(Autor: ©Gustab)
Odio esa locura tuya que me arrastra
a quererte eternamente.
Cada día había una nueva discusión. Sabía que yo tenía la
razón, sin embargo, ella llevaba sus dedos a la botonera de su vestido y lo
dejaba caer al vacío, mientras este le acariciaba la curva de sus senos
mientras caía. Caía revelando su exquisita desnudez, hasta no guardar nada en
mi imaginación.
Ya estaba desnuda y yo perdido, sólo deseaba beber de sus
sabores más íntimos y embriagarme de los aromas que emanaba de su cuerpo y
terminaba encontrándole la razón.
Odio esa locura tuya que me arrastra
a quererte eternamente y doblegarme como una abeja a la miel.
(Relato perteneciente a la propuesta: “Odio”)
El sexo alimenta de una manera que vuelve loco/a al que lo experimenta. Un abrazo Gustab.
ResponderEliminarHay un momento de indefensión además del sueño... el sexo. En la pequeña muerte todo puede suceder, hasta la locura.
ResponderEliminarMil besitos, Gustab.
Sensualidad a manos llenas!
ResponderEliminarMe ha encantado!
Como siempre, un placer grande leerte.
ResponderEliminarExcelente, me supo a poco.
ResponderEliminarSaludos