ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

martes, 30 de abril de 2019




María llevaba rumiando hacía tiempo cambiar los tonos grises de una vida que la ahogaba e incluso le impedía volar porque no tenía ni tiempo, ni ganas.
Un marido anodino y unos hijos que ya se habían independizado sin pena ni gloria, era su patrimonio. A él, ella había añadido, para luchar contra su tedio, un entretenimiento extra que para nada se salía del círculo vicioso de las labores de un ama de casa.
Pensó que la moda de tejer, de la que se hablaba en la tele y en la cola del super como sustituta sicológica de todas las necesidades, serviría para distraer sus pensamientos, centrándola en la labor que tenía entre manos pero no fue así, el tricotar  hizo enredar sus anhelos, en marañas semejantes a las que hace un gato jugando con los ovillos.
Imposible deshacer los nudos.
Por las noches daba vueltas a su cabeza, sin poder conciliar el sueño, los ronquidos de "su Pepe" le ponían banda sonora a sus pensamientos, que cada vez se hacían más envolventes en su necritud, así recibía el amanecer un día tras otro y cuando "su Pepe" se levantaba para ir al trabajo y le daba el beso que mandaba la liturgia de cada mañana,  ella lo consideraba como el pistoletazo de salida para iniciar una nueva vida.
Hasta que un día SIN APENAS ALIENTO por la falta de descanso y las batallas que había tenido que librar sin tregua durante días, se puso todo lo guapa que pudo a pesar de sus ojeras, cogió el bolso y las llaves de su coche y antes de cerrar la puerta tras de sí, en un alarde de comicidad, se colocó el cesto de las madejas de lana por montera, se miró en el espejo de la entrada y dibujó una amplia sonrisa en su rostro, se hizo un "selfie", tiró los ovillos por el suelo... ¡ahora ya estaba preparada para dar el portazo!.
Puso el coche en marcha y se dirigió a la carretera de la Costa, por ella pasaría más desapercibida entre tanto guiri.
Con la música a toda potencia y la ventanillas bajadas, se daba cuenta que estaba empezando a disfrutar su libertad.
En este momento divisó a lo lejos a un autoestopista y se le pasó por la cabeza la idea de recogerlo, pero inmediatamente aparecieron los pensamientos timoratos de su vida anterior y siguió adelante.
A los pocos kms. la música y el aire que le acariciaba el rostro, le hizo cambiar de opinión y dar la vuelta con el consabido rechinar de frenos.  Sin embargo HASTA EL ÚLTIMO SEGUNDO estuvo dudando si recogerlo o no, pero al recordar su sonrisa cuando se vió con los ovillos en la cabeza, le hizo frenar en seco y decirle:
- SUBE QUE TE LLEVO.


Relato perteneciente a la propuesta "El Sombrerero Loco"



4 comentarios:

  1. Muy buen relato, muy bien escrito. Un argumento original que no puedes dejar de leer hasta el final!
    me ha encantado.

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  2. Maravilloso!! ese alarde de libertad, de coger la vida y beberla a tragos porque ya está bien de sorber con timidez, coger lo que hay, lo que pertenece... vivir-Se.

    Me ha encantado, bonita.

    Mil besitos que te lleguen y feliz noche ♥

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  3. Un relato donde se dibuja la vida misma de alguien que quiere vivir sus días como ella quiera y experimentar esa libertad que tanto ansía ...
    Me gusto el enfoque sobre todo ese sombrero repleto de coloridos..
    Abrazos y feliz noche.

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  4. Con sombrero como montera se dispuso a salir de ese tedioso mundo que le rodea, a pesar de sus miedos y recelos consigue conquistarlo, lo mismo que lo has hecho conmigo al tener la suerte de poder leerte.


    Como mínimo deberíamos realizar una locura de vez en cuando.


    Un saludo.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin