(Autora: ©Campirela)
MÚSICA
Mi madre está preocupada por mí, desde hacía más de dos meses,
es decir desde que me regalaron la cadena musical no hago otra cosas que
escuchar música, me paso el día con los cascos puestos y como berreando como un oveja, una cosa como
dice mi abuela es que oiga música y otra que no haga otra cosa, ayer cuando fui
al baño, escuché a mis padres que esto tenía que terminar, así que me van a
llevar al médico, a ver que me dan para que esta adicción como ellos la
llamaron se me pase...
Lo que ellos ignoran es que la vida está hecha de pequeños
placeres y hoy por hoy el mío es escuchar música.
AMOR
Jamás amé como aquella vez, hoy ha pasado el tiempo y llevo
impregnado mi alma de su aroma, sus huellas en mi cuerpo y mi corazón de amor,
pero amor puro, sin nada que lo enturbie, como diría el marqués de Sade"
Mi opinión en lo que se refiere al
placer es que hay que emplear todos los sentidos" y vaya que si los
empleamos, nos hicimos adictos a conversar, en ella nuestros cuerpos se
encendían con nuestras palabras, nuestros efluvios eran el mejor de los aromas,
sus manos y las mías no se tocaban, pero las sentíamos en nuestros cuerpos como
magia alborotada, las miradas eran de fuego, el que desprendíamos por dentro, y
nuestras bocas aunque nunca se juntaron eran el mejor manjar que nunca
degustamos.
Ese amor es algo más que quererse, traspasa los sentidos, hoy a pesar del tiempo
transcurrido, sigues siendo mi todo, mi adicción más perversa y deseada.
SOÑAR
De pequeña era una gran soñadora, pasé por fases en la adolescencia
y en la madurez dejé de soñar, hoy ya en la vejez me vuelve otra vez mi antiguo
hábito de soñar. Esta vez despierta porque dormir ya una a esta edad no duerme
mucho.
Me siento con mis agujas de hacer punto bajo el roble de la
casa, él sí que tiene sueños por decir, pero nunca se le oye solo observa nos recoge entre sus ramas largas y ojerosas.
Aquella tarde de otoño a finales de septiembre, volvió a mí
el sueño que me persiguió toda la vida, creía que se había olvidado de mí, pero
no, allí estaba como esa dulce adicción que sabemos que existe, pero que está oculta y cuando menos la esperamos salta
de nuestra mente y nos viene a visitar.
-Es que el placer que juntos inventamos sea otro signo de
libertad- así fue como llegó su voz a mis oídos por segunda vez en mi larga
vida, soñar volvió a convertirse en lo mejor del mundo, su voz me llevaba a las
laderas más hermosas, desde ellas podía ver el horizonte y hasta volar.
Nunca más dejaré cada tarde de soñar, me iré errante sin un
rumbo fijo, pues, sé que volveré a este lugar donde me aficioné a sentirme a mí
misma, no me importa la edad, en mis sueños vuelvo a ser aquella pequeña que su
adicción preferida era soñar.
(Texto perteneciente a la propuesta de Variétés: "Dulces adicciones¿?")
Que bonito que queda este blog, en él no sólo hay letras, hay emociones y, sentimientos, ilusiones, fantasía, pero sobre todo personas con ganas de hacer soñar a otras
ResponderEliminarMil gracias, y besotes con todo mi cariño.
Qué bonito lo que dices...
EliminarAsí lo siento yo, preciosa. Hay un vínculo hermoso de amadores de letras y sueños que compartimos y expresamos, desde todas esas emociones que vibran entre todos y cada uno...
Gracias, siempre, por estar, mi queridísima amiga...
Bsoss y cariños enormes 💙
Has escogido tres adicciones necesarias para vivir y encarar nuestro día a día con una sonrisa.
ResponderEliminarUn abrazo