(Autor: ©Pedro M. Martínez)
Imagen: Christian Schloe
Obra: Fragmento poema- Fiama Hasse País Brandao
Me lo dicen las ranas, mujer con un velero en el pecho, falta
poco para volver a verte, unas horas quizás, unos días, semanas, la eternidad.
Necesito tiempo y morfina para soportarlo, ginebra, humo que me obligue a
olvidarte, pero ni todas las selvas del Brasil ardiendo pueden hacer que te
olvide. Los informativos no hablan de nosotros, nadie sabe quién somos, no
somos, no saben quién eres tú, no intuyen quién soy yo, no nos relacionan, pero
algunas mañanas, como la de hoy, están llenas de terremotos granadinos y aún me
duran los temblores. He alquilado una caja de seguridad en el banco de España
para llenarlo de tiempo, de todo mi tiempo, para pensarte, para ser en ti.
Quisiera que te peinaras como Ava, quisiera que me cantaras al oído el “love
me, please, love me” como una Polnareff travestida, pero tú solo quieres estar
inerme y yo no puedo hacer más que lo que hago. ¿O sí? Sí, puedo disfrazarme de
Sean C., vestirme de buzo con escafandra, ponerme alas, desnudarme a pesar de
las adversas condiciones climáticas, pintarte cuadros con los dedos mojados en
tu saliva después de morderme. Me miro al espejo y veo a otro, suena el
teléfono y no eres tú, te recuerdo y vuelve tu sonrisa abrigada con una
gabardina sobre tu camisa nueva, tu cuerpo de siempre, el que amo, el que ansío
mientras tú me guardas en el cajón de los llaveros encontrados, de los
tenedores de plástico, de los cuchillos retorcidos, de las lenguas de gato.
Coloco una piedra sobre otra piedra, sobre otra piedra, para poder atisbar
detrás de la tapia. Quita el biombo, que quiero verte con tus medias de rayas,
con tu falda con una abertura en el costado, con tu tanga rojo, con tu culo
alto. Y jazz, mucha música de jazz; mira, ese del trombón es negro, y blanco,
la batería suena así, el del piano es manco. Pero lo sé, sé que si me llamara
Hawking no me querrías, no me pasearías con mi carrito eléctrico aunque te
hablase sin cesar del rayo sobre la Gran Pirámide, de la deriva de los
continentes, de la influencia de la soledad en las mujeres de mediana edad. Qué
te importa a ti, tan atareada, sin tiempo -te he regalado el mío, todo mi
tiempo- con niñas haciendo de madres, con madres haciendo de supervivientes.
Ah, y las damas melancólicas. No es broma, da idea de los compartimentos de tu
mente aunque me obstine en saber dónde estoy yo, en que caja me has metido,
entre las hojas de qué libro me has abandonado, flor cansada de un verano
lluvioso. Si yo fuese Dylan sabría que no hay respuestas en el viento, pero
como no lo soy me obstino en bañarme en el cierzo, en revolcarme en la
tramontana, en sumergirme en el levante gaditano, en nadar por tus alisios,
braceando hasta alcanzarte, hasta llegar a ti, mujer inerme por decisión
propia. ¿He entendido bien?, ¿te entiendo? puede ser que quererte me haya
dejado en este estado en el que solo sé correr por mis propias indecisiones,
arriba y abajo, firmando este contrato en blanco, esta impenetrable sensación
de provisionalidad. Ser hombre cada día es más difícil y más descubrir mi parte
femenina cuando tu actúas con la frialdad de un cirujano. Un día pasearemos por
una playa, tú la eliges, y allí me lanzaré a nadar en la galerna, amor, nado
muy bien, pero creo que estoy demasiado cansado para llegar hasta el horizonte
de ese velero en tu pecho, ese barco que se balancea y me marea, Maga Morgana, ladrona de mi tiempo, diosa de
mi mente, pirata que ha asaltado mi bergantín, madrugadora sin imaginación,
amante que quiere que le amen como ella quiere querer, como ella quiere que le
quieran, yo sí que estoy inerme ante ti, por ti, desarmado y cautivo como un
ejército derrotado, lleno de cicatrices, las de recordarte pedaleando en tu
bicicleta por una carretera bordeada de árboles de la desesperación. Mis ranas,
una verde, la otra azul, son sabias, saben, mientras toca la trompeta Miles
Davis me obliga a recordarte y Steely Dan y Pániker y la tortilla francesa que
me ceno y el vino de Rioja que bebo y mientras me cepillo los dientes todo me
recuerda a ti y creía que mi día estaba lleno de lluvia pero tú lo has llenado
de sol aunque te sienta tan mudable, tan desmemoriada, tan práctica, tan
diferente. Hoy, también hoy, te he dedicado todo mi tiempo y mientras dejo
salir mi tristeza a pasear recuerdo que te quiero, recuerdo que me querías.
Fea.
"... sentimos en nuestro corazón que somos
hijos predilectos del tiempo y que, si hoy amamos,
fue después de haber amado ayer.
El tiempo es silencioso y enigmático
inmerso en el denso calor del vientre.
Guardado en el silencio más espeso,
el tiempo hace y deshace la vida..."
Fiama Hasse País
Brandao
(Texto perteneciente a la propuesta: "Una Idea")
Muy buenas nunca había leído nada tuyo y me ha gustado lo que nos dejas . Así pues te felicito. Un abrazo y feliz semana.
ResponderEliminarCampirela, siempre hay una primera vez. Yo tampoco conocía esta concentración de sensibilidad, tantos buenos/as escritores/as. Intentaré volver para lo de este mes. Un abrazo.
EliminarExcelente. Un monólogo muy ágil; un bello poema en prosa.
ResponderEliminarUn abrazo
Volarela, muchas gracias. No creas que estoy muy ágil pero prosa si me queda. Un abrazo.
Eliminar"... Fea ..." ... LOL !!!!!! ... final sublime !!!!!!!
ResponderEliminar\m/ Pedro MM \m/... Saludos
Es cariñoso, claro. Después de tanto amor quise dar un guiño cómplice . (a ella le gustó)
EliminarQué bueno!
ResponderEliminarPrimera vez que te leo y me dejas sin palabras!
Un lujo de lectura,de relato,de fragmento poético.
Un conjunto exquisito!
Saludos.
Muchísimas gracias, uno se esmera, si sale bien, mejor. Con tus palabras seguiré intentándolo, animado. Saludos
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