(Autor: ©Chema)

El 20 de diciembre por la tarde, salía del colegio. Era el último día antes de las vacaciones de Navidad. En casa me habían encargado que comprara unos polvorones en la tienda de la esquina. Era una tienda de ultramarinos de las clásicas, aún tenían su caja registradora.

 

Me estaba preguntando qué podría hacer esa tarde. Se me ocurrió mirar los juegos de mesa que tenía olvidados en un armario. El Trivial era un buen plan para una velada en familia. Comprobé que no faltaba nada: los dados, los quesitos, las tarjetas... todo estaba completo.

 

En esto, sonó el teléfono y lo cogí. Era una vecina de mi edificio. Me contó que pensaba hacer una fiesta de disfraces por su cumpleaños, y que estaba invitado. Acepté, aunque no sabía qué iba a ponerme. Quizá en un cofre que había en el cuarto trastero podía encontrar algo. Tenía puesta su vieja llave en la cerradura. Nada más abrirlo vi un sombrero de copa negro. Se parecía al de Slash, el guitarrista de Guns n Roses. Con ese sombrero y alguna cosa más que encontrara, algo podría apañar.

 

Me di una ducha, cronometrando el tiempo con un reloj de arena que me regalaron, para no excederme. Mientras tanto, pensaba en mis deseos para el siguiente año: sacar el curso con buenas calificaciones, hacer amigos, conocer a alguna chica especial...

 

Ahora que estoy un poco más crecido, desearía que la vida volviera a ser tan sencilla y despreocupada como cuando éramos adolescentes. Creo que se puede afrontar así la vida, sin que eso signifique eludir los problemas. Es una cuestión de actitud.

 

©Chema

Relato perteneciente a la propuesta: "El Árbol De Los Deseos"