(Autora: ©Tracy)
(Chie Yoshii)
Esta pintura
maravillosa me pareció la más correcta para brindar por ese nuevo mundo que Gin
propuso como propuesta de quienes participáramos en este reto.
Pensé en el
vino mejor que hubiera para llenarle esta copa a esta preciosidad de mujer que
reflejaba en su cara la limpia pureza de todo lo que empieza, como el Nuevo
Año, así es que me dejé aconsejar por los entendidos y por la publicidad en
internet para mi elección del mejor de los vinos.
El vino
elegido fue un Rioja denominación de origen hecho a base de frutos secos y coco
dulce, lo podemos catalogar dentro de los afrutados. Su innata simplicidad hace
que a veces no refleje el trabajo artesano que conlleva, empezando por el
continente: un vidrio de la mejor calidad
y que se escoge según el vino que vaya a albergar en él. Para los tintos
se recomienda la botella borgoña o bordelesa que por su color oscuro protege al vino de la luz exterior y la profunda concavidad de su
botella indica que el vino que contiene
ha sido macerado en bota de roble, mientras se escucha por la megafonía de la
bodega, música de los clásicos más reconocidos mundialmente.
Estamos
hablando de un vino con cuerpo y de los más sofisticados que hacemos en este
país.
De precio no
voy hablar porque me parecería ordinario y vulgar, pero ya os imagináis que es
carísimo, aunque no me importaba en absoluto gastarme ese dinero para brindar
por el Nuevo Año, pero ahora que el año ha cumplido sus primeros treinta y un
días y todo sigue igual: guerras, cambio climático, paro,
violencia machista, sanidad,
inmigración, política...
Creo que no
se merece ese dineral para brindar, por algo que va cada vez peor, así es que
nos bebemos esa botella brindando por nosotros.
¡Chin-Chin!
Y ya... si
eso traigo un tetrabrik, de vino peleón para brindar por el año.
Muy hermoso relato Tracy!
ResponderEliminarUn besito!
El texto no tiene desperdicio, aunque el vino al final sea de cartón, pero los anteriores merecen la pena un brindis. Un besote.
ResponderEliminar