ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

Participantes y textos de la convocatoria de octubre: "Mosaico"

Campirela/ Nuria de Espinosa/ Auroratris/ Gustab/
Susana/ María/ Marifelita/ Dulce/ Chema/ Lady_P/
Tracy/ Dafne SinedieGinebra Blonde.  

jueves, 25 de octubre de 2018

El Gran Mal


Se apagó junto a la última estrella de aquella madrugada. Lo supe antes de oír los pasos que traería la noticia, la puerta cedió y la voz femenina me condujo a ese pozo sin fondo, me sentía como Alicia cayendo por la madriguera del conejo, solo que esta vez no era un sueño, era real.

Dijo el adiós más amargo que existe, ese que rompe con todo, como dos glaciales cuando se parten separándose y sabiendo el destino de cada uno. Así ocurrió y así sentí su marcha. Mi mente adolescente no aceptaba la derrota, mi chulería, mi rebeldía, todas las guerras se rebelaron en mí o contra mí. Renuncié antes de empezar.

En medio de mi doloroso silencio solo alguien que ha sufrido lo mismo es capaz de escucharte desde la distancia y él lo hizo. Tras una de sus clases, mi profesor de prácticas me pidió unos minutos, sin preguntar nada me dijo que sabía por lo que estaba pasando, sabía de mi lucha interior y que “las batallas más importantes en la vida son las que peleamos diariamente en el silencio de nuestra alma”. De nosotros dependía si quedarnos o volver, ni su hijo ni mi hermano lo harían jamás, hiciéramos lo que hiciéramos.

Esas palabras rebotaron en mi cabeza durante un tiempo. Al fin tomé la decisión, retomé los estudios, le brindé a la causa todo mi esfuerzo. Me dediqué por años en cuerpo y alma al estudio de la enfermedad. Mi aliciente era la cura, salvar cuantas más vidas pudiera, jugar a ser un dios bondadoso. Nada me motivaba tanto como ir consiguiendo logros hasta el día de hoy que sigo trabajando en ello en una de las universidades más prestigiosas del país.


Relato perteneciente a la propuesta: "Alicientes"


10 comentarios:

  1. Maravilloso texto , con una gran carga emotiva donde la sinceridad brilla entre líneas y sobre todo el amor a su profesión ..
    Saludos.

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    1. Muchas gracias, mi querida amiga. La motivación y la vocación van de la mano.

      Mil besitos y te felicito por tu participación que ahora mismo paso a comentar ♥

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  2. Miles de gracias, mi querida Gine. Mira no digo más porque últimamente estoy muy ñoña y acabar la semana con todo este despliegue... uffff, imposible contener la emoción.

    Un abrazo fuerte y apretado con todo mi cariño ♥

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    1. Estar ñoña no es malo; eres latido, eres sentimiento… y eso, es hermoso 😊
      Gracias siempre a ti por tu compañía y cariño, además de por tu exquisita pluma con la que deleitarnos 💞

      Abrazos grandes, y muy feliz finde, mi preciosa Ana 😘

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    1. Gracias sinceras, amigo Poeta.

      Mil besitos que te lleguen y feliz finde.

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  4. Lo vuelvo a leer por este lado, es hermoso tu relato, me hace sentir comprendido, gracias

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    1. Vuelvo a agradecer tu lectura y visita. Siempre que escribimos revelamos una parte nuestra.
      Me alegra saber que te sientes así. Gracias.

      Mil besitos y feliz semana.

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  5. Te leí en tu casa pero me paso por aquí para disfrutarlo de nuevo.
    Un beso enorme.

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    1. Muy agradecida, Mag. Es un placer enorme que así haya sido.

      Mil besitos que te acompañen y feliz día ♥

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin