(Autora: ©María)
DESTINO
MERAKI
(Poner el alma, amor y creatividad
en aquello que se realiza)
Allí tumbada, miraba pasar las nubes mientras luchaba por
conservar la libertad de aquella ave que era incapaz de soltar. Le rompía el
alma su lucha y aleteo constante por desembarazarse del cordel con el que desde
hacía meses la llevaba sujeta. No la encerraba en una jaula porque sabía que
entre los barrotes, como su alma, moriría de pena, pero necesitaba tenerla
cerca. Su lucha por volar le hacía sentir que también podría hacerlo ella.
Permanecía observándola con las puntas de sus pies
perfectamente alineadas con la barandilla del muro en el que cada tarde se
sentaba a verla aletear, como si su disciplina corporal hiciera un homenaje a
la batalla incansable que cada día emprendía el ave. Así pasaba las horas, los
días… trascurriendo un tiempo inamovible que como el cordel al ave, a ella la
mantenía atada a donde ella no quería permanece… Hasta que un día a la vez que
una lágrima se deslizó suavemente por su rostro, dejó que el cordel se le
resbalaba por entre los dedos y mientras la veía desaparecer frente a sus ojos,
pensó cómo encontrar el MERAKI
necesario para pegarse unas alas lo suficientemente vigorosas para que nadie
pudiera impedirle alzar el vuelo tras aquel cordel que a lo lejos se difuminaba
como la última oportunidad de volver a ser libre, la última llave hacia su
Ítaca soñada. Con extrema lentitud se colocó de lado en el muro donde estaba tumbada
y se dejó caer al vacío…
Su destino estaba escrito en unas alas que nunca llegó a
desplegar.
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “¿Qué te dice el subconsciente?”)
Muy bueno, María, nos llevas de la mano a ese vuelo que tanto se necesita y por fin loro dar ese salto. Un abrazo.
ResponderEliminarUn vuelo en proyecto, como el pegaso de mi cuento de volar. Y se vuela, ya lo creo que se vuela.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Su destino estaba escrito en unas alas que nunca llegó a desplegar...
ResponderEliminarQue bonito Maria
Besos para ambas
Ohh qué bonito! Qué relato tan emocionante.
ResponderEliminarPrecioso de verdad! (Elegimos la misma palabra!)
Un beso.
Aveces se necesita dar un salto de fe, incluso a la nada, la frase final es impactante .
ResponderEliminarGenial relato María