(Autor: ©Gabiliante)
Néfix no pudo evitarlo. Una bala perdida le reventó el pecho. Cayó a tierra mientras la vida se le escapaba a borbotones por el agujero. Luego la paz imperó. Se incorporó justo para atrapar con cariño el alma que también se escapaba por el agujero. Entonces la Mátrix en que había vivido los veintidós años de su vida comenzó a descomponerse en infinidad de granos de arena que fueron cayendo formando un desierto cubierto de cielo.
En el horizonte apareció de cintura para arriba el inmenso Hacedor.
―Te ofrezco mi alma. Creo haber sido…
―Pero el Hacedor había
dejado de escucharle
incluso antes de empezar a hablar.
―Aun no te toca. ―Y le indicó con un gesto que dejara el alma sobre la arena. Cualquiera desobedecía…
Entonces desierto, Néfix y su alma empezaron a descender en remolino. Cuando aparecieron por el otro lado del embudo el humano también se había disgregado. El Hacedor cogió el reloj de arena y le dio la vuelta. El alma se quedó sola en el desierto. Tras un momento apareció dentro de la Matriz de una embarazada de veintidós semanas, y por medio de ciencia infusa infectó el feto. Un instante después, los granos de arena empezaron a conformar una Mátrix exactamente igual que la que Néfix había conocido.
Algo llamó la atención del Hacedor, que se desplazó a lo largo de la infinita mesa de relojes de arena que tenía a su cuidado.
(relato perteneciente
a la propuesta de Variétés: “Tómate tu tiempo”)
Oleee , que imagen más chula, más certera y más apropiada que le has puesto a mi relato. No sé cómo lo haces, pero gracias porque me parece impresionante mente dificil.
ResponderEliminarBesooo, Gine
Muy feliz de que te haya gustado, Gabi.
EliminarPara mí es un placer llevar a cabo estos proyectos, porque sois geniales, por vuestras magníficas plumas, y, sobre todo, por las grandes personas que hay tras ellas.
Agradecida de corazón 🙏😊
Un abrazo enorme 💙
La muerte solo llega cuando tenemos el destino escrito.
ResponderEliminarEl reloj no apuntaba su hora. Un besote Gaby.
Los relojes de arena siempre tienen su lado místico y cuando se une a la presencia del alma en un relato es como distinguir un final y un renacer en cada vuelta. Te felicito, Gabiliante.
ResponderEliminarMil besitos.
Wowww, que maravilla, desde
ResponderEliminarla imagen, todo te quedo bellisimo.
Besitos dulces
Siby
Blog mais lindo!
ResponderEliminarApaixonante!
Beijinhos carinhosos.