me retiré de la mesa
y miré pero no vi nada tal vez era mi
imaginación ese café no me estaba sentando nada bien.
Antes de hacer incisión algo me paralizó vi como los párpados
se estaba moviendo, no era posible estaba muerta.
Con el bisturí en mi mano no me atreví hacer nada tomé su
pulso y no oí latido alguno esto tenía que ser mi fatiga no podía ser otra
cosa, pero mis nervios iban en ascenso.
Decidí que algo me estaba ocurriendo no estaba en condiciones
de seguir, así que volví a apagar la grabadora y volví a meter el cuerpo en la
nevera, mañana seguiría y además pediría que Ismael mi compañero me ayudara a
realizarla no quería tener más sobresaltos.
Cuando llegué a mi casa, lo primero fue tomarme una ducha
necesitaba organizar mi mente, la tarde que había tenido, había cosas que en un
médico no son normales que pensemos, somos hombres de ciencia lo sobrenatural
lo dejamos a los demás.
Antes de ponerme en videoconferencia con Raquel quería dejarlo
todo anotado en mi libreta, y así lo hice.
Me conecté y lo cogieron mis hijos estuve con ellos charlando
alrededor de quince minutos, pues me dijeron que mamá estaba con su amiga en el
jardín, que luego se pondría. Tengo dos hijos que son nuestra alegría y
felicidad, locos por cuál de los dos habla más contándome su día.
Cuando llegó Raquel no le conté nada de lo ocurrido eso sería
para el fin de semana para poder tener todos los detalles, le pregunté por su
amiga, si teníamos visita y ella me dijo todo contenta; espera que quiere
saludarte le he hablado tanto de ti que está deseando charlar contigo.
De repente delante de mi pantalla de ordenador tenía el
rostro de Eva.P.
Hoy estoy en el hospital mental nadie me cree, y os juro que
es verdad ella era la misma mujer que hacía horas la había abierto y tenía en
mis manos sus órganos vitales...
No recuerdo nada más, pero tengo mi libreta negra.
*Taxista (Una situación embarazosa)
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UNA SITUACIÓN EMBARAZOSA
Me había quedado viuda con tres hijos en edad escolar, el
mayor tenía 13 años y el más pequeño 9, mi marido que en paz descanse y dios le
tenga en la gloria era un agricultor que era feliz en el campo labrando con el
tractor las pocas tierras que teníamos. Pero que nos daban para mantener a
nuestros retoños y sacar el día a día el pan de la comida. Pero Dios quiso que
un accidente tonto se lo llevara en plena madurez.
Una que era muy ordenada y cuidadosa con las cosas guardaba
mi diario que todas las noches antes de dormirme le contaba lo acontecido en el
día, ese día desastroso la tinta de la
escritura emborronada por las lágrimas derramadas, hoy hace un año que se nos
fue. Desde entonces no había vuelto a coger mi diario de notas.
Hoy lo abro para decirle que me ha salido un empleo, y que
debemos de irnos a la ciudad, o bien que mis hijos se queden en el pueblo con
mis padres.
Todas las que marchan a la ciudad van servir yo voy en
taxista, si diario, de sobras sabes que Genaro me enseñó a conducir el tractor
y mira ahora me viene bien, un señor que viene a veranear al pueblo tiene una
red de taxis y necesita un conductor y me dijo que era mío, eso sí, de prueba
un mes si no le daba ganancias me iba por donde había llegado.
Después querido diario de pensarlo mucho mis hijos han decidido terminar el curso
escolar y si a mí me va bien en la ciudad buscaremos algún piso de alquiler y
me los llevaré conmigo, pero hasta entonces me quedo en la pensión de la Tía
Luisa, tiene una en el centro de la ciudad y está muy apaña de precio. Con el
sueldo que me va a pagar Don Eduardo me queda unos buenos cuartos para ir
ahorrando. Y no hay que olvidar que las tierras del pueblo las tengo
arrendadas. Bueno diario ya te iré contando cómo me va en el asfalto.
A los tres meses de recorrerme durante 12 horas las calles me
las conozco a ciegas, la verdad que al principio tuve mis discusiones con los
compañeros, no eran muchas las mujeres a un volante me refiero de trabajo,
aunque estábamos en los ochenta todavía hay muchas cosas que deben cambiar y
aquí en la ciudad me estoy dando cuenta que son más libres, pero las cabezas
les queda mucho que avanzar.
Por las noches es peligroso
hay mucho mareante y sinvergüenza, eso sí siempre voy con la emisora puesta por si las
moscas...
La noche de actos fue la más embarazosa que he tenido en los
tres meses que llevo trabajando.
Mi querido diario ahora que estoy ya en la habitación de la
pensión tengo que escribir para que esto no se me olvide en los restos de los
días de mi vida.
Llevo unas noches que a la misma hora donde tengo mi salida
del taxi se sube una señora elegante y buen porte que me dice siempre lo mismo.
"Por favor, calle Sal Si Puedes número tres."
Así llevo una semana, ella callada yo sin decir ni pío baja me paga y me deja siempre cincuenta
pesetas de propina.
Esta noche he pasado el mayor de los bochornos, y te escribo
mi diario el porqué de la situación.
