ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

martes, 1 de septiembre de 2020

Aceptación/ A Veces La Vida...




*Bibliotecario (Una Despedida)

***********

ACEPTACIÓN

El frío era insoportable, con las prisas dejó su abrigo en el diván
de aquel salón familiar y lejano en aquel momento.
No se reconocía deambulando cual nómada, sin pensar que se
podía extraviar, aunque girase sobre sí y retomara
sus propias pisadas.
La tarde estaba plomiza y desapacible.
Su mente por un instante cerró capítulo y extrañamente dejo de
recordar el dolor que lo llevó al abismo, casi hasta la locura.
Tuvo que aceptar y aceptarse, reiniciarse hasta comprender que
no era culpable, que el dolor no era premio alguno para la
aceptación como persona.
Le dijo adiós a una vida llena de lujos y palmeros por el simple
hecho de estar casado con don dinero, pero no pudo engañarse
a sí mismo, todo fue una farsa para complacer a los suyos.
Nada resultó ser lo que era, ni él la quería, ni ella lo deseaba.
Fue una despedida lenta, dura emocionalmente, no era el
primero, pero su familia no admitió su decisión, fue rechazado y
se sintió un apestado. Aquella noche se cumplieron tres años
encerrado en su caparazón lejos de su ciudad.
Entró en aquella biblioteca cafetería y se pidió un capuchino, el
aroma que desprendía la taza lo hizo volar y de pronto recordó
que debía volver al trabajo.
Tras sus gafas, cabizbajo, serio y distante, como autómata
contestaba a todo aquel que le preguntaba por algún libro.
-Sección de novela, tercer pasillo.
-Biografías al fondo.
-Poesía arriba a la izquierda.
Tropezaron sus miradas, bajó la vista presurosa esperando que
se marchase en busca de su poeta preferido y quedó perplejo
ante el descubrimiento de sus latidos.
Aceptó a Ricardo sin más pretensiones que amar y ser amado.
Tras los cristales siguen alegres los gorriones cantando y una
mano sobre su hombro le recuerda que no está solo, aunque
algunos se empeñen en pintar de gris el sol.





*Camarero (Testigo de una discusión) 

***********

A VECES LA VIDA...


Se sentó en la terraza de la cafetería, la niña quería un helado que ella no le compró, pidió un solo y un poco de agua. La ilusión de la infancia se le fue negando al igual que el cariño de su madre.
¡Qué culpa tenía de haber nacido!
Con un gesto la mandó a la mesa de al lado a pedir, como la tenía
acostumbrada y con sus cuatro años dijo que tenía hambre.
Le pidieron un desayuno, cuando fue a degustarlo la madre de un salto la tomó del brazo y se la llevo a base de golpes en la cabeza. No era eso lo que tenía que mendigar, sino dinero, tristemente esto ocurría a diario, era conocida en las cafeterías de la zona.
Tristemente fueron muchos intentos por ayudarla, pero siempre lo pagaba con desprecio y vandalismo, pero la niña... un ángel en mitad del infierno.
Su vestimenta provocativa y la forma de insinuarse tan descarada era un despropósito ante su hija, que, acostumbrada, seguía jugando con la muñeca a la que tiraba de los pelos y maltrataba inconscientemente.
¡Imposible a esa edad tener maldad!
Aquella mañana rozó el límite de la ruindad con la pobre criatura, quizá despechada por no conseguir el chute diario y Manuel, no soportó el maltrato que le estaba infringiendo, llamó a la policía a la vez que ella marchaba llevando a rastras a su hija.
El alterado camarero nuevo en su trabajo, le contó a la patrulla y quiso saber si había todavía oportunidad para la niña, en ese momento fue testigo de gritos y patadas de una batalla lidiada contra sillas y mesas que volaban por los aires ante la mirada perdida de la niña. Fue detenida por escándalo público y consumo de estupefacientes.
Manuela que así se llamaba la niña quedó en mitad de la acera desamparada. Manuel se acercó y le dio la mano acariciando su cabeza.
La niña extrañada lo miró.
-Vamos a desayunar ¿Tienes hambre?
Devoraba todo con ansiedad ante la mirada de su salvador, pero a la vez intranquila ojeaba la puerta quizá esperando escuchar los gritos de su madre. La suerte quiso que le concedieran a la niña en acogida hasta que la madre se rehabilitara, pero de nuevo el infortunio sacudió la vida de Manuela, su madre fue hallada muerta en la celda, pero ahí estaba Manuel para cuidarla tanto como ella quisiera.


Relatos pertenecientes a la propuesta: "Diario De Vacaciones" (Julio Y Agosto)




6 comentarios:

  1. Que dos grandes relatos llenos de sentimientos verdaderos y a los que a veces la vida no hace justicia. Enhorabuen por tan lindos escritos. Un saludo y feliz Septiembre.

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    1. Muchas gracias Campirela, la vida no siempre es justa.
      Feliz septiembre también para ti.
      Un saludo.

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  2. Buenos relatos. El segundo he de decir que me ha encogido el corazón, pero al final hubo una esperanza para esa niña.

    Saludos!!

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    1. Gracias, a veces la vida es bella para niños en familias desarraigadas. Pero no siempre es así.

      Saludos.

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  3. Qué decir!! el primero me ha encantado por esa manera de reconocerse y aceptarse, tan difícil a veces, la descripción es maravillosa hasta el punto de situarnos frente a él.
    Del segundo decir que es impactante como la cruda realidad, cuántos niños y niñas presencian horror más que magia a su edad, el tiempo todo lo cura, pero hay traumas que dejan cicatrices profundas. Te felicito, Fini.

    Mil besitos y feliz día.

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    1. Y me temo que seguirá siendo difícil, la hipocresía es grande a la hora de tratar estos temas.
      Y el segundo rompe el corazón, pero los hay en cada edificio y no los vemos, pero algunos los escuchamos.
      Mil gracias Auro.

      Feliz septiembre, un beso.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin