(Autor: ©Chema)
Estudié en un colegio sólo de chicos, y al llegar a la
universidad fue para mí algo muy nuevo tener chicas en clase. En cuestión de
meses después del comienzo del curso, ya se habían formado algunas parejas. Yo
fantaseaba con echarme novia en la escuela también, pero tenía claro que la
hipotética chica y yo seríamos una pareja discreta, sin grandes demostraciones
de afecto en público. De esos novi@s que al verles no tienes muy claro si
realmente son pareja, si son amigos, si son primos...
En el primer año me gustaba una chica de clase, pero dejó la
carrera a medio curso. En realidad, no tengo muy claro si habríamos sido
compatibles, pero me dejó buen recuerdo. Gracias a ella iba cada día a clase
con ilusión, y me hacía estar motivado para estudiar aquellas difíciles
asignaturas. También es verdad que sufría un poco al verla, me aumentaban las
pulsaciones y pensaba “¿le digo algo, espero a que me lo diga ella...?”. Pero
eso forma parte del amor, si no hay un poco de emoción y tensión no es amor, es
otra cosa: amistad, afinidad... Ha habido chicas con las que me sorprendía a mí
mismo por lo atrevido que podía llegar a ser... Nos ha fastidiado, es que no me
gustaban de verdad, me caían genial y todo lo que quieras, pero no estaba
enamorado.
En edad adulta, esa sensación de enamoramiento adolescente
puede reaparecer. Pero lo hará cuando quiera, y es algo que no se puede forzar.
No puedes pulsar un botón para enamorarte... ni tampoco para desenamorarte, por
cierto. En cualquier caso, cuando encuentras a una persona especial con la que
surge la chispa del amor, reconoces de inmediato esa sensación. Y sabes que,
durante un tiempo, cada día te levantarás con una ilusión especial, pensando en
el próximo encuentro con esa persona. Como decía el gran escritor inglés
William Shakespeare, “el amor alivia como la luz del sol tras la lluvia”.
*El amor alivia como la luz del sol tras la lluvia. “William Shakespeare”
(Relato perteneciente a la propuesta: "Luces")
Que bien has descrito el amor y esa luz que ilumina nuestro rostro y mirada Bravo Chema. BEOSTES.
ResponderEliminarmuy cierto. a mi me paso más o menos. en la universidad me acerque a una, pero aparte de que fumaba muchísimo, finalmente descubrí que solo quería que le hiciera los trabajos que mandaban. a veces la, luz no es bastante Intensa, para que uno lo veo todo clero
ResponderEliminarsaludos
Qué bonito tu relato, Chema y es que es así, lo reconocerás por cómo te hace sentir, por la luz que impulsa cada vez que le vemos o nos mira. Me ha encantado y te felicito.
ResponderEliminarMil besitos con cariño, solete y muy feliz febrero.
Muy hermoso tu relato Chema.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
"... no se puede forzar ... " ... esa frase... como un principio válido
ResponderEliminarBonito relato, siempre hay una luz que se enciende.
ResponderEliminarSaludos.