ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

martes, 30 de abril de 2024

Subliminal

 

(Autora: ©Campirela)

(Artist - Giulia Valente)

 
París, sus calles y una canción, bastó para que volvieras a mi mente. Han transcurrido más de tres décadas y sigues ahí en un rincón de mi cerebro, no ha llegado todavía la hora de borrarte de él.
Cada vez que escucho aquella melodía entras en acción, miro el retrato que cuelga en el salón, allí están mis años dorados, los que tú pintaste en esas calles del viejo París.
Aún guardo el vestido rojo con ese escote que te hacía vibrar, me mostrabas tu parte más sensual, llegué a estar enamorada de ti, pero hay algo más fuerte que sentirse deseada.
Así me hiciste sentir tú, ahora lo sé, los años me han hecho madurar y miro aquellos recuerdos en fotografías, y pienso, fuimos felices, duró lo que tuvo que durar.
Tu arte, era sublime aquel cuadro donde una joven tendida bajo un manzano posaba desnuda para ti, ese cuadro te hizo elevar a lo más alto, fui testigo real de ello.
Nuestros paseos, conversaciones, besos, deseos impuros fueron como aquella obra de arte sublime, lujuriosos y atrevidos.
Hoy volví a sentirme así, cuando de nuevo escuché nuestra canción.
 

(Texto perteneciente a la propuesta de Variétés: "Subliminal”)


La eterna juventud

 

(Autora: ©MilenaE)

(Artist - Giulia Valente)

 
En mi pecho albergo la aurora, 
Y cada día, a cada hora
Reina en mi regazo la eternidad.
 
Flor de juventud, 
Harás de tu alma inmortal
Savia de longevidad.
 
©MilenaE
 
(Poema perteneciente a la propuesta
de Variétés: “Subliminal”)

SuMundo

 

(Autora: ©Auroratris)

(Artist - Giulia Valente)

 
Felisa tenía una habitación propia. Para eso era la mayor de las hermanas. Su habitación era su santuario, allí tenía todo cuanto le hacía feliz. Su mundo se tornaba imaginario cada vez que ella entraba en el cuarto.
 
Era la creadora de sus fantasías con cientos de personajes. No les ponía cara, no era una necesidad dotar de tantos detalles a quienes les daría una vida en tinta. Portaba un secreto, o varios, lo sé porque a veces la veía sonreír sin que nada pasase a su alrededor. Todo estaba en su cabeza.
 
Solo una vez me pude asomar por la estrecha rendija que la puerta dejó al cerrarse mal. La vi, sí, allí estaba sentada con la mirada ausente, su cuerpo ingrávido, como si flotara en la pequeña estancia. Sus enseres la rodeaban creando un escenario mágico.
 
Ella no se hubiera dado cuenta de mi presencia de no ser por el dichoso gato que siempre la acompañaba. Este felino curioso se acercó sigiloso hasta la puerta, abriéndola y dejándome en evidencia. Entonces, Felisa despertó como de un trance, caminó despacio hasta donde yo estaba, con un solo gesto y sin mediar palabra cerró la puerta con llave.
 
Recuerdo su mirada vacía sosteniendo la mía. Nunca hemos hablado sobre el tema en cuestión. Como si no hubiera existido tal episodio. Es como si guardara su corazón en un frasco con éter para que nada le pueda causar daño alguno.
Mientras Felisa camina por su mundo guiada de sus intuiciones, yo me acomodo en mis quehaceres sin otra pretensión.
 
 
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Subliminal”)

Las tres máscaras

 

(Autora: ©Nuria de Espinosa)

(Artist - Giulia Valente)

Leyó su carta por última vez. Pronto dejaría que su vida tomase la forma exigida por su progenitor: imposición, aceptación, sumisión. Recordó todas y cada una de las palabras de amor que Sebastián le susurraba al oído. Sin embargo, no dudó en aceptar el dinero que su padre le ofreció y huyó de la ciudad enviándole aquella carta que tantas veces había leído en los últimos días.

Y a pesar de todo, ella se mantendría firme. Aceptaría el compromiso impuesto, sería su esposa, pero su corazón no le pertenecería y su alma odiaría eternamente al hombre que amaba. Su mente alzó los versos que su alma desgranaba.

«Tantas son las horas que llevo pensando en ti,
que me siento la última
de las amadas.
 
¡Qué arte tiene el perder!
 
No hay orgullo ni emoción,
solo versos de amor.
 
El peso de la vida, de la existencia,
es la consciencia que grita trémula.
 
La memoria se dormirá con tu fragancia
y el amor se morirá para siempre».

Cogió a Venus en brazos. Puso en su rostro el estigma de la aceptación y se dirigió al salón donde su futuro esposo esperaba.

