ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

domingo, 30 de abril de 2023

Dulces adicciones¿?


(Autor: ©Chema)

MÚSICA


SOÑAR



 
Una de mis adicciones es la música, sin duda. En mi reproductor mp3 coexisten artistas nacionales e internacionales de los más variados estilos. Ahora estoy escuchando a los Rebeldes, veterana banda de rock de Barcelona. Mientras suena su canción ‘mía’ -número 1 en los 40 Principales en 1990-, una de sus estrofas capta mi atención:
“si existiera un Camelot, yo sería su cruzado – ella sería Ginebra y yo Lancelot Dulac”
 
¡Ginebra! Ahora que me acuerdo, todavía está abierto su último proyecto del blog Variétés. Y precisamente trata sobre las adicciones. No sé si Ginebra conocerá esa canción de los Rebeldes, pero seguro que conoce ‘mediterráneo’, su mayor clásico. Y ella es una chica mediterránea, todo encaja.
 
Pues vamos a Variétés. La imagen que corresponde a la música representa a una chica pelirroja tapando su corazón y sus pulmones, que se ven a través de su piel. Supongo que algunas personas hemos aprendido a ocultar lo que sentimos, o al menos no mostrarlo a cualquiera.
 
Entre las frases a elegir, me llama la atención ésta del Marqués de Sade: “mi opinión en lo que se refiere al placer es que hay que emplear todos los sentidos”. Pues algo de razón tenía, además los sentidos quizá fueron injustamente infravalorados por los filósofos clásicos, en favor del intelecto. Vale, que sí, que razonar está muy bien, pero la naturaleza nos ha dado los sentidos para que los usemos. Una cosa no quita la otra.
 
Ya digo que soy algo adicto a la música, y me acaba de venir a la mente la cantante anglo-nigeriana Sade, que obviamente no tiene nada que ver con el marqués de Sade. Ella llamó así a su proyecto musical basándose en su nombre de nacimiento, Helen Folasade Adu.
 
Nada que ver con los Rebeldes, que eran -y aún son- un grupo de rock algo macarrilla. La música de Sade es romántica y delicada. Ella tiene una voz suave, y en directo se mueve con los pies descalzos de manera sensual.
 
También soy adicto a soñar. A veces me gusta quedarme dormido con la música. La sensación de que se te cierren los ojos y se entremezclen la canción que está sonando y los primeros microsueños que surgen de tu mente, es mágica. Pero, al contrario de lo que se pueda pensar, la música de Sade no es la mejor para quedarse dormido. Sus canciones suelen tener unas líneas de bajo muy marcadas, como un corazón palpitando. Se meten en tu cerebro sin permiso...
 
Para invocar a Morfeo, recuerdo que me funcionaba mejor el rock setentero arenoso de bandas como Aerosmith en sus comienzos, the Doors, o Genesis en la etapa de Peter Gabriel.
 
En fin, voy a enviarle mi participación a Ginebra. Si después de esto me sigue hablando, lo consideraré un milagro. ;)
 
 
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Dulces adiciones¿?")

1 comentario:

  1. Jaaa Chema eres un chico muy auténtico sigue con tus adicciones que son maravillosas y me uno a ti en gustos musicales, y por supuesto soñadores que sería la vida sino pudiéramos soñar, tanto dormidos como despiertos.
    Un besote amigo.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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