(Autora: Fini López Santos)
A los cuatro años se quedó sin madre, entre una fría guerra a
la que su padre tenía que partir, no podía dejarle solo y se casó de hoy para
mañana, regalándole una madrastra y tres hermanos mayores.
Aquella soledad a tan temprana edad fue devastadora.
Pesadillas, llantos, miedos, que su madrastra se encargó de
alimentar.
No fue mejor el regreso de su padre y se encontró amenazado
si contaba lo vivido y encerrado con tres granos de uva por comida hasta el
regreso de su progenitor del trabajo.
Se acostumbró a contarle su dolor a las estrellas y cada
noche le rogaba a su madre lo llevase a su lado, no soportaba la maldad de
aquella mujer, hasta atemorizarlo con brujerías.
-Cuando muera tengo que aparecerme y pincharte los ojos con
alfileres, no te librarás de mí ¡Nunca!
En mitad del campo bajo una espuerta de esparto, a la
intemperie y aterrado por el aullido de los lobos, dormitaba el chiquillo
bañado en lágrimas.
La vida no le regaló nada más que soledad y duro trabajo.
Hoy postrado en la cama con el alma rota y la mente lúcida,
recuerda la noche en que le visitó una gran estrella, posó su luz en la enorme
roca y con sus ojos llenos de lágrimas, la reconoció. ¡Era muy bella!
Su madre le habló muy dulce.
-No puedo llevarte conmigo, ando deambulando como alma en
pena sin lugar fijo, vendré a buscarte cuando podamos estar juntos.
Pasaron los años y cada noche le hablaba sin recibir
respuesta.
¡Siempre la tuvo presente!
Una madrugada se le escuchó decir un nombre con la voz
deformada por la inmovilidad, y con risa nerviosa levantó sus brazos
aferrándose al cuello de su madre y ella lo acunó al tiempo que juntos partían.
Prefirió la huida a morir en vida.
Relato perteneciente a la propuesta: "Miedos"
No hay mayor delito que robarle la infancia a un niño, no hay mayor crueldad que hacer sufrir a una criatura inocente, robarle sus sueños, sus esperanzas y lo que es peor las ganas de vivir.
ResponderEliminarMuy triste, mucho. He sentido rabia, dolor, tristeza, todo junto. Buen relato, Fini.
Besos.
Gracias, muchas gracias.
EliminarBesos
Añoranza y ternura... Qué bonito relato. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos y feliz día.
Gracias y feliz semana.
EliminarBesos mil
Que tristeza y crueldad. Por algo dicen que no hay mayor desgracias que quedarse sin madre cuando eras un niño. Uff que pena de infancia por dios. Un buen rato aunque duró de leer. Besos y abrazos .
ResponderEliminarGracias preciosa.
EliminarBesos y abrazos para ti.
Es una barbaridad dejar sin infancia un niño. Un relato bien hilado.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo
Un relato triste y doloroso.
ResponderEliminarUn buen texto!
Bella semana y muchas gracias.
Eliminarque crueldad... y el padre no se entera. no sé que es peor, si la madrastra, los hemanos o el padre. que triste vida tuvo
ResponderEliminarhorrooor, mas que miedo, destila tu relato
besosss fini
Dices bien ¡Todo un cumulo de desgracias!
EliminarGracias, buena semana.
Besosss