El tren
traquetea con metálica costumbre arrastrándose sobre los raíles y Marta cierra
los ojos para no repetir cada día, cada árbol. Su mente se desliza por caminos
que la conducen al paraíso.
Es la
llamada esperada la que la salva de su desierto. De la sed que no apaga nadie
más que él. La piel que reemplaza en pocas horas, los días de depresión y
angustia.
Sólo seis
estaciones para revivir el encuentro prohibido.
Esos brazos
que la rescatan del olvido, un cuerpo haciéndola vibrar al que besa con
delirio.
-"Quiero más"-piensa, sintiéndose infiel y
súbitamente viva, como si los dedos de su amante vagaran todavía por su piel.
Un oasis generoso en su desértica rutina.
-"Que
no se me note"- ruega rítmicamente, acompañando el vaivén del tren.
Son sólo
seis estaciones de vida...
Relato perteneciente a la propuesta: "La llamada"
Seis estaciones y una llamada es suficiente para que ese día se convierta en una aventura y sus cuerpo la haga estremecer de felicidad ..
ResponderEliminarUn abrazo .
Oh qué bonito ha quedado! Gine querida te superas! hasta me gusta mi propio relato! GRACIASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
ResponderEliminarMe alegra que te guste; el mérito es tuyo 😊
EliminarGracias siempre a ti, por ser, estar, y escribir tan bonito!!
Abrazo grande, mi preciosa Ale 💙
Cuánto que dices mi Luna en tan poco... cuando te pones, haces unas historias fantásticas!!! Y la imagen que ha elegido Gin es estupenda!
ResponderEliminarSmu@ckssssssssssssssssssssssssssssssss!