(Autora: Campirela)
Aquella tarde de otoño
la recordaremos toda la vida. Fue algo inesperado y creo que por esa razón fue
todo mucho más real.
Era época de setas y
ese fin de semana, toda la familia nos fuimos a la montaña, pues nos hablaron
que en la Sierra de Madrid había un lugar especial donde era probable que las
encontrásemos, eso sí, tenía un acceso un poco peligroso.
La idea no nos echó para atrás, al contrario, el abuelo fue el
primero en coger su garrote y su sombrero y ponerse el cinturón de seguridad,
le encantaba el campo, él siempre decía que era el lugar más perfecto para
morir.
Nunca entendí por qué de aquellas palabras, siempre estaba
con sus dichos, la cuestión era que hacer excursiones con el abuelo tenía un
encanto especial, su sabiduría de las cosas era infinita y escucharle era una
delicia.
En el todo terreno de mi padre nos subimos la familia al
completo hasta Mell la mascota, un lindo labrador que llevaba con nosotros más
de siete años., al grito de papá ya estamos todos, el sí fue de entusiasmo y el
ladrido de Mell de barítono.
El viaje fue divertido, cantando las canciones que sonaban en
el coche, el abuelo no se quejaba pero su cara lo decía todo, ese jolgorio le
despistaba de la conversación, entonces no, nos dábamos cuenta pero su sordera
hacía que tanto ruido no entendiera nada, y su cara a veces era un poema.
Mamá miraba por el retrovisor y cuando veía ese gesto de su
padre, sus ojos se teñían de agua, ella siempre decía que era el polvillo del
camino, pero no era cierto, ver cómo su padre se iba deteriorando la lastimaba,
su amor por él era maravilloso, al igual que todos, el abuelo era sabio, era
tierno y era el mejor de todos, mi infancia y adolescencia es con él, tanto mis
hermanos como yo era adoración... sí amigos, era porque el abuelo ya no está en
físico pero sí en nuestros corazones.
Ese día al llegar donde el coche no podía subir más, se dejó
aparcado y todos nos pusimos a escalar un pequeño monte, Mell iba al lado del
abuelo no le dejaba nunca solo, en una subida un poco más empinada, sacó su
pañuelo del bolsillo y con ese gesto
suyo, dio una pequeña voz y dijo:
—Familia, creo que aquí me quedo, no es que no pueda, pero
acabo de descubrir un bello árbol y creo que le haré compañía, subir vosotros,
Mell me la hará a mí hasta vuestro regreso, eso sí, cuidado con las setas, ya os
he dicho cuales no debéis coger, fijaos bien en su tallo y sombrero y aquellas
de forma de intestino ni tocarlas.
—Si abuelo, no te preocupes que ya verás cuántas traemos y
esta noche mamá nos las cocinará.
Mi madre se quedó un rato con él, hasta que ya mi abuelo la
echó con aspavientos;
—Hija vete tranquila no me pasa nada, es la edad cariño, soy
consciente que cada año me cueste más subir este monte, todavía puedo moverme y
doy Gracias a Dios, pero es ley de vida, no tengo miedo porque soy feliz con
vosotros, tengo el amor y cariño de
todos qué más puedo pedir, anda vete que
al final me vas hacer llorar.
Aquella tarde la recogida de setas fue fructífera, pues la
cesta de mimbre estaba a rebosar, que buena cena nos iba hacer mama, setas a la plancha, salteados,
vamos nos íbamos chupando los dedos cuando llegamos donde estaba el abuelo.
Vimos demasiada tranquilidad y sobre todo la mascota a sus pies llorando,
cuando nos olió salió en nuestra búsqueda y sus ladridos eran insistentes.
Dejamos en el suelo la cesta repleta y corrimos hasta donde estaba el abuelo,
sus ojos semicerrados y su pulso era casi insonoro, sus palabras fueron
"creo que ya vinieron a buscarme".
UN MES MÁS TARDE.....
Hoy mi abuelo cerró sus ojos para siempre, ha sido un mes
duro verle inmovilizado primero en una sala de hospital y luego en casa, pero
sé que se ha ido feliz, cada tarde con su hilo de voz nos contaba una historia
a veces repetidas pero siempre con su puntito de humor, cuánto hemos aprendido
de él nunca tuvo miedo a la muerte ni la vejez, nos enseñó que la vida hay que
vivirla con amor y cariño, nada de rencores que no sirven para nada y
respetando al prójimo. Mi abuelo era sabio él vivió con sus ideas de una vida
feliz para todos ese fue su legado más
preciado " sus valores". Abuelo allá donde estés serás feliz.
Campirela escribe genial, saludos y abrazo para ambas.
ResponderEliminarAins, no he podido evitar una lagrimilla, he recordado a mis abuelos, sobre todo a mi abuela, tan especual para mi. Ellos son todo sabiduria, esa sabiduría que da los años. Y ellos cuando llega la hora no le tienen miedo a la Parca.
ResponderEliminarGenial Campirela, has descrito tan bien a los personajes y la escena que conseguiste me pusiera en la piel de la nieta.
Enhorabuena!
Besos.
Emotivo y lleno de amor y sabiduría. Me ha conmovido, mi niña. Cuando nuestras raíces de evaporan es como el miembro fantasma del amputado. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y feliz día ❤️
Gracias por tanto amor como haces estas convocatorias y a todos un fuerte abrazo muak,
ResponderEliminarFeliz de que te guste y lo disfrutes tanto como yo, preciosa. Agradecida de corazón...
EliminarAbrazos y cariños, y muy feliz semana! 💙
Belissimo Campirela!
ResponderEliminarUm relato emocionante, pleno de amor e ternura. Os personagens são algo mui próximos, que tão bem compreendemos. E sim, o medo se sente, quando tudo ao redor de nós parece desmoronar-se!
Tão complicado entender porque tudo tem que acontecer assim!...
Un beso Campirela!
A.S.
Delicioso y tierno relato de amores y de miedos.
ResponderEliminarMuy bien narrado manejando los tiempos y los silencios que se palpan.
Muy buen relato.
Un beso!
Me ha emocionado ,Campi
ResponderEliminarmaravilloso homenaj a yu abuelo , de tus palabras se transparenta cuanto le querias y admirabas
Bessosss, Campi
Hay mucha ternura en este relato, ese abuelo tuvo que ser alguien muy especial, les has rendido un magnifico homenaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuanta ternura hay en tu propuesta, me puse algo melancólica pero feliz por tus letras. Te felicito amiga.
ResponderEliminarBesos
Lindo texto, meus parabéns.
ResponderEliminarArthur Claro
http://www.seminudez.blogspot.com
Leí esta tierna historia en tu blog es maravillosa, un abrazo amiga
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