*

(Artist - Giulia Valente)


EL DIBUJO QUE ENVIÓ UN MENSAJE
 
Caminábamos de la mano. La gente nos miraba. Supuse que debía ser mi look al estilo hippie. Colorido, pero no era llamativo. Sin embargo, incluso en la cafetería toda la gente nos miraba. El colmo fue en el restaurante a la hora de comer; el camarero se sonrojó, era, cómo si tuviésemos la lepra. La gente no solo miraba sino que se levantaba de las mesas contiguas.

Entonces pensé, que quizás era nuestro idioma que no hablábamos en castellano. Pero después de largo rato de incomodidad, y de cavilar estrujándome el cerebro me dije que no podía ser, que el francés es muy conocido.

Dejé de darle vueltas. Tras el postre le pedí a Silvia que se casara conmigo y aceptó. Fue el momento más feliz de mi vida. Nos abrazamos y cogidas de la mano continuamos nuestro viaje turístico por esta ciudad un tanto peculiar.
 

 
Esto es lo que pone en el dibujo:

"Para la persona que lo lea, que sepas qué mi novia y yo te apreciamos, pero por favor habla castellano. Feliz pascua".

Creo que lo dibujaron dos chicas que quizás se sintieron incómodas, y que por eso escribieron con ironía "mi novia y yo te apreciamos" y "por favor habla castellano" una forma de decir a las personas que las observaban que a pesar de todo les apreciaban y que hablasen claro y no con miraditas.

Lo percibí como un claro mensaje subliminal.

Ser lesbiana es una condición sexual, como gay, o trans, heterosexual, bisexual, etc. Pero yo cuando vi la imagen y la ley no pude evitar pensar; ¿Tanto cuesta respetar la condición sexual de otra persona?


(Relatos pertenecientes a la propuesta de Variétés: “Subliminal”)

Subliminal

 

(Autor: ©Gustab)

(Artist - Giulia Valente)

Y vivieron felices para siempre..."Ni la bruja es fea, ni el príncipe blanco".
 

"No versa, pero amerita..." (GUSTAB)
 
Cansado ya de las princesas,
de sus zapatillas de cristal, de ese azul,
que no era el tono que buscaba,
abracé a la bruja,
dándole de comer de su manzana.
 
Tragándose hasta las pepas
me hizo olvidar el cristal...
el azul, el beso, la rana...
comiéndome el sapo
que mojado aguardaba.
 
Vulgar, prístino, azulado...
de salado mar,
de ola vientre trémula,
de gemido y espasmo,
de rojo orgasmo.
 
Ni la bruja es fea,
ni el príncipe blanco.
sus senos tiemblan
igual que los de la mejor princesa,
y la entrada es idéntica.

*


Girasoles secos. (A Vincent, Cinco palabras.)
 
Trazo grueso y curvo,
pincel de esquizofrénico poesía.
Cuervos en tu noche
belleza oscura sobre el trigal.
 
Girasoles sueltos y cortados
vendajes de valentía por amor,
oreja cortada por tu mano
ofrenda de amor.
 
Sillas deformadas por tus ojos
viejo catre que tantas pesadillas acunó.
Oscura y brillante estrella
sobre cielo azul, blancos rayos de luz.
 
Ocres y azules cubren tus telas
de grueso trazo y frágil pincel.
Lloran las farolas sobre adoquines desfigurados
por tu mente enferma de amor.
 
Viviste de la caridad de un hermano,
del amor no correspondido,
de la pintura que nunca se apreció,
recitar del museo cerrado.
 
Hoy tus pinturas son una leyenda
cuesta oro tu atrevimiento.
Sabio loco esquizofrénico
cuantos te perdieron.
 
Poesía, recita su belleza,
su valentía loca, uno entre mil,
noche estrellada, blancos reflejos de luz,
Su atrevimiento, fueron girasoles secos.
 
©Gustab
 
"A medida que avanzamos en la vida, se vuelve más y más difícil, pero en la lucha contra las dificultades, se desarrolla la fuerza del Corazón."

                                                                        Vincent Van Gogh.
 
(Poemas pertenecientes a la propuesta de Variétés: “Subliminal”)


 
Y también aporte en:

Noviembre, Artesanos de la palabra.
https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/2022/11/reto-cinco-palabras-de-noviembre-por.html

Avalancha subliminal

 

(Autora: ©Marifelita)

(Artist - Giulia Valente)

¿Quién te iba a decir de niña que, siendo ahora adulta, hablar de ciertos temas que eran puro romanticismo, se convertirían en una verdadera pesadez? Escuchar las interminables anécdotas de tus amigas, de la estresante organización de sus bodas. Nunca pensaste que el tema daría para horas de conversaciones llenas de detalles, aventuras, intrigas y entresijos de una complejidad tal, que tu sencilla existencia nunca podría imaginar.

Eres una mujer que simplemente no es la de nadie. Vives en pareja desde hace más de veinte años, no eres ni su mujer, ni su esposa ni su compañera, esas son las del trabajo. A este paso serás su novia eternamente, si de alguna forma necesitan etiquetarte.

