El "rey de los anillos" se encuentra en su mayor
acercamiento a la tierra, debido a eso, nos encontramos frente al Cinturón de
Asteroides the Belt. Hace una hora interceptamos la llamada de socorro
intergaláctico. Sin estar seguro de su determinación, el Comandante Ashtar
envía un equipo de rescate desde la Estación Espacial BQuázar.
De regreso a la instalación médica, el teniente Ritz-Roy me
deja en la sala un alienígena llamado Hólar. Según el reporte, después de su
abducción, por parte de los feroces Megadentes, éste, pudo sobrevivir flotando
mal herido en la superficie del tercer anillo.
Él me observa restringido desde su silla, su cabeza se ladea
de izquierda a derecha, como si estuviese evaluando lo que estoy haciendo. Su
simple presencia enorme y letal de grado militar es aterrador. Me mira
fijamente, con sus grandes pupilas verticales de amarillo refulgente.
Desconcertada desvío la mirada, respiro profundo, y prosigo a limpiar sus
heridas con yodo quimérico. Un extraño olor a glicinas emana su cuerpo
escamoso, de piel verde oscura, y suave al tacto.
Inesperadamente, nuestra nave se zarandea. El resplandor que
se ve a través de las ventanas es cegador, proviene de una nave nodriza
plateada que dispara por doquier. Las puertas traseras se abren, y una horda de
invasores encéladotrianos pelean con mis compañeros en una lucha encarnizada.
Entre la desesperación y el pánico, logro ingerir una cápsula que contiene la
Ecuación de Skálhol, la única que existe para la búsqueda de civilizaciones
extraterrestres.
- Intrusos
terrestres, ¿cómo se atreven a rescatarte? - gruñe, la mirada de la alienígena,
se dirige a mí.
- ¿Qué pasa
con la humana? - pregunta, la furia brilla en sus ojos ámbar.
- Madre.
Ella es solamente la oficial médico. - responde, Hólar parece nervioso,
mientras habla.
Al instante, se escucha un estruendo de fondo, una
explosión. Trozos de metal, madera y vidrio vuelan por los aires. Un pedazo de
madera golpea el costado de mi cabeza, apenas puedo abrir los ojos, el dolor es
insoportable. Alguien remueve el metálico casco de mi cabeza y me levanta. No
puedo distinguir a la figura que me carga, pero si sentir el aura vertiginosa
de ese ser, que se alza al infinito.
No sé cuánto tiempo ha pasado. Solo sé que me he incorporado
con dificultad, un poco desorientada. Pero puedo ver mi reflejo en una línea de
espejos perpendiculares; mi fisonomía humana, mi piel aterciopelada y
blanquecina ha desaparecido. Me han transmutado a un reptil robusto, grotesco
de azul-pardo, con tentáculos retráctiles en las manos y pies. ¡Qué asco! me
veo tan horrorosa.
Hólar está a mi lado. Según él, cuando me recupere, seré la
copiloto de su nave OrmeThion. Eso será... hasta que un día logre escapar y,
vaya en busca de mi amado planeta Tierra.
Relato perteneciente a la propuesta: "La llamada"
Un relato lleno de una gran fantasía y originalidad ..
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
Yessy, eres sin dudas una maestra en este género de relatos... estupendo aporte!
ResponderEliminarBesos.
Magistral relato. Me gusta como lo plantaste.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por la lectura y sus comentarios, amigos.
ResponderEliminarBesotes!