(Autora: ©Myriam)
DESTINO
(Noell S. Oszvald)
KÉFI
(Espíritu de alegría, pasión y
entusiasmo)
FILAUTÍA
(Amor propio y autorreconocimiento)
La tarde se me había brindado generosa en verdes llanuras por
donde cabalgué con el kéfi más
auténtico. Dejé que mi zaino se
encontrara con su amigo bayo para pastar despreocupadamente, mientras yo, cabizbaja, me sumía en mis cavilaciones.
Luego me recosté sobre el resquebrajado muro de piedra y me
relajé completamente para, en estado alfa, permitir a mi espíritu moverse: primero hacia adentro,
logrando una katábasis en toda regla, en la que vencí a mis propios demonios, y
más tarde emerger, purificada, a la superficie y volar, logrando esta vez, una
anábasis al 5to Cielo. Esto me permitió obtener tanto un mayor autoconocimiento
como una filautía en la que por fin, aprendí a valorarme, cosa que para nada
significa asumir una actitud soberbia, engreída o altiva.
Notas adicionales:
KATÂBASIS (En el
trabajo espiritual, descenso a los infiernos o a la Noche oscura del alma)
ANÂBASIS (En el trabajo espiritual, ascenso a cualquiera de
los Cielos. Hay místicos que consideran que hay 7 Cielos).
SIETE CIELOS: En cosmología religiosa o mitológica, los siete
cielos se refieren a siete niveles o divisiones de los Cielos. El concepto, que
también se encuentra en las antiguas religiones mesopotámicas, se puede
encontrar en el judaísmo, el cristianismo y el Islam; un concepto similar
también se encuentra en algunas otras religiones como el hinduismo. Algunas de
estas tradiciones, incluido el jainismo, también tienen un concepto de siete
tierras o siete inframundos tanto con los reinos metafísicos de las deidades
como con los cuerpos celestes observados, como los planetas clásicos y las
estrellas fijas. Durante la Edad Media en el Cristianismo, los Siete Cielos
fueron expandidos a Diez.
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “¿Qué te dice el subconsciente?”)
Un texto muy místico , pro que te envuelve un halo de tranquilidad tremenda. Un saludo.
ResponderEliminarAl leerlo parece que me recosté en ese muro que tú te dejaste caer y junto a ti experimente , tu caída, tu subida y una vez purificada volví de mi lectua de tu relato.
ResponderEliminarEl misticismo del texto lo hace muy hermoso!
ResponderEliminarUn abrazo.