Nunca te entusiasmó la idea de casarte, ni de ser la princesa del cuento por un día. Siendo hija de un matrimonio divorciado desde niña, quizá nació en ti la idea de lo innecesario del trámite, y ser incapaz de ver la magia de tan valorado evento. Te parece increíble que tu estado civil, sea una pista tan útil para poder clasificarte como persona.

Lo que tienen que aguantar las chicas solteras, todos preguntándoles constantemente cuando van a buscarse un novio, como si tuvieran que hacerlo para sentirse mujeres completas. Como si con solo proponérselo les salieran los pretendientes de debajo de las piedras. Si por casa no te ven con ningún novio de vez en cuando, empiezan a preocuparse y pensar que igual eres lesbiana, que tampoco tendría que ser un drama para nadie en nuestros tiempos.

Tienen todos tus respetos si así han decidido vivir su vida, libres y sin ataduras. Las llaman “Solteronas” con cierta connotación negativa, como si no tener pareja fuera un defecto, una maldición o un revés de la vida. Los señores por el contrario son “Solteros de Oro”, como si su status fuera un gran logro.

No encontrar una pareja tampoco tiene que ser una desgracia. Mejor esperar a esa persona que te haga sentir especial, querida, cuidada, que te haga reír y ser feliz, que no atarse a cualquiera con prisas para no estar sola, y que luego te des cuenta que ha sido una equivocación. Y si esa persona especial nunca llega, tampoco pasaría nada, habrías disfrutado del tanteo y de la bonita experiencia de ser la novia eterna, en fase de enamoramiento constante y perpetuo.

Vivir sin pareja o sola, que no es lo mismo, no tiene por qué ser una mala cosa. Los tiempos cambian y las mujeres son más selectivas con lo que quieren para sus vidas y la disfrutan de una manera totalmente diferente.

 


Algo parecido y quizá más grave pasa con la maternidad. Tener que contestar preguntas que nadie tiene derecho a formularte y que tampoco te apetece responder. Buscar una justificación que los convenza, aunque te dé pereza o incluso rabia, porque con la verdad a veces no tienen suficiente. La confianza para estos delicados temas es muy peligrosa, porque a más confianza, más atrevida e íntima es la pregunta.

A veces son más dolorosas las tímidas insinuaciones llenas de intención como: “Cuando tengas hijos…”, “cuando seas madre…”, “si un día quieres tener hijos…” o “si un día me hacéis abuela”. Pequeñas recriminaciones camufladas que te hacen sentir un bicho raro, como si fuera antinatural tu decisión, como si se tratara de un crimen contra la humanidad. ¡La tierra tiene superpoblación, no sufran! Ni que a la mitad se nos ocurriera ser tan egoístas (eso también te lo han dicho) de no concebir hijos, no para uno mismo sino para el planeta. Como si fuéramos una especie en peligro de extinción.

Que poca sensibilidad para abordar temas tan delicados. Sería normal antes de preguntar, plantearse si el otro no se ha decidido porque no puede, aunque lo desee con todas sus fuerzas. O si económicamente no pueda permitírselo, aunque siempre habrá quien te diga que “donde comen dos, comen tres”. Guárdate de opinar delante de esa madre devota de tres o cuatro criaturas, llena de entusiasmo, pero cada vez con menos energías y recursos para echarlos adelante.

¿Con la misma naturalidad te interrogarían si consumieras drogas, sufrieras abusos o maltratos, si tuvieras una enfermedad grave o hubieras estado en la cárcel o cometido algún delito? Cualquier tema delicado, todos lo asumen sin dudarlo, pero con la maternidad, cualquiera se ve con el derecho de preguntar y opinar. Hasta hace poco, en una entrevista de trabajo te preguntaban casualmente si estabas casada o tenías hijos. Dabas valiosas pistas al contestar, pero ahora por suerte puedes negarte a responder. Con el resto, familiares, amigos y terceros, aún no te has ganado ese derecho. 

¿Y si para liquidar tu deuda pendiente con la sociedad, en un arrebato de generosidad y compromiso con la humanidad, te planteas adoptar para ejercer de madre del hijo de otra? Entonces tendrías el cielo ganado, aunque siempre  habría aquella voz crítica que te advertiría: “Piénsatelo bien que es muy complicado y nunca sabes lo que te va a tocar”. Como si todo en la vida no fuera una lotería. Esperarías años para ejercer, cuando te concedieran semejante honor tras todas las fases burocráticas y etiquetarte como “apta” para tan excepcional tarea, el niño se encontraría con una abuela en lugar de una madre. Si para la maternidad convencional se necesitara todo este tiempo y formalismos, ¿se animarían tantas o lo dejarían correr a mitad del proceso?

Después de todas estas reflexiones, que quizá no te lleven a ninguna parte, y después de la avalancha subliminal que recibirás a lo largo de tu vida, como cualquier mujer, no te queda más que seguir adelante con tus decisiones, convencida de que serán las correctas, sean las que sean, y digan lo que digan los demás.

 


©Marifelita

(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Subliminal”)

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin