La tarde no
podía ser más desapacible, estaba fumando un cigarro mirando la lluvia caer a
través de los cristales cuando el sonido estridente del teléfono me
sobresalto...
_Si, dígame,
no se oía nada al otro lado solo una respiración
_ Oiga,
dígame... silencio
cuando iba a
colgar, una voz ronca y profunda respondió con tres palabras...
Buzón,
carta, llamada. Colgó.
Me quedé
algo descolocada, terminé de fumar mi cigarro y analicé la situación, que
habría querido decirme con esas tres palabras.
Me puse a
pensar, hacía unos días me di cuenta que alguien me seguía, era una sensación
extraña pero la sentía, le consulté con mi compañero de trabajo cuando en el descanso bajamos a tomarnos un
café.
Recuerdo que
le conté que esa misma mañana a ir a coger el coche noté unos pasos muy cerca de mí y al darme la vuelta solo vi
unas sombras pero nada más.
Adrián mi
compañero en la brigada de estupefacientes me dijo que no me preocupara que tal
vez fuera algún vecino que quería verme
el trasero....¡ Mira eso no me hace ni pizca de gracia tú y tus tonterías
machistas!!..
Vale Elena,
perdona solo quería que no te preocuparas, y he metido la pata lo siento de
veras.
A ver
empecemos de nuevo, tú crees que alguien está al tanto de la investigación que
llevamos en secreto.
No sé, todo
esto es confidencial pero ya sabes, topos los hay en todos lados.
_ Cuando
recobré la serenidad, bajé a ver el buzón de mi casa, y allí vi la carta...
Abrí el sobre y vi en letras de distintos colores
y formas unas frases que al principio no
entendí...
*Diez de los
grandes o en la brigada sabrán qué clase de policía eres *
A esto
venían acompañadas de unas fotos mías en una situación muy delicada con un
grupo de hombres en un local esnifando cocaína...
No había
pasado más de treinta segundos cuando el teléfono sonó de nuevo.
Esta vez sí
contestaron a la primera me dejaban muy claro que tenía menos de dos días para
pagar esa cantidad sino las fotos no solo irían a comisaría, sino que saldría
en los periódicos de tirada nacional no dije nada solo que me dieran esos dos
días para reunir el dinero.
Pensé en la
huida, pero no era viable, al final todo saltaría por los aires y me
perjudicaría mucho más. Llegar a un acuerdo con el chantajista eso no revolvería el plan que llevábamos en secreto para
desorganizar la banda de esos mafiosos de la droga, era un peligro que debía de
correr si quería jugar mis cartas bien o estaría en serios problemas.
Al día
siguiente fui con el sobre al trabajo, llamé a mi jefe y le enseñé todo más la
llamada y el tiempo que tenía para dar una solución.
Elena , tú
tienes que decidir si quieres seguir adelante con esto y dar con el jefe de
esta mafia que nos trae de cabeza, tú decides, sé que es peligroso pero no te
vamos a dejar sola, el as que tenemos es
que creen que eres una yonki policía y
eso juega a nuestro favor.
Los dos días
siguientes fueron de infarto, pues el plan había funcionado pero demasiado
pronto, la llamada tendría que haber sido más tarde, pero sin duda el topo
tenía prisa por desenmascararme pero ignoraba que había caído en su propia
trampa las cartas estaban echadas y yo era el as.
Aquella llamada
dio un giro a mi profesión, después de la redada y pillarlos todos infraganti
me plantee si me trabajo merecía la pena, estar siempre rodeada de escoria y me
dije que sí, alguien tenía que velar por la seguridad de los demás yo estaba
preparada para ello aunque a veces mi vida estuviera en riesgo... eso me daba
adrenalina.
Relato perteneciente a la propuesta: "La llamada"
Trabajo complicado el de la protagonista...
ResponderEliminarMuy buen relato Campi...besitos.
Pues menudo giro... yo ya veía a la protagonista metida en un buen lío. Qué bien has sabido llevar el relato con la dosis justa de intriga, mi querida amiga.
ResponderEliminarTe felicito preciosa.
Mil besitos para tu tarde ♥
De nuevo, remarco, me ha super encantado este noir detectivesco!
ResponderEliminarUn abrazo!