La señora elegante subió como cada noche y lo mismo de
siempre, pero esta vez cuando ya había bajado y volví a recoger otro servicio
el señor que se subió me dijo que había un paquete, enseguida me di cuenta que
era de la señora elegante, así que cuando lo lleve a su destino al señor pensé que la mejor solución era ir a las
señas que siempre la llevaba y entregárselo en mano podría hacerle falta no se me ocurrió que tal
vez mañana la volvía a ver de nuevo.
El caso que cuando llamé en el número tres de la calle Sal si
Puedes me abrió un señor muy atractivo,
al verme él se quedó sorprendido porque me dijo _ ¿ qué haces tú aquí?. _
Perdone pero yo no le conozco, vengo
porque la señora que traje hace menos de una hora a esta dirección se ha dejado
este paquete en el taxi, antes de seguir hablando me lo cogió y me dijo gracias
no te preocupes yo se lo daré y medio con la puerta en las narices, me di
cuenta que llevaba un reloj que ya lo había visto en otras ocasiones y después
regresando al coche, no sé noté que algo en él me era familiar.
Pasaron varios días sin que aquella mujer elegante apareciera
por la parada de taxis, hasta que esta noche allí volvía a estar a la misma
hora. Abrió la puerta y dijo la misma cantinela, pero antes de cerrar la puerta
un hombre se metió justo detrás de ella, cerraron y con voz pertinente me
mandaron que rápido a la calle......
En el trayecto ambos se les oía por lo bajo discutir mirando
a través del retrovisor vi el mismo reloj del caballero que me abrió la puerta
en su muñeca eso me sorprendió, pero más fue cuando en un aspaviento de manos
el otro caballero le quitó la peluca y vi que era el hombre.
Las lágrimas de ella o él corrían por esas mejillas repletas
de maquillaje y colorete, su voz era la misma al escucharle gritar con su
acompañante ya no podía fingir más y suplicándome me dijo que parará que se
bajaba no aguantaba más a ese impresentable. Paré el coche y obligué de las
mejores formas que bajara el acompañante que si no llamaba a la policía pues la
emisora del taxi estaba abierta y todos mis compañeros estaban informados. Este
se bajó no sin antes darle un bofetón a mi señora elegante. Una vez se fue volvimos al taxi, esta vez puse dirección a un parque y allí aparqué.
Me senté detrás de ella y dejé que llorara en mi hombro.
La vida es injusta y cruel con aquellos que no entendemos,
pero que son iguales con sentimientos y emociones, vivir dentro de un cuerpo
que no corresponde a los sentimientos es
muy difícil. Él era una mujer en toda regla, y vaya mujer.
Fue bochornosa la escena pero hoy ha pasado tiempo mis hijos
están a mi lado, sigo siendo una taxista como la copa un pino, sé de tantas
historias como vidas hay y ella sigue siendo mi fiel cliente de todos las
noches a la misma hora.
Mi trabajo es parecido a un gabinete de psicólogos, en él hay
tantos secretos contados a una desconocida mientras les llevo a sus destinos
que se alivian y yo los guardo como oro en paño en mi diario...
Relatos pertenecientes a la propuesta: "Diario De Vacaciones" (Julio Y Agosto)
Relatos que leí en su momento y vuelvo a leer, y me gustaron mucho. Saludos y abrazo a las dos.
ResponderEliminarGracias, preciosa amiga. Un placer siempre tu bella mirada...
EliminarAbrazos enormes 💙
El primer relato me ha tenido en suspenso, has sabido mantener muy bien la intriga y el suspense hasta el final. Eso sí, a mi me toca un muerto como al forense y muero allí mismo de un infarto. Creo que es una de esas profesiones para las que no sirvo. Solo una vez en mi vida toqué un cadáver y era como tocar mármol y me prometí que jamás volvería a tocar uno.
ResponderEliminarEl segundo relato, me ha encantado el mensaje que transmite, aunque parece mentira que en pleno siglo XXI aún sea necesario decir cosas así.
Me encantaron.
Besos, Campirela.
Durante este verano he podido disfrutar de este forense encantador, lo he vuelto a hacer. Y del segundo saco varias lecturas y en cada una de ellas hay para reflexionar un rato largo, simplemente te felicito por tu imaginación y ese saber mezclar ficción y realidad. Un placer leerte, mi niña.
ResponderEliminarMil besitos con cariño para ti y muy feliz día ♥
Te felicito, me enganchó tu forense, nunca hubiese imaginado ese final y la taxista, es maravilloso. Me encanto leerte.
ResponderEliminarUn beso.
Tuve la oportunidad de leer este relato al completo y creeme que disfrute muchísimo su lectura su intriga y su misterio.
ResponderEliminarSaludos Ginebra y saludos Campi
Mil gracias por acompañarnos, querido Jorge. Un placer tu mirada y tu sentir 😊
EliminarAbrazo enorme 💙
Precioso relato onde as emoções nos tocam no mais profundo da alma e as palavras são ardentes carícias escorrendo sobre a pele!
ResponderEliminarDesfrutei o conto, pleno de surpresas...e o final é delicioso!
Te felicito!
Besosss...
A.S.
¡Hola! Acabo de llegar a tu blog y me quedo como seguidora. Espero verte por el mío.
ResponderEliminarBuen relato, me ha gusta mucho.
Besos
Hola, Stefany. Gracias por tu visita y tu lectura...
EliminarSerá un placer que te quedes.
Me pasare por el tuyo.
Bsoss.